El éxito de las ahora conocidas fichas urbanísticas por un lado y el dichoso convenio que sustituye a la extinguida ATE por otro. Hasta que el Valencia no se pronuncie oficialmente este viernes después de reunirse con el alcalde, Joan Ribó (cita a la ... que también están convocados –porque así lo pidió el club– los concejales Sergi Campillo, Sandra Gómez y Lucía Beamud), no habrá certeza absoluta de cuáles son las verdaderas intenciones de Meriton respecto al nuevo Mestalla. Ni con el acuerdo ya casi cerrado con el club sobre las condiciones urbanísticas se permite el Ayuntamiento aventurar que finalmente el Valencia acabará aceptando buena parte de las condiciones sobre el estadio, entre ellas la de 70.000 espectadores.
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Se cumpliría en ese caso con la tercera cláusula que desde Urbanismo se planteó al club referente al nuevo convenio que garantiza el cumplimiento de los compromisos derivados tras la resolución de la ATE. En este tercer punto, el que hace referencia a la 'Construcción del nuevo estadio', se especifica algo que ha sido objeto de batalla constante entre una parte y otra: «El nuevo campo tendrá un aforo mínimo de 70.000 espectadores...». Una cuestión, esta última, a la que siempre se ha opuesto y de manera contundente Meriton y por añadidura todos los ejecutivos que tiene la propia entidad, bajo el argumento que de inicio no hacía falta estirarse más allá de los 66.000 asientos (la cifra ha ido subiendo con el paso de los meses). Esos 66.000 (60.000 netos) forman parte del compromiso al que llegó el Valencia para ser sede del Mundial.
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Ese ha sido, en definitiva, uno de los puntos de mayor fricción entre la Corporación y el Valencia, o más en concreto entre el área de Urbanismo que dirige Sandra Gómez. Y es que, Joan Ribó siempre se ha mostrado mucho más receptivo a las tesis de Meriton aunque ahora la perspectiva que hay es que, al menos aparentemente, los dos socios de Gobierno se han puesto de acuerdo en no mostrar distensiones internas y hacer frente común. El mismo hecho de la insistencia del Valencia de que a la fotografía de este viernes estén presentes representantes de Compromís y del PSPV permite al menos aventurar la predisposición del club en avanzar con firmeza y sin polémicas.
El Valencia tendrá que aclarar –no necesariamente este viernes– si quiere o no hacer un estadio de 70.000 y si quiere cumplir con todos los requisitos que marca el convenio, que al fin y al cabo son los mismos que reflejaba la ATE. Al menos en lo de las fichas de Urbanismo, el acuerdo es casi total. Ahí el Ayuntamiento ha dejado claro que el Valencia ya puede sacar beneficios económicos tanto del terciario como del estadio siempre y cuando, eso sí, inicie las obras.
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Lo curioso es que en esas reuniones que sobre las fichas se han producido en las últimas fechas, el Valencia trató también de forzar sin suerte algunos cambios. Entre ellos, poder empezar a comercializar esos beneficios urbanísticos sin tener que cumplir con el inicio de las obras.
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