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Un calendario con trampas

Un calendario con trampas

Reinicio frenético para el Valencia en busca de la Champions | El conjunto blanquinegro debuta en un derbi contra el Levante y se las verá en la siguiente jornada con el Real Madrid. El Sevilla será el último rival liguero

Jueves, 4 de junio 2020, 22:51

Empieza la cuenta atrás. Para el Valencia ya se ha puesto en marcha el reloj de la Liga de Campeones, cuestión que, metafóricamente hablando, supondrá once campanadas en lugar de doce, una por cada una de las jornadas que va a obligar a Celades a demostrar si cumple o no con las exigencias por las que supuestamente fue contratado por Peter Lim, que no son otras que meter cada año al equipo entre los cuatro primeros. A falta de una semana para el reinicio, los equipos toman velocidad de crucero para llegar lo más listos posible, tanto física como mentalmente, a ese jueves 11 en el que Sevilla y Betis ejercerán poco menos que de conejillos de indias.

Para el Valencia, el primer plato del calendario también le ha deparado un derbi: el cara a cara contra el Levante, que siempre tiene su carga de morbo añadida. Ese calendario le enfrentará a dos rivales de por arriba, a otros con los que se está jugando los cuartos, y a algunos de los que están hundidos abajo con lo que eso significa.

Ni tiene que ver el Valencia con el que en marzo daba una de cal y otra de arena, ni el resto de rivales ofrecerán dentro de unos días lo mismo que hace dos meses y medio. Por muchos vídeos que ha repasado Celades y su gente para saberse al dedillo cómo juegan –o jugaban– los rivales, es impredecible no sólo acertar en los onces de ahora sino en los propios sistemas. Un entrenador avispado puede arriesgar a cambiar el planteamiento de todo el equipo para pillar a sus adversarios por sorpresa, mientras que los más prudentes pueden pretender seguir apostando por lo mismo si les ha ido medianamente bien. Para el Valencia, más de lo mismo, es correr un serio riesgo porque está en una posición en la que el mínimo error le puede sacar incluso de la Europa League. Intentó cuando llegó Celades retocar el sistema y variando de posición por ejemplo a Rodrigo, al mandarlo a la banda, y al final fue cediendo hasta volver al habitual 4-4-2, con el internacional como enganche.

Celades lleva ya cinco días con todos sus futbolistas juntos. Se acabaron los entrenamientos individuales, con ocho, con catorce... han pasado 83 días desde que Anil Murthy se reuniera en la ciudad deportiva con todo el grupo y mandase a sus casas a los futbolistas por lo que se venía encima. Fue la última vez que la plantilla realizó un entrenamiento más o menos normal. Ahora, por fin, vuelven a hacerlo como toda la vida.

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Han pasado muchas cosas desde entonces. Nada, desde luego, desde el punto de vista de la competición. Pero en estos dos meses transcurridos, la agitación ha venido desde otros ámbitos más alejados del césped: han sanado los contagiados por el virus (plantilla y empleados están pasando controles casi de manera continua); después de una larga negociación se han bajado los sueldos futbolistas y técnicos (también el presidente y los cargos ejecutivos) para no dañar todavía más la economía de la entidad; se ha aplicado un ERTE a los empleados pese a que Murthy les dijo que no lo iba a hacer (se les compensa hasta completar el cien por cien del salario); se han recuperado todos los jugadores que arrastraban lesiones (excepto Garay, que sigue convaleciente); se ha vuelto a operar Piccini; Maxi Gómez ha podido sumarse a la disciplina del grupo tras su intervención; se ha enturbiado por completo la situación de despedida con Garay; con Ferran Torres se sigue tensando la cuerda y nadie sabe quién va a ser capaz de gestionar mejor este verano su posible salida; y la afición ya empieza a tener asumido que la próxima temporada serán unos pocos socios y pagando los que puedan acceder a Mestalla.

Al Valencia se le avecina una crisis que pondrá a prueba la verdadera capacidad de gestión de Meriton. De momento, una de las primeras medidas que ha hecho Lim es el de pedir con la boca pequeña al abonado que no le reclame al club el dinero por estos cinco partidos que se van a jugar sin público en Mestalla. El socio se lo ha tomado con resignación.

De aquí al 19 de julio, fecha fijada para la conclusión de este campeonato, lo normal es que una amplia mayoría de jugadores del Valencia pusiera en juego algo más que su currículum deportivo. No parece que vaya a ser el que viene un verano con muchas operaciones, porque de serlo se hablaría de la casi decepción con Cillessen; de la nefasta contratación de Correia; de la necesidad de colocar a Mangala porque vale la pena tener a uno del filial; de la nueva exposición de Rodrigo al mercado; de si Sobrino es un delantero para el Valencia; de si Guedes entiende que debe espabilar de una vez por todas...

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