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Samu Castillejo está de vacaciones, tras terminar otra temporada para olvidar que acabó con el Sassuolo descendiendo a la Serie B italiana, y el deseo ... de Rubén Baraja es que antes de que arranque el trabajo en Paterna, los jugadores están citado para las pruebas médicas el viernes 5 de julio para comenzar el trabajo en el campo tres días después, el jugador haya llegado a un acuerdo con el club (le resta un año de contrato con el Valencia) porque sigue sin contar con él. Una reciente entrevista del jugador en Málaga, para el Diario As, puede servir como aliado para el pucelano. Preguntado por el proyecto de Peter Lim en el Valencia, no escondió la realidad: «La situación que se vive ahí es un poco rara por la propiedad, por cómo trabajan y las cosas que hacen. El Valencia tiene una afición increíble y es normal que la gente muestre su descontento y quiera siempre lo mejor para el equipo. Me imagino que, en ese sentido, tienen todo su derecho a expresar lo que sienten». Ese doble golpe al mentón de Meriton, calificar de «rara» la situación del máximo accionista y entender las protestas del valencianismo contra su gestión, a buen seguro que no habrán gustado cuando hayan llegado traducidas al inglés a Singapur.
Castillejo dejó claro que todavía le queda «un año de contrato» en el Valencia, reconoció que no ha vuelto a hablar con Baraja desde que salió del equipo (un dato significativo porque no suele ser normal en un jugador cedido) y no descartó volver al Málaga, aunque no consiga el ascenso a Segunda: «Tendremos que hablar e intentar aclarar el futuro y que sea lo mejor para mí. Me gustaría poder volver al equipo de mi tierra para disfrutar de mi gente y del estadio. En el primer equipo solo estuve un año y se me quedó bastante corto. Lo que sentimos la gente de Málaga y los malagueños no tiene nada que ver con la categoría en la que esté el equipo». La llegada del extremo a Mestalla desde el Milan en el verano de 2022 sólo tuvo un valedor, Gattuso, que en su presentación mostró el caladero donde el club debería fijarse: «Me gustaría trabajar con jugadores que hayan fracasado, con un perfil casi perdedor, me gustaría ese perfil, jugadores que piensen que el Valencia cree verdaderamente en ellos y vengan con ganas». La apuesta, tanto con el técnico como con Castillejo, resultó fallida.
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