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Rubén Baraja sabe que se la juega en Valladolid este viernes. Precisamente en su vuelta a casa, el técnico del Valencia es consciente de que si su equipo no es capaz al menos de arrancar un empate, su continuidad en el equipo estará finiquitada. ... Y hoy, en la sala de prensa, ha tratado de manejar esa incómoda situación ante los medios, aunque ha aprovechado para dejar claro que si en su momento él apostó por el club y el club por él, ahora es en su opinión el momento de demostrarlo. «Imagínate las ganas que tengo de que cambie esto y que las cosas vayan bien. Trato de ser fuerte pero hay momentos que te afectan las cosas. Siento que tengo que mejorar esto y sacar fuerzas de donde sea. No tengo esa sensación de ultimátum. Hay preocupación, la realidad es que los números son indefendibles. Cuando crees en un proyecto y crees que el entrenador es la persona adecuada, ahora es cuando tienes que demostrar esa confianza. Puedo venir a desmentir cosas, no es mi estilo».
¿Piensa que se está siendo injusto con usted? «No valoro eso, sé lo que significa estar en este club y la presión que eso lleva. Si no consigo resultados acepto determinadas cosas si no se falta al respeto a la persona, eso es lo último. Tengo que aceptar y lo asumo. No hay nadie en Valencia que se está jugando más que yo, a nivel de prestigio como jugador, porque soy valencianista y siento el club, siento el momento difícil que estamos viviendo y por responsabilidad y coherencia».
Baraja se encuentra en su primera 'final' como entrenador del Valencia, si bien ya atravesó pro situaciones delicadas en su etapa como futbolista de Mestalla. Aún así y sabiendo en su fuero interno que la situación es la que es, trataba de eliminar ese sombrío panorama. «Es un partido importante contra un rival directo y hay que afrontarlo así. Es un partido de fútbol con su tensión y trascendencia. Cuando pase el partido analizaremos las cosas. Me centro en tratar de convencerlos».
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El técnico tuvo una conversación esta semana con la presidenta, con el director deportivo y también con sus futbolistas. «Tenemos contacto diario y hablamos de cosas. No estamos contentos con los resultados, los resultados son muy malos. Hay que asumirlos. Aposté por el Valencia. El club está demostrando que confía en mí, piensan que soy la persona que puede dar la vuelta a la situación. Si tú sabes otra información no la puedo valorar».
Una de las cuestiones que más inquietan es lógicamente la respuesta que puede tener el grupo de jugadores ante esta presión añadida del descenso y sabiendo que su entrenador se juega el puesto. «Los veo con la convicción que somos capaces de revertir la situación. Puedo coger una hoja entera de excusas y normalizar que podamos perder jugadores importantes, no es mi estilo. No hay que buscar excusas ni lamentarme. Cada partido es una oportunidad de poder mejorar. Esto nos puede servir para mejorar». Precisamente hacia ellos tiene clara cuál puede ser la estrategia a seguir: «Darles un mensaje claro y directo, mandarles la confianza y la energía. Tenemos que tratar de sacar nuestra mejor versión. Es lo que trato de transmitir, cosas sencillas y concretas. Ellos tienen la actitud y el ímpetu de querer cambiarla. Hay que tener serenidad, es un partido muy importante para nosotros».
En el ánimo se le ha visto al técnico del Valencia algo menos apagado que tras la derrota contra el Rayo. «Después del partido estaba disgustado. No podemos pararnos ni lamentarnos, hay que seguir insistiendo y tratar de buscar la mejora. Esto es una prueba importante a nivel personal, buscar en ti mismo esa fortaleza mental para encarar situaciones. He tenido un montón de experiencias límite como jugador y eso me permite afrontar las cosas con confianza».
En su vuelta a Valladolid, la duda que le genera es el cambio de técnico en el equipo local. «Es bonito volver a casa. No tenemos muchas referencias ahora de ellos por el entrenador. Para nosotros ganar allí sería un impulso. Tenemos dos partidos menos por jugar. Son seis puntos».
Parece que Foulquier va a jugar de inicio y que va a volver el 4-4-2 como sistema inicial. «Tener alternativas incluso durante el partido enriquece al equipo y a la plantilla. Nos da soluciones también. Manejar los sistemas es positivo. Foulquier está bien.»
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