![Jordi Bruixola: «La venta del Valencia fue un gran error»](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202010/01/media/cortadas/1427906885-RNYXpjysSfcyQpSLT4W1VvO-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
![Jordi Bruixola: «La venta del Valencia fue un gran error»](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202010/01/media/cortadas/1427906885-RNYXpjysSfcyQpSLT4W1VvO-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Cayetano ros
Viernes, 2 de octubre 2020, 00:29
-¿Cuál es el milagro del Castellón?
-Lo teníamos muy estudiado, de dónde venía y qué es: un histórico del fútbol español, un club que estaba dormido pero con una gran trayectoria. El primer objetivo fue que la afición se creyera el proyecto de verdad y no como en los años anteriores. Cuando llegamos había unos 1.000 socios y ahora son 14.000. El mundo de las peñas está también muy activo, en un momento de crecimiento constante.
- Socialmente, ¿el Castellón puede amenazar al Villarreal?
- La provincia de Castellón es albinegra, pero de siempre. Y ahora más. En 2022 el club cumplirá 100 años y eso significa mucha historia detrás de abuelos, padres, hijos y nietos. Cuando no estaba en un buen momento, la gente podía hacerse de otro equipo, pero siendo siempre del Castellón. De los 135 pueblos de la provincia de Castellón, tenemos abonados en casi todos ellos.
- ¿Cuál es la deuda?
- Cuando llegamos era de unos cinco millones, ahora de tres y medio. Tenemos un convenio de acreedores, de 2015, que hace que sea más asequible. Hemos hecho frente a los pagos de Hacienda, Seguridad Social, el día a día, la tesorería, que es el gran problema de los clubes. Todavía no sabemos cuánto podremos ingresar de los derechos de televisión porque este es un año especial. El límite salarial del club es de cuatro millones y algo.
- ¿Quién es el máximo accionista?
- Vicente Montesinos: 'Capital Albinegro' es una sociedad de la que él es el máximo accionista. También son accionistas [los exjugadores del Valencia] Ángel Dealbert y Pablo Hernández, pero el 97% pertenece a la familia Montesinos (proceden de la rama de la cerámica). Dealbert es la cara visible de la comisión deportiva. Y Pablo, todavía jugando en el Leeds, nos ayuda y ve jugadores jóvenes ingleses. Su padre, Alfonso, es el vicepresidente.
- ¿La idea de captarlos fue suya?
- Sí, todo arranca en el partido del 90 aniversario cuando el Valencia va a jugar a Castalia. Hice relación con ellos; años después, en 2015, estuve unos meses allí y me di cuenta de que el Castellón tenía un potencial para el fútbol profesional. Hablé con Dealbert, Hernández, Robert Fernández y Mendieta, todos me animaron a seguir ese proyecto. Conocimos a Vicente Montesinos, pieza clave porque, gracias a su apoyo económico y profesional, ha hecho posible todas las ideas. Ha tenido la inteligencia de dejar trabajar a la gente de fútbol.
- Usted llega al Valencia como director de comunicación en 1998. ¿Cómo definiría al entonces presidente, Pedro Cortés?
- Un hombre de fútbol que anticipa muchas circunstancias que se van a dar. Una persona que entiende cuando se gana y, sobre todo, cuando se pierde, y le da el valor que toca. Dio tranquilidad al club después de la época convulsa de Paco Roig.
- ¿Qué aporta Ranieri?
- El gen competitivo y ganador. Cambia los planteamientos del fútbol y dota a los jóvenes del gen ganador: Mendieta, Angulo, Farinós, Albelda, Soria... La Copa de 1999 fue algo más que un título por a quién se ganó en las eliminatorias, por cómo se jugó la final y por cómo se celebró.
- ¿Por qué estuvo usted tan unido a Héctor Cúper?
- Él decía que los directores de comunicación tenían una gran visión de club: estaban dentro del vestuario, en contacto con los entrenadores, con el consejo de administración y con los periodistas, los poderes de un club de fútbol. Eso le transmitía una realidad del club y del equipo. Lo hizo en el Mallorca, con Joan Frontera, y también se apoyó mucho en mí.
- ¿Lo pasó muy mal cuando le zarandearon el coche?
- Yo estaba dentro. Estaba yo con su mujer y con la mujer de Mena (exjugador del Mallorca). Comenzaron a zarandear el coche, yo le recriminé a una persona mayor que por qué hacía eso, arrancamos y ya está, fuimos a la otra parte del estadio. No fue tanto, pero había mucha crispación social provocada por gente que quería estar en el club porque era muy apetitoso. Y se agitaba mucho en prensa. La gente estaba muy alterada y no se valoraba lo que se estaba consiguiendo.
- Las dos finales de Champions (2000 y 2001).
- Ese es el gran éxito del club en 100 años de historia, jugar dos finales de Champions. El Valencia puede ganar Ligas y Copas, pero esas dos finales le dan una dimensión internacional. Yo iba mucho a la UEFA y era el club más admirado del mundo por cómo se cargaba a todos los grandes. Cúper ha llevado a los clubes a lugares donde no les corresponde.
- Cúper fue un enigma.
- La imagen que daba no tiene nada que ver con su círculo íntimo. Todo lo que hacía y hace en la vida es porque es preciso de verdad. Y con eso lo hacía todo. Ni un gramo de tontería.
- ¿Qué pasó en la final de París?
- Imagínate lo que supuso vernos a nosotros, que éramos cuatro, en la final de la Copa de Europa por primera vez. Pedro Cortés y yo subimos en el coche oficial del Real Madrid para ir a dar las entrevistas a las radios. Lorenzo Sanz (presidente del Madrid) me vio muy agobiado y me dijo: 'Chaval, tranquilo, habéis llegado a la final, pero ya sabéis que las finales las gana quien las tiene que ganar. Esto es así: ya lo irás aprendiendo'. Esa noche no dormí. Con la ilusión que yo tenía... Y me lo dijo con toda la naturalidad, no me estaba vacilando, sino que realmente lo pensaba.
- ¿Y la de Milán ante el Bayern?
- Cuando llegué al vestuario vi no que habían perdido un partido, sino que habían perdido la oportunidad de su vida. Vi a Héctor Cúper en una sala de al lado, sentado sobre un bulto de maletas, sin decir nada. Y yo le dije: «Gracias, Héctor, por traernos a donde nos has traído».
- Entonces llegó el buenazo de Jaume Ortí.
- Jaume nos dio al club y a los trabajadores mucha alegría y mucha paz. Tú sabes que Jaume atendía a todo el mundo, tanto si ganábamos como si perdíamos. Y cuando ganamos la Liga en Málaga (2002), atendimos a tantos medios de comunicación que nos quedamos solos, él y yo, en La Rosaleda. El hotel estaba lejos y menos mal que una furgoneta de telefónica, sin asientos, nos pudo llevar.
- ¿Subirats?
- Una persona muy inteligente que sabe cómo construir un equipo competitivo.
- Construyó una plantilla de caracteres muy fuertes.
- Tuve el placer de entrar en ese vestuario, que no era fácil. Tenías que tener mucha personalidad. Todos eran ganadores.
- Ganadores salvajes.
- Totalmente. Fuera del campo no se llevaban especialmente bien, todos conocíamos el enfrentamiento entre Cañizares y Djukic, pero en el campo eran hermanos. Sabían perfectamente qué es lo que les hacía ganar. La exigencia de uno con el otro era tan grande que arrastraba al colectivo a la victoria. Cuando entrabas en un vestuario, veías que el partido estaba medio ganado. Nunca he visto un grupo como ese.
- ¿Con quién se queda?
- Albelda. Tiene una personalidad tan arrolladora que cualquier club que quiera ganar un título debería tenerlo.
- ¿Y cómo lidiaba con tanto ego?
- Siempre hablamos de Cañizares, Ayala, Baraja, Carboni, Pellegrino, pero nadie habla de Curro Torres, de Rufete, de Angulo, de Palop, de Marchena... eran igual de ganadores. En las entrevistas siempre me pedían a los mismos, pero Curro Torres fue al Mundial (Corea y Japón 2002), y eso da la dimensión de aquel grupo.
- ¿Se considera un conciliador, un mediador?
- Sí. En el fútbol hace falta mucho conciliador.
- A mí me reconcilió con Rafa Benítez en torno a un café.
- Y a Damià Vidagany con Quique Sánchez Flores.
- ¿Qué le añade Benítez a ese equipo?
- Cuando ya tienes un bloque ganador con Ranieri y mejorado por Cúper, Benítez todavía los ordena más. En los vestuarios antiguos de Mestalla había una pizarra grandísima y Benítez escribía en la pared porque le faltaba espacio y quería transmitir tantas cosas... La plantilla, que era de listos, hizo lo que les dijo Benítez. Y después tenía al lado a Pako Ayestarán. Se juntaron los mejores en cada parcela y todos con ganas de subir.
- ¿El mito de que Benítez estaba despedido en el descanso de Montjuïc es falso?
- Sí, no iba a ser sustituido. Llevaba poco tiempo en el club, las cosas no empezaron bien, pero en siete minutos remontó el partido. Nunca se pensó en sustituirlo.
- ¿De dónde viene su afinidad con Manolo Llorente?
- A Manolo lo conocí cuando yo trabajaba en 'Superdeporte'. Él llegó de la mano de Paco Roig. Me llamó la atención que viniera del mundo de la empresa (Mercadona). El gen competidor él lo tenía en los despachos. La mejor etapa del club.
- ¿Fue mejor director general que presidente?
- Cuando fue presidente, era una etapa muy difícil: el club estaba mucho peor que en su etapa de consejero delegado. Lo habría tenido igual de difícil cualquier otro. Pero siempre estábamos en Champions.
- ¿Y por qué se cargó a Benítez?
- Manolo quería renovar a Benítez. Entre que a Benítez la propuesta del Valencia no le encajaba y que te llama el Liverpool, es bastante normal que tomara la decisión de irse al Liverpool. Quiso prosperar y todos lo entendíamos. El Valencia no podía llegar a lo que le ofrecía el Liverpool.
- ¿Estuvo usted en la cena de Mónaco, previa a la Supercopa de Europa contra el Oporto, en la que hubo una conspiración para acabar con la presidencia de Jaume Ortí (2004)?
- Es normal que una persona que se compra un club (Juan Soler) quisiera ser el presidente.
- ¿Pero Soler era consciente de sus limitaciones?
- Él estaba llevando una empresa y teniendo mucho éxito y, al final, la gente puede pensar que puede llevar un club de fútbol. Pero, claro, hay mucha diferencia entre comprar y vender solares, y hacer un club competitivo.
- ¿La idea de construir un campo nuevo fue un disparate?
- Los dos errores claves que se están pagando ahora son dos. Primero cargarse la sociedad mixta que se había hecho con el Ayuntamiento y la Generalitat para acabar el estadio, que lo firmó Jaume Ortí antes de irse a una gira por Japón. Ese fue un error monumental porque el campo estaría ya acabado.
- Ese acuerdo lo liquida Juan Soler.
- Sí. Eso habría permitido acabar el estadio, se habría jugado ya alguna final de Champions y el club habría tenido muchos más recursos. El segundo gran error es haber vendido el club.
- ¿Era evitable?
- Sí, se podría haber refinanciado la deuda y haber hablado con la Generalitat para devolverle el dinero que se le debía. El Valencia, si hubiera seguido la trayectoria de principios de 2000, estaría ahora en la posición del Atlético de Madrid.
- ¿Qué le pasó a Vicente Soriano?
- Le tengo mucho afecto. Hay que ponerse en contexto. Es la persona con más ilusión por ser presidente del Valencia. Él llega allí, intenta ayudar, adquiere las acciones de Soler y cree haber encontrado comprador para las parcelas.
- Las adquiere, pero no las paga.
- Claro, porque las operaciones iban en cadena. Él pensaba que lo podía hacer porque hay alguien que le vende algo que no fue así.
- ¿Y qué pensó usted del supuesto intento de secuestro de Soler a Soriano?
- Yo estaba en Zaragoza y vi la decadencia del club en ese suceso, porque todo eso era consecuencia del club.
- Por último, usted también participa del intento de salvar los muebles tras el brutal declive iniciado por Soler en el Valencia.
- El ejecutivo del fútbol debe vender jugadores; ahora bien, cuando vendes debes asegurarte que el recambio es bueno. Se vendió a Villa, Silva y Mata y llegaron Soldado, Aduriz y Jonas. Dieron el mismo rendimiento o mejor. El Valencia ya lo había hecho con Llorente como consejero delegado y el equipo era cada vez mejor. Y para saber comprar debes tener al lado una persona que sepa ver a los jugadores.
- ¿Emery triunfará en el Villarreal?
- Sí, sin duda, por la dedicación y la pasión que tiene.
- Aquí no se le valoró.
- No, porque se valoraba más ganar un título, pero la viabilidad del club pasaba por vender jugadores, comprar otros más baratos y entrar en Champions.
- ¿Dónde llevan al Valencia los dueños de Singapur?
- Nosotros tenemos un convenio de fútbol base con el Valencia y quiero ser muy respetuoso. El Valencia lo vendieron a estos compradores. Si alguien piensa que puede mejorarlo, deberá arriesgarse. A estos dirigentes solo les diría que tomen decisiones que aproximen la gente al club.
- ¿Qué le pasó en el Zaragoza (fue director de comunicación en 2013)?
- Tuvimos todos los problemas del mundo a nivel económico y social. La gente no podía soportar más que el club bajara a Segunda porque le estaba pasando a menudo. De hecho, sigue en Segunda. Es un gran club.
- ¿Y el Castellón tiene aspiraciones de Primera?
- El Castellón será lo que quieran sus aficionados y sus dirigentes. Si tuviéramos un campo de 30.000 localidades, tendríamos 25.000 abonados. Ahora tenemos 14.000 en un campo donde caben 15.000. ¿Puede estar en Primera? Claro. ¿Puede estar en la UEFA? Claro que sí. Estamos proyectando una ciudad deportiva. Pero todo a su tiempo. El Castellón no tiene límite.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.