![Baraja le pide al club que no le desmantele la plantilla](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/05/27/Imagen%20baraja-RqDaMpo9xQ9IhljmRLFCjFO-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Baraja le pide al club que no le desmantele la plantilla](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/05/27/Imagen%20baraja-RqDaMpo9xQ9IhljmRLFCjFO-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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La planificación de la temporada 2024-2025 del Valencia comenzó este lunes con la primera reunión entre la presidenta, Layhoon Chan, el director deportivo, Miguel Ángel Corona, y el entrenador, Rubén Baraja. Ahora, la clave será la fotografía que quede el 1 de septiembre. Porque ... las buenas intenciones, aquello de armar una plantilla para volver a ser competitivos pero sostenibles, ya suena a lema de sobre de azúcar. La hoja de ruta del técnico es transparente, puesto que la ha ido desgranando en sus ruedas de prensa durante el ya pasado curso. Con contrato en vigor hasta junio de 2025, si el club quiere cumplir su deseo de que lo amplíe, algo que le volvieron a poner encima de la mesa, deberán demostrar con hechos, y no sólo con palabras, que hay un atisbo de proyecto deportivo en el Valencia de Meriton. Baraja, básicamente, lo que pide es que no se desmantele la plantilla y que en caso de vender jugadores importantes, los refuerzos tengan la calidad suficiente como para que esa merma no ponga en peligro un objetivo que hasta nueva orden volverá a ser la permanencia. Conviene no olvidarlo.
Con respecto a su renovación, ya lo dejó claro antes de viajar a Vigo para terminar la Liga contra el Celta: «Estoy en mi casa y cumpliendo un sueño. Tengo mucho por trabajar, mejorar y crecer. Como todo entrenador, lo que quieres es continuidad y que tu idea y modelo de juego permanezca en el tiempo y poder conseguir algo, marcar un momento o una época y que la gente valore tu trabajo». Para conseguirlo, lo que trata de transmitir al club es que hay que «mejorar e ir a más». Una de las claves en el mercado para el Valencia, al menos a ojos de su entrenador, es que la plantilla mantenga los mimbres para seguir trabajando en «una identidad» que se ha ido creando «porque el equipo sabe a lo que juega y compite. Ahora es importante que eso tenga continuidad, es lo que nos gustaría». No son declaraciones de Baraja después de la reunión –que podrían explicar a la perfección lo que explicó a sus jefes– sino de la previa del partido contra el Celta.
A Layhoon, por tanto, no le debió de sorprender ninguna de las reflexiones de su actual entrenador. Si quiere convencerlo para que renueve, ya sabe que la entidad también tendrá que mostrar ambición en el proyecto deportivo. Una palabra, ambición, que el técnico pucelano no traduce en inversiones millonarias para aspirar a la Champions (sabe donde está la realidad económica del club) pero sí que se mejoren posiciones en el campo que el pasado verano, e invierno, quedaron desiertas o que, al menos, por cada salida se produzca una llegada que no merme el nivel de la plantilla. Algo que, en caso de que se confirme la venta de Mamardashvili, ya comenzará a producirse con la llegada de Dimitrievski. Siempre, obvio, sobre el papel porque luego es el césped el que da y quita razones. «Hay unos contratos y el Valencia se desprenderá de jugadores si fuera necesario, no porque tengamos que estar dejando que los jugadores se vayan porque sí. Tienen un gran valor y el incremento patrimonial del equipo este año es brutal, tenemos jugadores jóvenes con un futuro fantástico y nosotros queremos que esa valoración se vea también cuando haya una venta», avisó Baraja hace cuatro días. Un mensaje que vale tanto para fuera, el entorno, como para dentro, el llamado como 'local management' porque «al final lo que todo entrenador quiere es continuidad, estabilidad y que dentro de lo posible se tenga continuidad en la plantilla y en los jugadores importantes, y que en las posiciones que se pueda mejorar, se mejore». Es más, el de Valladolid lanzó un último aviso en clave interna: «A pesar de que la afición entiende que estamos en una travesía por el desierto de la historia del Valencia, quieren tener la sensación de que su club, a pesar de que tiene una dificultad importante a nivel económico, está buscando ilusionarlos a ellos». Esa afición, a la que apela Baraja, es la que en un gran número sigue manifestando su enfado y repulsa hacia un proyecto de club que sigue menguando el nivel de la plantilla cada temporada.
El gran aviso para Peter Lim, si de verdad le interesa la parte de Club de Fútbol del nombre de la empresa deportiva de la que es el máximo accionista, es lo que ha ocurrido en el tramo final de la temporada. Hasta la Jornada 21, el 20 de enero, el Valencia de la 'quinta del Pipo' sorprendió haciendo saltar por los aires los pronósticos de temporada con 32 puntos y la séptima plaza de Conference League. Hinchó algo el pecho Corona, en la presentación de Peter Federico, censurando a los que le acusaban de no haber mejorado la plantilla. Cuando se terminó la gasolina al repetido once de Baraja, con el bajón físico lógico de Pepelu o la lesión de Gayà, se deshinchó el pecho. En los últimos 17 partidos, el Valencia sumó 16 puntos. 1 de los últimos 21. Un serio aviso de que la plantilla necesita, aún sin vender a nadie, reforzar el lateral derecho, los centrales, el mediocentro, los extremos y la delantera, donde sólo Hugo Duro ha tenido regularidad goleadora.
¿Los que se van?
Mamardashvili: «Defender este escudo ha sido un honor»
¿Se irá o se quedará? Posiblemente Mamardashvili ya sepa su futuro inmediato. El Newcastle apuesta fuerte y el Valencia abrirá la puerta si la oferta ronda los 40 millones de euros. A la espera de saber oficialmente qué ocurre con el portero, el georgiano quiso despedirse ayer de la afición blanquinegra con un mensaje en redes sociales. Realmente apunta a despedida. «Ayer cumplí 100 partidos con esta camiseta y no puedo estar más orgulloso. Defender este escudo durante estos 3 años ha sido un honor y un privilegio. Cada minuto en el campo, cada entrenamiento y cada desafío ha merecido la pena. Gracias a todos los que me han apoyado y ayudado a llegar hasta aquí: compañeros, entrenadores, y por supuesto, a la afición. Esto es solo el comienzo, ¡vamos a por más!», escribió el guardameta.
Otro futbolista que gusta mucho en clubes poderosos es Javi Guerra. Tiene una cláusula de 100 millones de euros. Baraja considera que puede hacer de él un futbolista diferencial, pero habrá que ver si llegan ofertas y por cuánto dinero. Después hay jugadores prescindibles que, además. aligerarían la masa salarial, como es el caso de Hugo Guillamón o Thierry Correia. Por el portugués se interesó el Olympique de Marsella de Marcelino, pero Mendes bloqueó la operación. Y los que se van seguro son los cedidos Roman Yaremchuk, Selim Amallah y Peter Federico, además de Cristian Rivero, que finaliza contrato.
¿Los que llegan?
Premios para Tárrega: ascenso, renovación y ficha del Valencia
La mejor decisión que podía tomar. César Tárrega se plantó en la ventana de invierno con la duda de qué hacer. Tenía pocas opciones de tomar minutos en el Valencia y aceptó el ofrecimiento del Valladolid. Ha sido titular indiscutible, se ha lucido en muchísimos partidos y ha sido partícipe del ascenso a Primera División. En el contrato de decisión se estipulaba que si disputaba el 65% de los minutos con el equipo pucelano se activaba la renovación de contrato con el Valencia hasta 2028 y contaba con ficha del primer equipo. El canterano estará en la nómina de centrales de Baraja para la próxima campaña junto a Mosquera (si no llega una oferta irrechazable), Yarek, Cenk y Diakhaby. Es cierto que es una zona del campo con muchas dudas, porque podría optarse por el fichaje de un defensa veterano de jerarquía y optar por la cesión de Yarek para que imite a Tárrega, o también acometer la venta de un Cenk no que no explota, y falta saber en qué condiciones vuelve el central guineano. Y también está Comert, que ha acabado su cesión en el Nantes, equipo que finalmente no se ha decidido a ejercer la opción de compra de tres millones de euros. Lo normal es que el Valencia acometa su venta, así como la de Samu Castillejo, al que Baraja no quiere ver ni en pintura. El malagueño, que firmó hasta 2025 tras salir del Milán, se marchó al Sassuolo en las últimas horas de mercado de verano en calidad de cedido con una opción de compra no obligatoria de 250.000 euros, una opción que parece descartada por el equipo italiano, ya que sólo ha sido seis veces titular y ha competido en un total de diecisiete partidos. El conjunto transalpino, además, ha descendido de categoría. Por cierto, ha compartido vestuario con Uros Racic, que el verano pasada salió vendido. Castillejo también tiene un contrato demasiado alto para el rendimiento ofrecido, por lo que la venta es la única salida.
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