
Una asamblea de cartulinas verdes
CAPÍTULO 3 ·
Bankia descartó a Lim y el órdago de Salvo provocó un nuevo proceso de venta liderado por la FundaciónSecciones
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CAPÍTULO 3 ·
Bankia descartó a Lim y el órdago de Salvo provocó un nuevo proceso de venta liderado por la FundaciónAmadeo Salvo subió el tono en la asamblea informativa celebrada en Mestalla el 24 de enero de 2014 consciente de que era el último tren para evitar que Bankia decidiera de forma unilateral el nuevo dueño del Valencia. Un día antes del cónclave –en el proceso de venta nada se hizo al azar– el banco informó de que ya tenía elegidos a los finalistas que iban a optar a la compra de los créditos. Los que pasaron por el filtro de KPMG. Peter Lim no fue uno de ellos con lo que en el club se entendió, nadie del banco lo negó, que Meriton había quedado excluida de la puja. De no haberse producido la vuelta de tuerca horas después ese habría sido el último capítulo de Lim en la historia del Valencia.
Amadeo Salvo apareció en Mestalla a pecho descubierto. Sin nada que perder y con la seguridad en el discurso del apoyo unánime de los 7.000 aficionados que llenaron la tribuna de Mestalla. Fue la noche de las cartulinas. El verde reflejaba el apoyo al discurso de Salvo y el rojo el rechazo. La foto del tifo verde fue la respuesta. Una foto que, por cierto, fue importante en la decisión del banco la siguiente semana y en la reacción política.
Nadie de los que asistieron a la asamblea se hubiera creído que cinco días después de aquello la entidad de Goirigolzarri iba a aceptar poner el contador a cero y comenzar un nuevo proceso de venta, esta vez tutelado por la Fundación. El presidente del Valencia desveló que Bankia ya les informó de que querían vender el club el 19 de noviembre, casi un mes antes de la Junta, lo cual desmontó la teoría de la sorpresa del propio Salvo y Aurelio Martínez aquella noche del Palacio de Congresos al anuncio del banco. Todo sea dicho.
El presidente también cargo de forma dura contra KPMG. Declaró que el banco pidió al club que la consultora tuviera poderes para buscar inversores para terminar el nuevo estadio pero que se utilizó la información interna no para ese fin sino para vender el club: «Vamos a llevar a KPMG al Insituto de Asesores de cuentas. Cuando a uno le mienten a la cara una y otra vez...».
En un ambiente cada vez más caliente contra el banco, Salvo lanzó la andanada final: «Ahora mandamos nosotros. Vamos a pelear para desde la Fundación se pare el proceso, que Bankia no pueda vender el club». El gestor no se olvidó de los políticos «que tienen la oportunidad histórica para saber si están con nosotros o en Madrid» lo que provocó gritos de «¡Fabra dimisión!». La semilla ya estaba abonada, sólo había que esperar. Cuatro días después, Aurelio Martínez planteó a Bankia iniciar un nuevo proceso para abrir la puerta a más ofertas (como la de Lim, descartada para el banco). La Generalitat, aún a vueltas con el aval, aceptó. El banco, también. Partida nueva.
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