Bordalás se gana los fichajes de Lim

El gran triunfador del estreno del Valencia en la temporada 21-22 fue, sin duda, José Bordalás. Por encima de Mamardashvili y esas son palabras mayores porque el impacto del georgiano fue espectacular. La explicación es sencilla. El pasado curso, el Valencia también lo inició ganando (al Levante por 4-2) y a dos semanas de finalizar el mercado. Javi Gracia, por entonces, pasaba sin pena ni gloria en un valencianismo desencantado desde el despido fulminante de Marcelino tras ganar la Copa de 2019. La militancia necesitaba un referente y lo tiene en Bordalás. El mejor fichaje que se ha podido hacer a sí mismo Peter Lim para, al menos, generar ilusión en una afición deprimida por Meriton.

En el Trofeu Taronja ya se vivió el primer avance pero la ovación de los poco más de 10.000 espectadores que finalmente entraron en Mestalla el viernes cuando fue anunciado el técnico fue tremenda. Muy por encima de los actuales ídolos de la afición (Gayà y Carlos Soler). Para encontrar algo así en un entrenador que debuta en el Valencia hay que rebuscar mucho en la hemeroteca. Tanto que habría que bajar hasta 2004 (en el regreso de Ranieri que ganó la Supercopa de Europa) o 1995, con Luis Aragonés. En la etapa reciente, técnicos que acabaron ganando títulos como Rafa Benítez o el propio Marcelino, que ayer cumplió 56 años, u otros que hicieron un buen trabajo (Cúper con dos finales de Champions, Valverde o Emery) no tuvieron ese calor de inicio. Se lo fueron ganando.

La gente está con Bordalás. Es la actual estrella del proyecto y el entrenador siente que con ese trabajo en Paterna, sin alzar la voz mientras ha ido tirando de jugadores del Mestalla en pretemporada, se ha ganado los fichajes que reclama. El alicantino lleva muchos años en el fútbol y sabe que para pedir hay que merecerlo. Un símil que se puede aplicar perfectamente a sus demandas en las últimas dos semanas del mercado.

En la previa del debut ante el Getafe, Bordalás se negó a hablar de nombres propios pese a la insistencia en las preguntas. Tras la demostración de su equipo, aguantando casi 75 minutos con uno menos tras la expulsión de Guillamón, consideró que sí que era el momento. Primero se habla en el campo y luego se piden refuerzos. «No tengo ninguna duda que llevamos esa hoja de ruta y que llegarán las incorporaciones que necesitamos porque todos estamos de acuerdo», avisó tras la victoria. Un recordatorio, entre otros, para el presidente Anil Murthy, alertando que la victoria no puede servir para que el club llegue a la conclusión que con la actual plantilla es suficiente.

Bordalás fue más allá. Amante de la antigua Roma, sabía que era momento de dar un pequeño avance a 'sus tropas'. Tras la reunión telemática con Peter Lim el pasado 6 de agosto, donde tal y como informó este periódico le apretó al máximo accionista para que fuera consciente de las necesidades de la plantilla, y reconocer el jueves que el de Singapur dio «luz verde» a esas necesidades, tras la épica victoria ante el Getafe llegó la primera confesión pública con respecto a sus dos grandes prioridades.

Marcos André y Arambarri

Bordalás quiere reforzar la delantera, que tras la marcha de Gameiro y Cutrone no tiene ninguna cara nueva, con Marcos André. El Valladolid, que descendió la pasada temporada, sabe que el punta es su mejor baza en el mercado para sacar dinero. Es por ello que no ha bajado en todo el verano de los 8 millones el precio de su salida. Es cierto que tras el acuerdo con CVC, el Valencia tiene liquidez para acometer una operación así pero también el resto de clubes (como el propio Valladolid) también han recibido ese alivio. Conviene no olvidarlo porque será una de las claves en la recta final del mercado.

Meriton sigue sin autorizar una inversión como la que se pide desde Pucela por el jugador. Lo máximo que está dispuesto a pagar la entidad valencianista son 5 millones, aunque no se da por terminada la negociación. Hay que recordar que Lim no ficha a ningún jugador desde el desembolso de 12 millones por Correia el 2 de septiembre de 2019. Se van a cumplir dos años. El viernes, Bordalás apretó por Marcos André: «Es un jugador interesante, todos me habéis oído hablar de él. Es un jugador como muchos que son importantes y que nos pueden ayudar para las necesidades que tiene la plantilla. Las necesidades están ahí y todos las sabemos. No podemos hacer nada público hasta que las cosas se concreten».

El otro nombre propio es Mauro Arambarri. Es más, si el alicantino tuviera la potestad de elegir un fichaje sería el del mediocentro uruguayo. No en vano fue uno de sus muros en su etapa en el Getafe y en sus informes le considera el jugador ideal para tapar una necesidad que el Valencia tiene desde que se marcharon, de tacada, Coquelin y Kondogbia. El pasado curso, el club recuperó a Racic para que ejerciera ese rol pero, pese a la buena temporada del serbio, se demostró que con sólo con él en esa posición no es suficiente. Bordalás quiere tener variantes en esa posición para hacer parejas (ahí pueden entrar Carlos Soler o Wass) y evitar situaciones como la de este verano, donde se vio obligado a poner a Diakhaby y Guillamón. El canterano, por cierto, debutó como titular en esa posición en un partido oficial con la expulsión más temprana de la historia de la Liga en una primera jornada de la competición.

El gran problema con Arambarri, además de que ya ha comenzado la temporada y es un fijo en el Getafe, es que otros equipos como el Sevilla, con más potencial económico, también pujan por un jugador que tiene una cláusula de salida de 20 millones. Lo sabe bien Bordalás: «De Arambarri todo el mundo sabe la opinión que tengo, es un jugador fantástico. Vamos a ver si es posible o no porque además de un magnífico jugador tiene una cláusula muy alta».