Borja Criado, de debutar con Benítez a la notaría

Alos 27 años, Borja Criado decidió que no iba a jugar más a fútbol. Aprovechando que hoy se celebra el día del notario, se rescata la historia de un canterano valencianista que supo oponerse a la adversidad. Tras una acusación por dopaje, dejó el deporte del balompié a un lado para centrarse en preparar las oposiciones para notaría. El canterano del Valencia recibió una sanción por dar positivo en un control antidopaje después de tomar un medicamento contra la caída del cabello. «Cuando yo estaba jugando en Segunda División en Murcia, tuve un problema con el dopaje por ese producto que evitaba la caída del pelo. Me sancionaron, pero años después me absolvieron. Tuve una justificación para dejar de jugar al fútbol. Como me llegó la sanción, tenía que tomar otra alternativa», afirmó Borja Criado después de sufrir esa sanción por dopaje,

En febrero de 2014, el Boletín Oficial del Estado publicó que Borja estaba entre los 90 aspirantes, entre más de 900, que iba a tener una plaza de notario. «Yo había estado preparándome toda mi vida para ser abogado de derecho deportivo para estar vinculado al fútbol el día de mañana», destacó. Durante diez años de carrera en el fútbol, Borja Criado pasó por el Europa de Barcelona, por el Valencia, Espanyol, Ciudad de Murcia y Granada 74.

Nunca llegó a destacar. Apenas jugó tres partidos con el primer equipo del Valencia entre las temporadas 2006 y 2008, aunque ya se pusiera a las órdenes de Rafa Benítez en alguna campaña anterior. «Guardo muy buenos recuerdos con el Valencia. Estuve tres años en Valencia, la mitad del tiempo alternando entre el filial y el primer equipo. La sensación de estar entrenando con Vicente, Baraja, Albelda, Ayala… con toda esta gente, era una gozada. A mí me acogieron muy bien siempre. No tengo nada que reprochar, al contrario», recordaba con entusiasmo su paso por el conjunto de Mestalla en la época más dorada del club. Concretamente el 1 de diciembre se cumplirán 20 años del debut de Borja con el primer equipo del Valencia, que fue contra el Alavés en un partido de Liga. Borja siempre entrenaba un par de horas por la mañana y jugaba en el filial del Valencia hasta que le llegó la hora del debut en el primer equipo de la mano de Benítez.

Su camino hasta ahí era el de ser futbolista de Primera División, pero en su llegada al filial del Espanyol se rompió el tendón de Aquiles, que le tuvo seis meses fuera de los terrenos de juego.

«Durante unos años dejé el fútbol por completo. A nivel profesional y a nivel amateur. Ahí ya me centré en la oposición porque eran ocho o nueve horas de dedicación todos los días. Pasé de estar muy entrenado al otro mundo», quiso destacar Borja.

Hoy en día, Borja Criado sigue disfrutando del deporte que le dio la felicidad en los años de juventud. «Ahora aquí en Barcelona juego con la Asociación de Veteranos del Espanyol. Todos los jueves entrenamos en la Ciudad Deportiva y a veces montamos algún partido. También tenemos una selección notarial española, donde disputamos un torneo europeo todos los años. Son mis dos aficiones ahora mismo», dijo Criado. Además, con esa selección de notarios fueron campeones de Europa este año en Polonia. «La semana que viene vamos a un campeonato del mundo a Uruguay», declara, feliz.

A sus doce años empezó en la cantera del Espanyol. Pasó del concepto de «fútbol de barrio» al profesional en un abrir y cerrar de ojos. En esa época ya entrenaba como un jugador de Primera División. Acudía con sus compañeros a ejercitarse cuatro días a la semana por la tarde, y llegaba a su casa no antes de las diez de la noche. A esas horas no le daba tiempo ni a hacer los deberes. Se tuvo que dedicar exclusivamente al fútbol. Siempre estaba la opinión de los padres, quienes afirmaban que si hijo no servía para estudiar. Como todos los padres, presenciaban íntegramente todos los entrenamientos de su hijo.

Y se preguntarán, ¿por que la notaria? Muy sencillo. Cuando tenía 17 años veía como su padre pasaba los días en la notaria, y cuando militaba en la cantera del Valencia, le empezó a picar el gusanillo de seguir los pasos de su progenitor. Lo veía muy difícil, pero sabía que si no conseguía la plaza, sería abogado.

Como anécdota, con su primer sueldo se compró un coche. Y después, un piso. Esto cuando llevaba pocos años de futbolista en la burbuja de los profesionales. Todo ello marcado por los años locos de la juventud.

Pero al final, para Borja el camino correcto es el que tomó hace ahora 13 años cuando el Comité Español de Disciplina Deportiva le sancionara con dos años y decidiera encerrarse 12 horas diarias para tener, hoy en día, una notaria propia conocida en toda Barcelona y parte del territorio nacional. Que estuviera entre los 90 nombres que tuvieron acceso a la notaria muestra que no todos los futbolistas son como la gente piensa. Hay muchos que, además de ser profesionales, tienen una carrera universitaria para dedicarse después a eso.

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