Rubén Baraja da instrucciones durante el partido contra el Betis. efe/ ana escobar

Baraja sabe que ya juega sin red

El único motivo de que el técnico siga en el Valencia es que Lim no quiere pagar su finiquito. Los partidos ante el Espanyol y el Alavés serán definitivos, con una suma de puntos que alivie al colista o una situación insostenible

Martes, 17 de diciembre 2024, 00:35

Rubén Baraja, que no es precisamente un recién llegado al mundo del fútbol, sabe que si mañana se sentará en el banquillo visitante de Cornellà para dirigir el partido del Valencia frente al Espanyol, aplazado en su momento por culpa de la trágica DANA, es ... porque Peter Lim, de momento, no quiere ni oír hablar de pagarle el finiquito de su contrato blindado hasta 2026 (puesto que no tiene una cláusula de salida) que le asegura más de 5 millones en caso de despido. El mensaje del club, en privado, de ratificar al técnico tras la debacle de Valladolid es un papel tan mojado como que depende de una llamada de Singapur... o de que la situación deportiva se haga aún más insostenible. Esa doble variable, con una tercera que son los seis puntos en juego esta semana contra dos rivales directos como son el Espanyol y el Alavés, permiten alargar su indulto unos días más.

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Si el Valencia logra sumar puntos, mejor de tres en tres, en los dos próximos partidos, la situación obviamente mejorará de la última posición actual, con 10 puntos y a seis de la zona de salvación. Ese escenario, el positivo, aliviaría hasta el arranque de 2025 la situación de Baraja y, por ende, seguiría librando a Peter Lim de tener que acometer el gasto de 5 millones en el finiquito de su actual entrenador, más la contratación del nuevo técnico. Algo que a día de hoy se niega a autorizar el dueño de Meriton.

Por el contrario, si el Valencia no logra revertir su nefasta trayectoria en estos dos últimos partidos del 2024, hay que recordar que acumula tres derrotas consecutivas, la situación puede convertirse en insostenible para Baraja. Algo que, mirado siempre desde el punto de vista de un Peter Lim que ha dado sobradas muestras de importarle poco lo deportivo, puede abrirle la puerta al técnico pucelano en condiciones más ventajosas para Meriton. En ese escenario de dos derrotas más, suena a ciencia ficción que Baraja 'se coma las uvas' como técnico del Valencia. En ese escenario negativo, Mestalla puede convertirse en un polvorín. Con esa horquilla abierta, la de sumar puntos o convertir la situación en insostenible, se ha ganado un indulto a corto plazo el que fuera en su momento leyenda en el césped de la entidad.

El partido contra el Espanyol será arbitrado por Pablo González Fuertes, del comité asturiano, y para que el Valencia tenga opciones de sumar tendrá, entre otras cosas, que afinar la puntería. Los números en las dos áreas del conjunto de Mestalla son negligentes a estas alturas del curso y explican, mejor que nada, que el equipo sea el colista por mucho que tenga dos partidos por disputar. Los 13 goles anotados, una media de 0,87 por partido, convierten a los de Baraja en el tercer peor equipo de Primera, sólo por delante del Getafe y el Valladolid. Los 23 goles encajados no le sitúan entre los peores registros, pero analizando esos tantos sí que el Valencia es penalizado en errores defensivos muy gruesos, como el de Mosquera que costó la derrota en Valladolid, y que está lastrando al equipo. Esa es otra de las penitencias del actual proyecto. No hay que quitar mucho polvo a la hemeroteca para encontrar valoraciones del propio Baraja, y del director deportivo Corona, argumentando que al mantener el bloque del equipo y fichar retoques como Mir o Rioja, este curso el club mejoró su plantilla.

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