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Siempre hay una primera vez. Para todo. Incluso para liderar a un equipo con seis goles a favor en su casillero. Esto mismo le ha pasado a Marcelino García Toral. Al entrenador asturiano los clásicos le califican de conservador. Y no les falta razón, pero desde el domingo ya es un poquito menos. Goleada histórica que pondría tonto a técnicos inoculados con el gen brioso. Cruyff, Setién o Paco Jémez lucirían sonrisa Profidén ante tamaña gesta atacante y dejarían en anécdota los tres goles recibidos, pero esto a Marcelino le escama. Las veces que el arquero brasileño Neto tuvo que recoger el balón de la portería son tres dolorosos granos en su piel. Molestan. Mucho.
Pero para arreglar el desaguisado defensivo ya habrá tiempo. La salida del campo de Jeison Murillo fue clave. Se fue el colombiano y llegó la hecatombe. Marcelino se aplicará en la Ciudad Deportiva de Paterna para que no vuelva a suceder. Pero estos días son de fiesta. Jolgorio atacante. Porque hacía 63 años que el Valencia CF no marcaba 21 goles o más en las ocho primeras jornadas de Liga. Hay que remontarse a la temporada 54-55, con Iturraspe de entrenador, para echarse a la cara tanta eficacia. Badenes, Wilkes o Buqué las inyectaban como querían. Y de aquellas leyendas a las actuales. Zaza, Rodrigo y Santi Mina, el trío que patrulla al nuevo bombardero de la Liga.
La proyección de los atacantes blanquinegros les sitúa al nivel de las más famosas de la competición patria. La BBC o la extinta MSN tienen competencia. La pareja titular ya luce en las estadísticas históricas del Valencia. Hay cuatro dúos que han anotado durante cuatro jornadas seguidas. En la temporada 50-51 fueron Badenes y Pasieguito, una campaña después lo hicieron Badenes y Cabillo. En la 52-53 fueron Sócrates y Fuertes los anotadores y ahora, 65 años después, hay que citar a Zaza y Rodrigo. Este último, además, se ha situado como el máximo goleador español. Su buena forma y su eficacia le han llevado a adentrarse en la élite del fútbol español. Julen Lopetegui no ha podido resistirse y le convocó en las últimas jornadas valederas para la clasificación europea. Y el valencianista no le decepcionó. En su primer partido como titular, frente a Albania, gol al canto.
En cambio, el seleccionador italiano se olvidó de Zaza. Error. A un futbolista en racha no hay que apartarlo. A la selección transalpina le cuesta anotar y al delantero del Valencia le resulta de lo más fácil. Pues la formación azzurra sufre y Zaza ríe. Lleva seis goles en los últimos cuatro partidos. Es de los pocos que puede toser a Messi en esta estadística. El panzer blanquinegro ha conseguido dejar atrás todas las dudas que generaba. El coste de su fichaje y las exigencias le dejaban en una situación complicada que ha solventado a base de golazos. Porque Zaza no es de los que se conforma con anotar, le agrada hacerlo con contundencia. Tanto que en el gol frente al Betis parecía incluso que se había roto. Pero al final sólo ha sido un susto, tanto como el que se llevó Adán con el zapatazo del atacante.
Y hay un tercero, pero en este caso no en discordia. Otro discutido, al que no ayudaban las situaciones extradeportivas. Pero con Marcelino sólo vale lo que ocurre en el campo. Santi Mina ha conseguido un rincón en el corazoncito del entrenador. No es titular porque ahora parece misión imposible, pero siempre es el recambio necesario para Zaza o Rodrigo. Y siempre acierta, siempre está ahí para ayudar.
Pero este equipo es coral. Grupo sobre nombres pese a que muchos de ellos están destacando a nivel individual, con estadísticas sorprendentes. Pero es que en esos 21 goles que lleva el equipo esta campaña hay hasta nueve protagonistas. Ni uno ni dos. Nueve. Sólo un defensa y ocho futbolistas atacantes. El hombre de la retaguardia que ha acertado es Nacho Vidal. Pocos apostaban por él por la presencia de Montoya, pero el canterano se está haciendo hueco a codazos y hasta con goles.
El resto de jugadores goleadores son de medio campo hacia arriba. Porque han marcado todos ellos: Carlos Soler, Pereira, Guedes, Parejo, Kondogbia, Mina, Rodrigo y Zaza. Todo son ventajas para el entrenador, porque sabe que cualquiera de ellos, en cualquier momento, puede desatascar un partido. Además, con una incidencia icónica, y es que muchos de los tantos son auténticos golazos. El del Guedes frente al Betis se ha colado entre los más espectaculares de la Liga. Si lo marca Cristiano o Messi... Pero no, fue un portugués menos mediático pero que está enloqueciendo a Mestalla.
Todo ello ha hecho que el Valencia esté ya ocho jornadas sin conocer la derrota. ¿Y cuándo fue la última vez que ocurrió? Pues fue con Rafa Benítez en el banquillo en la temporada 2003-2004. ¿Y qué ocurrió esa campaña? Que el conjunto blanquinegro consiguió el título de Liga. Ahora eso es mucho decir, pero la ilusión es lo último que se pierde. Marcelino no quiere ni oír nada sobre esa expectativa, prefiere el "partido a partido" del Cholo. Pero victoria a victoria y gol a gol la proyección del Valencia puede alzarse hacia el infinito.
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