paco lloret
Sábado, 28 de noviembre 2020, 01:44
Fiel a la tradición de aquellos años, el Valencia-Atlético en la campaña 77-78 resultó de lo más accidentado. Mestalla ya sabía cómo se las gastaba un rival incómodo que se las ingeniaba como ningún otro para sacar tajada: había puntuado en las cinco visitas anteriores con un balance de cuatro triunfos y un empate. Esa fría tarde de enero de 1978, día de San Vicente Mártir, patrón de la ciudad, sería la sexta y la última.
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El partido tuvo de todo: Kempes falló un penalti en los últimos minutos, hubo una pelea en el túnel de vestuarios cuando los jugadores se retiraban al descanso. Rubén Cano, delantero rojiblanco, fue expulsado en esa refriega sin que nadie se apercibiera del hecho hasta la reanudación. Además del empate final, lo peor para la entidad valencianista vino después: el comité de competición castigó a Manolo Botubot y a Ricardo Arias con uno y dos partidos respectivamente, después de citar a los jugadores en su sede de Madrid y de visionar las imágenes grabadas para el programa 'Estudio Estadio'.
El año 1978, el de la coronación mundial de Kempes, empezaba en Mestalla con fuertes emociones. En las tres primeras semanas desfilaban la Real Sociedad, el Barcelona y el Atlético. Sin duda alguna, un trío de rivales muy exigentes. El Valencia había cerrado el año anterior con un solvente triunfo ante otro histórico, el Athletic, superado por 3-1 con dos goles del astro argentino y otro del andaluz Eloy. Sin embargo, el 78 no arrancó bien, derrota el 1 de enero con los donostiarras. A renglón seguido vino un empate en el campo del Betis, con gol salvador de Kempes en el último cuarto de hora, trabajada victoria por la mínima con el Barça gracias al gol de Saura y el empate con el Atlético que cerraba el ciclo.
El Valencia estaba dirigido por Marcel Domingo, que había sido jugador y entrenador de los colchoneros, el Atlético tenía a un joven Luis Aragonés en el banquillo que en la campaña anterior había conquistado el campeonato. Las brusquedades marcaron el encuentro y el colegiado De Burgos Núñez, padre del actual árbitro de Primera De Burgos Bengoetxea, hubo de recurrir a las tarjetas, algo poco habitual por entonces. Cinco futbolistas visitantes fueron amonestados. Los ánimos estaban muy exaltados y la grada también se contagió de aquella crispación. Con los jugadores camino de los vestuarios se desencadenó una pelea en el túnel que le costó la tarjeta roja a Rubén Cano, delantero que en esos momentos gozaba de gran reconocimiento por haber marcado un par de meses antes en Belgrado el gol que había clasificado a España para el Mundial de Argentina.
Su marcador era Manolo Botubot, defensa temperamental, que estaba advertido de cómo se las gastaba el nueve visitante. Las fricciones entre ambos fueron constantes y desembocaron en un altercado en el que también se vio involucrado Ricardo Arias que pasaba por allí y no perdió la oportunidad de participar en defensa del compañero. A raíz del incidente, en la segunda mitad y con un hombre más, el Valencia intensificó el dominio y no tardó en recoger sus frutos. El ansiado gol llegó gracias al oportunismo de Darío Felman. Sin embargo, lejos de asentarse, el cuadro local le dio vida a su oponente que logró la igualada apenas diez minutos después en un remate de Marcial. El Valencia se volcó hacia la portería que defendía Miguel Reina. En uno de los ataques se produjo un penalti a Cerveró.
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Sobre el césped estaba el 'Lobo' Diarte, uno de los habituales lanzadores, pero los galones de Kempes se impusieron, el argentino que hasta entonces no había fallado ninguna pena máxima en Mestalla, ejecutó con más potencia que colocación y su tiro fue repelido por el guardameta atlético. Un mazazo. El Valencia ya no tuvo capacidad de reacción. A ese tropiezo se sumó la polémica posterior. En el caso de Botubot, la sanción resultó muy dolorosa porque le impidió jugar ante el Cádiz, el equipo de su tierra y de procedencia, en el Ramón de Carranza en el ejercicio del debut de los andaluces en Primera.
Aquel encuentro marcó un punto de inflexión porque en la campaña siguiente se quebró la racha de resultados negativos del Valencia al vencer por 2-0. Esa tarde Arias se estrenó como defensa libre por designio de Pasieguito. Hasta la primavera de 1988, diez años después, el Valencia no volvió a caer en casa ante los rojiblancos.
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