Calma tensa con el partido del Atalanta y el coronavirus

Quedan catorce días para que el Valencia y el Atalanta se vuelvan a ver las caras, esta vez en Mestalla para decidir quién pasa a los octavos de la Champions, pero el partido entre ambos está cogiendo un tono de calma tensa por motivos extradeportivos. El coronavirus también ha afectado aunque sea de manera tangencial al deporte, más en concreto al fútbol italiano y se desconoce si implicará directamente al Atalanta y a sus aficionados. Ayer habló al respecto Hermelinda Vanaclocha, subdirectora de Epidemiología de la Generalitat: «Ni siquiera sé si el Atalanta va a poder venir, Bérgamo está dentro de la región de Lombardía, van a pasar muchos días y se valorará con los clubes y con el Ministerio de Sanidad para ver lo que ocurre».

De momento, en Italia hay una máxima alerta por esta enfermedad y eso ha provocado que las instituciones deportivas y el Gobierno hayan decidido cancelar todos los eventos deportivos previstos el último domingo en las norteñas regiones Lombardía, Piamonte y Véneto, las más afectadas. La alerta hace que todas las partes implicadas hayan optado por guardar prudencia con el desarrollo de los acontecimientos. No hay ninguna variación que implique que el partido entre Valencia y Atalanta se vaya a suspender. Ahora bien, si los aficionados blanquinegros que viajaron a Milán tuvieron que pasar un control de temperatura en el aeropuerto, salvo que se impida viajar (medida que no se ha tomado), también se aplicará a la inversa. No se disputaron partidos de equipos que están en zona de riesgo y precisamente el Atalanta fue uno de los afectados. No se disputaron el Inter-Sampdoria, el Atalanta-Sassuolo, el Torino-Parma y el Verona-Cagliari en la Serie A. La Federación Italiana está barajando la hipótesis de organizar los próximos encuentros a puerta cerrada. La primera petición fue la que afecta al Inter-Ludogorets ya que la Federación Italiana ha pedido disputar este jueves la vuelta de los dieciseisavos de la Liga Europa a puerta cerrada.

El Barça, dicho sea de paso, juega hoy en Nápoles (21 horas) y en pleno vuelo, la expedición tuvo que pasar un control de temperatura.