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Noche de fiesta en Mestalla para despedir 1978. Dos goles de Mario Kempes y otros dos de Rainer Bonhof, las grandes estrellas de aquel equipo abrieron la goleada. La guinda la puso Daniel Solsona con el quinto. Era el 30 de diciembre y el Valencia batió al Sevilla por 5- 2 en una actuación apoteósica que entusiasmó al público. El calendario era idéntico al de 2023, la Nochevieja caía en domingo. Ese fin de semana, que cerraba el año, tenía programada la decimocuarta jornada de Liga de la temporada 78-79.
El Valencia decidió fijar el inicio del encuentro a las diez y media de la noche del sábado, un horario inusual en invierno pero que tuvo una gran aceptación. Mestalla registró una magnífica entrada, rozando el lleno. Ambiente festivo y temperatura agradable ante un partido que podía servir para relanzar las posibilidades de un equipo que venía de conseguir su primer triunfo liguero a domicilio: 0-1 en Vallecas. Aquel Valencia, dirigido por Marcel Domingo, adolecía de la regularidad necesaria para competir al más alto nivel aunque era capaz de ganar a cualquier rival por potente que fuera. Así se explica que conquistara la Copa goleando en casa a la Real Sociedad y el Barcelona en eliminatorias previas antes de imponerse al Real Madrid en la final.
Sin duda, el gran protagonista de la goleada ante los andaluces fue Rainer Bonhof. Esa noche logró sus dos primeros goles como jugador del Valencia. Uno de ellos, su segundo en la cuenta personal y el tercero del equipo, llegó gracias a un lanzamiento de córner directo. El alemán golpeó el balón con su pierna derecha y le imprimió un efecto endiablado desde la esquina de la grada del Gol Norte con la tribuna. La pelota entró a media altura como una exhalación en la portería que defendía el argentino Gustavo Fernández. Los pañuelos de admiración aparecieron en la grada. Antes de su fichaje, Bonhof era conocido por su potencia en el lanzamiento de faltas y saques de esquina. Con la selección de Alemania Federal y con su club, el Borussia M'Gladbach, había acreditado una portentosa capacidad para lograr goles de esa factura.
En la primera jornada, en el Santiago Bernabéu, erró un penalti, aunque la jugada concluyó en gol gracias al oportunismo de Ricardo Arias. Bonhof compartía la ejecución de las faltas –según la ubicación del lanzamiento– y de penaltis con Mario Kempes. El argentino no pudo despedir de mejor manera su gran año. Coronado como campeón del Mundo, máximo goleador y mejor jugador del torneo celebrado en su país, Kempes acusó en la Liga el esfuerzo mundialista y su rendimiento no estuvo en consonancia con el ofrecido en los dos ejercicios anteriores en los que fue el mejor artillero del campeonato. Ante el Sevilla logró su primer doblete liguero de la campaña, al que se sumaron posteriormente dos más: frente a la UD Las Palmas con triunfo por 3-1 en Mestalla, y ante el Recreativo de Huelva en el viejo Colombino, con derrota por 4-3.
El partido estuvo arbitrado por Jacinto de Sosa, colegiado que rompía moldes con su estilo personal de dirigir los partidos, y que esa noche señaló dos penaltis en tres minutos, uno para cada equipo. El primero lo transformó Kempes en el 4-1 provisional después de haber inaugurado el marcador en el ecuador del primer tiempo. Poco después, llegó la pena máxima a favor de los visitantes que Montero convirtió en gol. El trencilla madrileño expulsó con roja directa a Daniel Bertoni –compañero de Kempes en la selección argentina– en los compases finales. Cuando todo estaba sentenciado, minuto 85, Daniel Solsona cerró el partido con un golazo de bandera al empalmar de forma espectacular un balón servido desde la banda. El centrocampista catalán culminó una gran actuación y el público se lo reconoció con entusiasmo.
Aquella fue la actuación más completa en Liga del Valencia, ese mismo resultado se había dado un mes antes en el cruce con el Arges Pitesti rumano correspondiente a la Copa de la UEFA. Los valencianistas se centraron en la Copa y acabaron la Liga en séptima posición. El Sevilla fue el único oponente al que superaron en ambos partidos. A la goleada de Mestalla se sumó un nuevo triunfo en el Sánchez Pizjuán por 0-2, con goles de Felman y de Bonhof, aunque en el banquillo se sentaba Pasieguito que había relevado a Marcel Domingo un par de meses antes. El técnico vasco condujo al Valencia a cerrar el ejercicio de la mejor manera posible.
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