Baraja contra Lim

Por eso, aunque sufriendo y mucho en la segunda mitad, el triunfo de este sábado cobra mayor importancia de la que aparentemente tiene. Principalmente, porque ha sido una semana que empezó con la herida que dejó el Atlético y se ha ido complicando mucho más de lo esperado. Pes a todo lo que le ha caído encima, Baraja resiste de la mejor de las maneras. Ayer era un tipo que cuando el árbitro pitó el final dio un respiro de alivio. Lo celebró con los dos puños bien apretados, se unió a la piña que había formado su cuerpo técnico, saludó al jefe de prensa, cruzó unas palabras con el árbitro principal y el cuarto –al que tuvo martirizado durante el encuentro– y se fue a felicitar en el centro del campo a sus jugadores. Son ellos los que le van a dar la calma que desde Singapur nunca se le ha transmitido. El simple hecho de que no haya hablado nunca personalmente con el máximo accionista deja a las claras en qué aguas navega este entrenador. Lo mejor es que la afición, la misma que en su momento se dejó hasta manipular casi infantilmente, tiene muy claro ya quién es quién en este club. Baraja se lleva más aplausos que sus futbolistas cada vez que lo mencionan por megafonía –ayer casi a tope por si arrancaban los silbidos al palco–. El viernes, por ejemplo, en varias ocasiones recalcó ante los periodistas que era «sincero» y «honesto», términos que el pueblo valora. Más aún cuando el ambiente ha vuelto a endurecerse. Que la grada empiece a cargar contra Meriton (Lim y Layhoon) y también contra Miguel Ángel Corona nada más empezar el partido y sin esperar al minuto 19 es síntoma que entre lo de Paulista y lo de Rafa Mir se han avivado las brasas. Hubo una concentración previa (algo más de 400 personas) y se vieron más carteles amarillos que hace unas semanas. El griterío fue de mucha más intensidad. Se coreó en un par de ocasiones el nombre de Gabriel Paulista pero los cánticos en el primer tiempo reunieron más adeptos que encuentros anteriores.

Eso también conviene señalarlo. Para aquellos que luchan hoy en día en las trincheras para que salga Peter Lim, deben ser conscientes de que el comportamiento belicoso del pasado se ha transformado en algo así como 'para qué protestar si hacen lo que les da la gana'. No obstante, hasta más o menos el minuto 22, cuando se arrancaron desde la Grada Joven con lo de «Peter vete ya», «dile que se vaya», «Corona es un florero», «Layoon Chan, mentirosa» (y un deseo extremadamente negativo hacia la salud de Lim muy fuera de lugar), lo cierto es que el resto del público se unió al cántico. Baraja lo percibió metido de lleno en el partido, con sus indicaciones y viajes de aquí para allá por su área técnica habituales. Él, como dice, prefiere seguir con su objetivo y arrimarse a Europa. El entorno, esta vez, lo tiene muy a su favor.