Baraja apela al valencianismo para salir del descenso ante la Real Sociedad

El Valencia tiene ocho partidos en casa que van a ser otras tantas finales por la permanencia. La primera de ellas este sábado a las 21 horas (Movistar LaLiga), frente a un rival que simboliza el proyecto deportivo diametralmente opuesto a la gestión de Meriton. La Real Sociedad ha adelantado por la derecha, ya hace unos años, al Valencia y la mejor forma de entenderlo es que en la previa al choque estaba pensando en la Roma, su rival en los octavos de la Europa League, mientras que a Rubén Baraja le tocó dar un golpe encima de la mesa para apelar al corazón del valencianismo. Al 'Pipo' se le nota rabioso por tener que lidiar con una realidad que está a años luz de la que vivió como jugador pero aprovechó el que será su regreso a Mestalla para lanzar un mensaje claro; el equipo necesita de su gente para no bajar a Segunda.

El pucelano es consciente –nadie se lo tiene que explicar– de la ruptura total de la afición con Peter Lim. Una vez asumida esa realidad, su llamamiento es para que las protestas se aparquen una vez que se ponga el balón a rodar: «Estamos en una situación de dificultad y nuestra gente sabe cual es la prioridad que necesita el equipo. Más allá de manifestaciones y protestas, que hay que respetar, cuando comience el partido necesitamos que estén con nosotros. Necesitamos el apoyo de Mestalla y la gente lo sabe. Cuando acabe el partido la gente puede manifestarse pero del 1 al 95 les necesitamos. Necesitamos que sientan lo importante que son los aficionados. Ojalá pudiera transmitir a mis jugadores lo que significa cuando Mestalla aprieta, ojalá pueda transmitir a la gente lo que les necesitamos. Después del partido, que cada uno se manifieste como quiera pero durante el partido la prioridad es apoyar el equipo. Como valencianista que soy no me cabe otra cosa en la cabeza». La reflexión, que en directo sonó casi como un ruego, es de una leyenda del Valencia. Toca escuchar.

Más allá de la épica, y del sentimiento, sus jugadores deberán salir del bucle en el que están atenazados desde noviembre. Son ya seis partidos oficiales encadenados con derrota, cinco de ellos en Liga lo que no ocurría desde 1985. Los ‘brotes verdes’ de los partidos ante el Athletic o el Getafe no valen de nada si no se suman puntos. Los valencianistas arrancaron la jornada penúltimos con 20 puntos y antes de pisar Mestalla mirarán de reojo al Cádiz, que con 22 y un puesto por encima de la tabla recibe al Rayo. Es muy duro asumir la realidad, pero es la que es.

Una de las claves que Baraja está intentando inculcar al vestuario es que intenten aislarse de la presión extra que supone estar recordando de forma constante el fantasma del descenso. Él lo vivió como jugador, en la plantilla del Atlético que descendió en el año 2000. Es por ello que ha comenzado a sacar las uñas cuando se le cuestiona sobre ese asunto: «Quedan 16 partidos y no quiero hablar de cosas que no sumen o aporten. Busco que el equipo mejore. Es ahí donde centro la energía, ni dramatizo, ni soy negativo. Soy una persona que no se asusta por nada y que va de frente, podemos dar la vuelta a la situación. Traslado esa pasión a los jugadores y he venido pensando que le voy a dar la vuelta a la situación».

En esa mejora, una de las claves va a estar en la gente joven. Lamerse las heridas del mercado de invierno no suma puntos. Las lesiones de Cavani o Gayà van a abrir la opción de minutos para Jesús Vázquez, Fran Pérez o Lato. Tener a toda la plantilla enchufada es más importante que el debate sobre el sistema. Para afrontar un partido contra una Real Sociedad, tercera, que juega de memoria, pese a la baja de Silva, el Valencia deberá mejorar la defensa de los balones parados. Sin ella, apelar al sentimiento no valdrá de nada. La fortaleza defensiva será clave para buscar la primera victoria de 2023.

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