J. CARLOS VALLDECABRES
VALENCIA.
Viernes, 18 de enero 2019, 00:49
Cada día que pasa Aderllan Santos como futbolista del Valencia, porque así tiene el contrato firmado hasta junio de 2020, es una tortura para el club y un lujo para el jugador. Hace más de mes y medio acabó el campeonato brasileño (estaba cedido por el Sao Paulo al Vitoria) y el Valencia ya avanzó entonces que lo mejor que podía hacer el central (29 años), para evitar verlo por la ciudad deportiva de Paterna, era que disfrutara de unas merecidas vacaciones. Pero no se imaginaba nadie que iban a resultar tan largas. A primeros de enero se dijo que se le concedían dos semanas extra, este mismo martes se añadieron dos días más y ayer desde el club se transmitió que el futbolista puede seguir disfrutando de ellas en Brasil, poco menos que 'sine die'. Se va a convertir en uno de los futbolistas profesionales con las mejores y más caras -desde el punto de vista de la empresa- vacaciones hoy por hoy del mundo.
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Si Mateo Alemany tiene problemas para desatascar el nudo en el que se encuentra Batshuayi y no lo tiene claro para satisfacer a Marcelino en lo que al delantero se refiere, lo de Aderllan Santos tiene toda la pinta de que va a significar el gran saldo de enero. Nadie lo quiere con las condiciones que se plantean, aunque se está trabajando para ello. Al Valencia, la 'broma' de este futbolista le está costando cada año la friolera de 3,4 millones de euros aproximadamente, entre sueldo del futbolista y amortización. Football Leaks desveló tiempo atrás en qué condiciones de pago se cerró una operación tan descabellada que no hay por dónde cogerla. Aquellos 9,5 millones de euros que se pactaron con el Sporting de Braga para el fichaje los abonó el Valencia en tres plazos (3,3 y 3,5 millones), el último de ellos en junio de 2017.
El central firmó en verano de 2015 por cinco años, hasta junio de 2020 (aprovechando Lim que le había dado todos los poderes a Nuno y nadie se opuso a la contratación) pero únicamente duró dos temporadas. Perdió lógicamente protagonismo cuando el técnico portugués fue despedido. Lo último que se supo de él es lo que dijo tras un partido: «Quiero quedarme en Brasil, el campeonato brasileño es el mejor en el que he jugado», situándolo en un nivel superior al español. Sobran las palabras. El Sao Paulo, por cierto, tuvo una opción de compra por él de 4 millones y lejos de hacerla efectiva, lo que hizo fue quitárselo de encima en cuanto pudo.
Ni con tres centrales (más Vezo) después de la salida de Murillo lo quiere Marcelino en su plantilla.
El fútbol, por cierto, ofrece escenarios incomprensibles. Como el que afecta a Batshuayi, por ejemplo. Desde Inglaterra se apunta a que el Galatasaray (antes el Everton) están haciendo fuera para llevárselo, mientras él y el Valencia lo tienen arreglado con el Mónaco. El Chelsea, que ya tiene a Higuaín como refuerzo, tiene la última decisión sobre el belga. Y, mientras, el Valencia continúa pagándole, él entrenándose en Paterna con el resto del grupo para mantener la forma pero sin aportar nada en clave blanquinegra por la razón de que mentalmente ya está 'out'. Lleva ya dos partidos en lo que Marcelino no lo ha convocado, ni tampoco lo hará hoy para viajar a Vigo. Ni salen ni entra nadie.
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