Bordalás tiene un buen armario pero sin fondo

Hay que leer entre líneas para extraer algunas conclusiones. Se dieron dos circunstancias que llamaron poderosamente la atención. Por un lado, el hecho de que tan sólo hiciera tres cambios pese a que el marcador lo tenía en contra (1-0) desde casi el cuarto de hora de encuentro y, por otro, que empezó a mover el banquillo en el minuto 79, cuando decidió retirar a un activo Guedes y meter a Manu Vallejo. Aunque hubo cinco minutos de añadido por el árbitro, esperó casi al último tirón del partido para inyectar gente de refresco.

En Primera y a estas alturas de la temporada no es habitual reunir estas dos circunstancias. Tan sólo hay que repasar los minutos y la cantidad de cambios de los encuentros que se han disputado esta jornada en la máxima categoría para ver que Bordalás se ha salido del guión habitual que otros entrenadores consideran. Fueron pocos y los hizo tarde.

¿Qué puede significar eso? Pues con 1-0 en contra, se puede interpretar que no acabas de confiar en la gente que tienes en el banquillo para buscar el revulsivo que necesita tu equipo. El técnico está repitiendo constantemente el discurso de que hacen falta refuerzos y de que confía plenamente en las gestiones del presidente y de Miguel Ángel Corona.

De hecho, la convocatoria fue tan bien corta. Sólo ocho futbolistas en el banquillo, tres de ellos sin bagaje en Primera y del resto, excepto Cillessen y quizás Diakhaby, nunca han tenido la consideración de ser titulares en el Valencia.

En los próximos días se debe despejar las incógnitas que mantienen en vilo principalmente al entrenador. Marcos André parece que será el primero en caer pero hay que ver quién le acompaña, si un mediocentro (Arambarri está casi descartado); otro punta (Calleri o Wilian José), o incluso un lateral derecho para competir con Correia. Ayer, Ideal recogía que Bordalás había solicitado a Foulquier (ya lo tuvo en el Getafe) y que el Valencia estaba dispuesto a abonar 2 millones de euros por él.