![Bienvenidos a la fiesta de Baraja](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/01/21/1476551130-R2aQSoLnwEJgkSD97bZUMdJ-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Ni la burlona predicción del deslenguado de Anil Murthy («en diez años ganaremos ligas con gente joven», 30-11-2020) ni el miedo en el cuerpo de junio pasado cuando por la mediocridad de los de aquí y los desbarajustes de los de Singapur estaba ... todavía en el aire la permanencia. A medio camino entre una y otra situación, a Rubén Baraja no se le ha ocurrido otra cosa que montar una fiesta que iba para íntima y a la que han acabado sumándose futbolistas y afición, y en la que la palabra Europa se ha convertido en el gran cartel de bienvenida. Lo que no sabía Baraja es que no se puede montar un guateque de tal magnitud sin hacer el ruido que merece y él precisamente está obsesionado con evitar que su vestuario se desmadre y acabe desparramándose. Por eso, hasta ahora impera la ley de la prudencia entre sus futbolistas: nadie se atreve a plantear seriamente que el Valencia debe mirar ya a la lucha por puestos europeos, algo que en Mestalla no se disfruta desde hace cuatro años.
1,52 Puntos
de media lleva Baraja este curso (el pasado 1,29). La más alta fue en el Sporting (1,63) y Tenerife (1,54). La más baja en el Rayo y Zaragoza (1).
15 Victorias
en esos 38 partidos, 9 empates y 14 derrotas, sumando las 'dos' temporadas.
43 Goles
a favor (16+27) y 43 (19+24) en contra.
Algo así le pasó también al Valencia pero hace algunas décadas. En concreto, después de ascender a Primera (1986-87). En la 87-88, el Valencia terminó decimocuarto en la clasificación pero en la 88-89, con Víctor Espárrago al frente y con un grupo de futbolistas –de la casa la mayoría– entre los que estaban Quique (23 años), Nando (21), Giner (24), Voro (25), Fernando (23), Arroyo (22), Eloy (24), Alcañiz (23), Camarasa (21) y Fenoll (24), así como quien no quiere la cosa, el equipo fue subiendo en la tabla hasta acabar la temporada tercero (Real Madrid primero y Barça segundo). Nadie, según la versión que admite alguno de esos protagonistas, se atrevía en el día a día a decir nada de jugar la UEFA pese a que la realidad era incuestionable. La rigidez de Espárrago ayudaba también. Ahora pasa algo parecido sin que Baraja sea Espárrago, claro. Todo está saliendo ahora a pedir de boca. Justo cuando se ha producido el primer aniversario de Baraja como entrenador del Valencia, el equipo se ha metido de lleno en esa lucha por los privilegios continentales. Baraja cumplió el sábado su 'primera temporada' como responsable blanquinegro. Lo hizo juntando los 17 partidos de la temporada 22-23 y los 21 del ejercicio 23-24. Y el resultado de la suma de ambos conceptos no es del todo malo. Más bien, refuerza la teoría de que el crecimiento del vallisoletano como entrenador en la élite va íntimamente ligado a las opciones reales del equipo de acabar la temporada abriendo la puerta de una competición continental, aunque sea ésta de rango menor.
Para ello, basta con disfrutar de un ejercicio matemático sencillo. Se cogen los 22 puntos que sumó en esos 17 encuentros de la campaña pasada y los 32 que ha sumado en el presente curso y arrojan una cifra de 54. Con uno menos, Osasuna se metió finalmente en Europa.
Pero para aquellos que prefieran manejar los datos de la realidad, se puede uno quedar únicamente con esa séptima plaza que tiene ahora el equipo. Sigamos con Osasuna, que es un ejemplo bastante bueno y que podría servir como referencia. Tras la jornada 21 de la campaña pasada, los navarros eran noveno con 30 puntos (dos menos que el Valencia ahora). Y después de las 38 jornadas terminó séptimo con 53 puntos y el premio europeo, guinda que ni Peter Lim podía imaginar cuando se hizo la proyección de hasta dónde podía llegarse con esta plantilla, cogida con pinzas y con elementos que casi ni se afeitan todavía.
Hay mucho camino que recorrer todavía y mucho aún que controlar. El técnico, por ejemplo, tiene ahora dos frentes que atender: uno, evitar que la euforia y la verbalización de los nuevos planteamientos acabe perjudicando al grupo; y dos, que sus futbolistas sean capaces de mantener la tensión que les llevó por ejemplo a superar al Athletic.
El calendario se vuelve ahora puntiagudo pero en nada teóricamente se suaviza. El domingo hay que jugársela en el Metropolitano frente al mejor equipo como local de Primera (el Atlético), pero luego hay que medirse a Almería, Las Palmas, Sevilla, Granada... y recibir en Mestalla al Real Madrid.
Hoy, pruebas a Canós
La lesión de Canós fue, con diferencia, la nota más amarga de la noche del sábado. En un día redondo para el valencianismo, el infortunio en el isquio que padeció el atacante centra la atención del cuerpo médico, que hoy tiene previsto someterle a una resonancia para determinar si, como se teme, puede ser una pequeña rotura fibrilar. Canós, con una pretemporada irregular, ya se perdió cinco encuentros por lesión.
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