El Ayuntamiento no negociará el convenio con el Valencia mientras no comiencen las obras del nuevo Mestalla

Sólo cuando las máquinas comiencen los trabajos en el nuevo estadio se establecerá el compromiso por escrito, que tendrá como base el que dejó confeccionado el anterior gobierno municipal. «No se está negociando ningún nuevo convenio. Se está trabajando sobre el que dejó redactado y escrito el partido socialista», indicó hace unos días la alcaldesa María José Catalá y refrendó el concejal designado para el nuevo Mestalla, José Marí Olano. Pero al Valencia todavía se le dificulta más la situación, ya que el Ayuntamiento va a reforzar las exigencias a la entidad deportiva pese a que la oposición les acusó de flexibilizar medidas para favorecer a Lim: deberán quedar reflejados los plazos de ejecución, se apuntarán una serie de sanciones si existen incumplimientos que deberán garantizarse mediante un aval bancario y se fijarán al detalle las fuentes de financiación de las obras para que una vez comenzadas no vuelven a pararse. Y hay una última exigencia municipal: el Ayuntamiento va a pedir al Valencia que desiste de los recursos contencioso-administrativos que presentó por orden de Lim contra la Generalitat tras denegar la prórroga de la antigua ATE.

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Juan Carlos Valldecabres

Justo sobre el dinero necesario para tener adecentado el recinto deportivo, Marí Olano sumó a Caixabank en su particular hoja de ruta para solventar el conflicto del nuevo y viejo Mestalla. Y lo hizo para que sea la propia entidad financiera la que le asegure si va a ofrecer un crédito puente al Valencia en el caso de que así hiciera falta para la finalización de las obras. En el presupuesto apuntado por el Valencia para pagar los trabajos hay un vacío por llenar. Cuenta con los 80 millones del fondo de CVC, con la venta del terciario sobre la que ya hay un acuerdo preestablecido (otros 30 millones) y faltaría el dinero restante hasta los 160 millones necesarios -un 33% más de lo previsto inicialmente-. Y eso es lo que pretende garantizarse el Ayuntamiento en la cita con la entidad bancaria.

Libertad VCF ha sido el último grupo vinculado al valencianismo que se ha reunido con el concejal de Gran Proyectos. Marí Olano ha mantenido contactos con los grupos de la oposición y con distintos colectivos para explicarles cómo está la situación a día de hoy y en qué términos se produjo la reunión entre el concejal y Germán Cabrera, secretario del consejo de administración del Valencia y hombre de confianza de Peter Lim. El pujante grupo que lidera José Pérez advertía tras la cita de que en el convenio se seguía sin contemplar en su articulado que el magnate de Singapur avale la totalidad de la obra para evitar futuros incumplimientos, como ocurrió con la extinta ATE y que ha llevado a la actual situación de bloqueo. El presidente de la asociación opositora a la gestión de Meriton en el Valencia no ocultó su preocupación sobre el desenlace de las conversaciones entre el Ayuntamiento y el club para firmar el convenio. Por eso el gobierno municipal ha decidido reforzar las garantías que se incluirán en el compromiso y una de ellas son los avales.

Y la necesidad de tener el campo cuanto antes para optar a ser sede del Mundial tampoco van a mediatizar a Catalá. «No se van a rebajar la exigencias ni se van a acelerar los plazos. Estamos hablando de un futuro Mestalla que tiene que durar décadas. Lo que le pedimos a Peter Lim es que cumpla con la ciudad y con sus compromisos. No está sólo Mestalla sino el polideportivo de Benicalap. Que se cumpla, por fin, con la palabra dada a los valencianos y a la ciudad de Valencia. Eso no supone darle ninguna ventaja, rebajar la exigencia, acelerar los plazos ni ponerles las cosas más fáciles», manifestó la alcaldesa.

Hay que recordar que en las fichas que regulan el aspecto urbanístico del nuevo estadio, el Valencia se compromete a pagar al Ayuntamiento lo que cuesta el polideportivo de Benicalap (con IVA incluido), ya que la obra la ejecutará de forma directa el Consistorio. Una vez tenga el club abone el dinero quedarán liberados los 41.700 metros cuadrados de suelo terciario (oficinas y restauración) que el club tiene concedidos en dos torres junto al nuevo estadio para que pueda venderlo y obtener financiación para pagar las obras. Y en cuanto al terciario del actual Mestalla, no podrá venderlo hasta que deje acabado el nuevo recinto conforme a las condiciones acordadas.