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Las cuentas del Valencia para regresar a Europa ya son tan complicadas, si no puntúa este jueves en San Sebastián (22 horas, DAZN) se queda ... sin opciones matemáticas, que lo más importante para los de Mestalla es terminar con buenas sensaciones un curso donde se ha conseguido, de largo, el objetivo marcado por la entidad que era la permanencia. Conviene tener en mente esa foto fija. Con el próximo mercado de fichajes, el de verano, marcado por la máxima incertidumbre porque será Peter Lim el que marque si abre la máquina de vender futbolistas, con perlas cotizadas como Mamardashvili, Mosquera o Pepelu, las reflexiones hay que analizarlas en clave estructural, y no coyuntural como puede ser un partido de fútbol. Como el de hoy.
El Valencia visita el Reale Arena para enfrentarse a una Real Sociedad que es uno de los clubes que ha aprovechado el pinchazo del proyecto de Meriton desde que se ganó la Copa de 2019, para adelantarse por la derecha. Estabilizado siempre en posiciones europeas, viene de disputar este curso la Champions, su modelo sacar jóvenes valores de Zubieta (y no venderlos al menos hasta sacarles todo el jugo) y reforzarse con jugadores contrastados que arropen a los canteranos (Isak, Kubo, Sorloth, Silva, Brais Méndez...) ha sido todo un acierto. Después de poner en el foco ese modelo, conviene repasar la radiografía que hizo ayer Rubén Baraja del proyecto donostiarra: «Han trabajado en generar una identidad a conciencia, sacan jugadores de la casa, los protegen para hacerlos mejores e invierten en jugadores determinantes para ganar partidos. La Real Sociedad tiene una identidad. Ha sido un cúmulo de cosas positivas que hace que sea un equipo envidiable en todos los sentidos. Viene de una entidad, de un entrenador en el que se ha confiado a largo plazo, una filosofía de club donde se invierte en jugadores jóvenes y en otros importantes que puedan completar los de la casa. Es un espejo donde mirarnos por muchas cosas y ojalá en el proceso de mejora podamos llegar a esos niveles».
El análisis es una apretada a Peter Lim con toda la clase del mundo. Al final, lo que está retratando Baraja es lo que le gustaría tener en el Valencia para ampliar su contrato, que vence en junio de 2025. El técnico, como informó este periódico el pasado 25 de abril, no se atará más allá de su actual vinculación al club si no presencia, no con palabras sino con actos, que el club va a fortalecer el proyecto deportivo y no menguarlo. Ahí también se mostró claro cuando se le preguntó si le gustaría ser el Imanol Alguacil del Valencia. Es decir, la persona que lidere un proyecto a largo plazo como el que ha llevado a la Real Sociedad a elevar su nivel: «Depende de que los objetivos vayan creciendo porque es lo que ambiciona todo entrenador, tener un largo periplo empezando por abajo. Soy muy fan del trabajo de Alguacil. Ojalá pueda ser aquí pero hay que ganárselo con el trabajo. No hay que olvidar que es un equipo que ha jugado esta temporada la Champions y con jugadores determinantes. Es un gran equipo, muy bien entrenado, y el éxito no viene de la noche a la mañana». A buen seguro que no será la última vez que se cuestionará a Baraja sobre su futuro vinculado al rumbo que tome el proyecto de Meriton este verano pero será complicado que elija un ejemplo tan claro como el del espejo de la Real Sociedad para explicar lo que debería hacer Peter Lim si de verdad está interesado en gestionar un club de fútbol con ambición. Para la cita en Anoeta, la gran duda en la convocatoria será la de Hugo Duro, que no entrenó ayer en Paterna por molestias.
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