Broche de oro a una temporada magistral

El 5 de mayo de 2002 fue un día que quedará grabado a fuego en los corazones de todos los valencianistas. El Valencia tuvo que esperar tres décadas para volver a alzar la Liga y por fin, tras una temporada llena de sacrificio e ilusión, lo consiguió. Al principio de la temporada, los blanquinegros se enfrentaron al Real Madrid, un contrincante imponente y aún así, vencieron. No había mejor forma que empezar el campeonato que de esa forma, lo cual inspiró a la afición y dio un chute de energía a toda la plantilla.

La temporada no fue fácil ni mucho menos a pesar de que el conjunto del Turia se mantuvo trece jornadas seguidas sin perder un solo partido hasta que llegó la Real Sociedad. Los valencianos formaron un bloque defensivo hasta entonces casi imposible de atravesar, lo cual ayudó a sumar, aunque en demasiadas ocasiones de uno en uno. Lo cierto es que cuando se produjo, dos jornadas después de la primera, la derrota contra el Deportivo, comenzaron los rumores de destitución de Rafa Benítez, ya que esto supuso quedarse fuera de la Liga de Campeones. Sin embargo, el 15 de diciembre de 2001, el Valencia hizo una remontada para no olvidar frente al RCD Espanyol en el estadio de Montjuic que permitió al técnico mantenerse en el puesto. Este momento marcó un antes y un después en el transcurso del campeonato de los valencianistas, ya que el resto de temporada fue inmejorable. El Valencia quería llevarse la Liga.

La competición estaba muy reñid con el Real Madrid pero las ganas y la ilusión de la incansable afición valencianista condujo a la plantilla hasta la victoria. En la jornada treinta, los de Benítez iban primeros en la tabla del campeonato pero una derrota ante el Rayo Vallecano les hizo perder el liderazgo. No obstante eso no les supuso una razón para rendirse, sino todo lo contrario. Tras ese partido fallido, el conjunto del Turia hizo un final de temporada impecable ganando siete partidos y empató uno. Esa igualada fue contra el RCD Mallorca y a pesar del traspié el Valencia volvía a encabezar la competición. Después de más idas y venidas en partidos de Liga, llegó el 5 de mayo del 2002, día en el que el Valencia se proclamaba campeón de Liga en Málaga. Tras los goles de Ayala y Fabio Aurelio, el club ganaba el título de la regularidad 31 años después de haberlo hecho en Sarrià.

Toda la afición valencianista entró en un estado de felicidad insuperable, el cual hacía mucho tiempo que no se sentía en la ciudad. La imagen del autobús paseando por las calles de la capital del Turia quedará marcada en la memoria de todos los valencianos. Una Liga que pasará a la posteridad como un ejemplo de que donde hay lucha y sacrificio, hay esperanza.