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paco lloret
Sábado, 6 de febrero 2021, 10:23
Del centro del campo hacia atrás, se hablaba valenciano. Una tradición no escrita pero seguida casi al pie de la letra. La cantera producía zagueros de contrastada fiabilidad. Piquer, Mestre, Vidagany, Verdú, Roberto y Arnal fueron los habituales en el sistema de contención de aquel Valencia de mediados de los años sesenta. En épocas más recientes el ciclo también se reprodujo: Cerveró, Cordero,Arias, Tendillo, Voro, Giner, Camarasa, Revert, Aliaga, etc. Hubo excepciones, por supuesto. El caso de García Verdugo, zaguero nacido en Madrid, que hizo el viaje de ida y vuelta a Sabadell. Después de debutar con el Valencia en la temporada 63-64, se marchó al club arlequinado en el ejercicio siguiente, para regresar a continuación a Mestalla. Su salida momentánea coincidió con la mejor campaña de Arnal, la 64-65, en la que fue titular indiscutible, participó en el mayor número de encuentros de su etapa valencianista, que duró cinco años, y hasta marcó un gol, el único en primera división. Aquella tarde de finales de marzo, el Valencia se impuso por 2-0 al Real Betis y el rubio de Manises inauguró el marcador.
Alberto Arnal también terminó por emigrar a Sabadell, pero en su caso fue de forma definitiva. Por su dinamismo y capacidad para desbordar llamó la atención de los técnicos. Leía bien las jugadas y se anticipaba a los rivales. Pepe Martínez, el portero con quien compartió tantos partidos, alababa su seguridad. No asumía riesgos innecesarios y resolvía fácil. Arnal apuntaba alto y hasta llegó a ser internacional con el equipo de España B, una selección de promesas que batió por 3-0 a Portugal en El Arcángel de Córdoba. Junto a futbolistas de la talla de Ufarte, Grosso, Arieta, José María, Ansola-futuro valencianista- y dos jugadores del Levante UD, Antonio Calpe y el portero Fernández, el lateral exhibió un excelente nivel. Precisamente, el debut en Mestalla de Arnal tuvo lugar en el primer derbi de la historia en primera división, en la tercera jornada de la Liga 63-64, resuelto con triunfo local por 5-3. Una semana antes, en el Sánchez Pizjuán, vivió su bautismo de fuego como valencianista. Al día siguiente cumplió 24 años.
Su formación se había desarrollado con el filial en segunda división a lo largo de cuatro temporadas. Una categoría muy exigente a la que el CD Mestalla se adaptó con solvencia. La enorme capacidad de convocatoria que generaban algunos partidos entre los aficionados competía en atractivo con los del primer equipo. Arnal no jugó mucho en el ejercicio de su estreno en primera, una campaña marcada por el relevo entre vascos en el banquillo. Pasieguito cedió su puesto a Mundo en el ecuador del campeonato. En la segunda temporada se ganó la confianza del técnico vizcaíno y se consolidó su presencia en las alineaciones. Mundo no continuó en el cargo y fue sustituido por otro paisano suyo, Sabino Barinaga, y con el cambio Arnal perdió protagonismo. El equipo inició de forma excepcional su andadura en la temporada 65-66, su juego deslumbraba y los resultados acompañaban, pero sufrió una crisis descomunal poco antes de acabar la primera vuelta y terminó la Liga en una discreta novena posición.
Precisamente a Arnal que había sido titular en el duelo en la cumbre que dirimía el liderato en el antiguo Metropolitano, meritorio empate a dos con el Atlético, le tocó, a renglón seguido, lidiar con el período de máxima crisis: ocho jornadas consecutivas sin vencer y un balance de dos empates y seis derrotas. El Valencia se desintegró por un cúmulo de adversidades. Con ese sabor amargo se produjo la marcha de Barinaga al finalizar la campaña y, de nuevo, el regreso de Mundo a la dirección del equipo. Buena noticia para Arnal. Sin embargo, una lesión de menisco rompió sus planes y lo envió al dique seco durante meses. En la segunda mitad de la temporada 66-67 reapareció. El Valencia ofreció una imagen creciente, evidenciada en la Copa. Después de eliminar con autoridad al Cádiz y al Betis, el sorteo deparó el cruce en cuartos con el Real Madrid. Los valencianistas se impusieron en ambos encuentros por la mínima. Arnal fue titular en el duelo de ida, disputado en Mestalla. Después Mundo apostó por una zaga integrada por Sol, Mestre y Tatono, que disputó todos los encuentros hasta conseguir el título.
Desde entonces asumió un papel secundario en la plantilla. En el ejercicio 67-68 solo participó en un par de encuentros oficiales, uno en Liga, ante el Athletic, saldado con un vibrante empate a tres, y otro en Bucarest de la Recopa frente al Steaua, correspondiente a una eliminatoria ganada por los de Mestalla. Se especuló sobre las razones reales de su escasa presencia en las formaciones y se generó una leyenda en torno a un posible veto impuesto desde la cúpula del club, pero la realidad es que al acabar esta campaña se enroló en el Sabadell que dirigía Pasieguito y en el que coincidió con numerosos futbolistas valencianos. Sus virtudes le permitieron jugar con regularidad y triunfar en un club modesto que llegó a clasificarse por delante del Valencia y participar en torneos europeos.
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