Cavani tiene la última palabra

En eso al fin y al cabo trabaja el hermano –que hace también de representante– del jugador, Walter Guglielmone, que ya estuvo reunido con los dirigentes de Boca Juniors según recoge la prensa, para ver de qué forma se completan las pretensiones económicas del futbolista dada la economía local. La solución en estos casos siempre suele ser la misma: Cavani debe rebajar su salario, tratar de rascar algo del Valencia por ese año que le queda y completar sus pretensiones con un año más de contrato en Boca. Ahora tiene ya 36 años y se alargaría su vinculación hasta los 38, edad ya avanzada y que ofrece multitud de incógnitas teniendo en cuenta el discretísimo rendimiento que ha ofrecido esta temporada. Cavani marcó su último gol hace siete meses y la prueba de su nula aportación ofensiva fue la decisión que tomó Baraja en la última fase del curso de tenerlo como segunda o tercera opción.

El problema es que este encaje de bolillos no parece tan sencillo como en otras situaciones sí podría darse el caso. Las palabras de Cavani a la hora de incorporarse a los entrenamientos da a entender que se lo está tomando con calma sabiendo que tiene la sartén por el mango. Está en clara posición de fuerza para poder manejar la negociación, sobre todo teniendo en cuenta que su salario está entre los cuatro mejor pagados de la plantilla. El Valencia lo que quiere es que se decida pronto, en este juego de intereses habitual que cada parte escenifica en periodos de mercado.

Que haya rechazado una jugosa oferta de Arabia refuerza la perspectiva del interés de Cavani de participar con Boca y sobre todo jugar por primera vez la Copa de Libertadores. Cavani habló semanas atrás con Juan Román Riquelme, vicepresidente y director deportivo de Boca Juniors, y al parecer ahí se dibujó cuál puede ser la película a desarrollar en este tiempo de negocios, sobre todo teniendo en cuenta que Boca tendría que hacerle hueco porque las plazas de extranjero las ocupan Jan Hurtado y Sebastián Villa.

Lo más curioso es que esa postura que invita a la inquietud contrasta con la versión que Cavani ha llegado a expresas meses atrás de qué podía pasar con ese segundo año de contrato. En una entrevista a LaLiga en abril, el jugador llegaba a admitir que «no vengo a retirarme» y añadía también: «Si un día siento que las cosas no van, con todo el amor y cariño lo comunicaré al club». Y es eso lo que precisamente demanda ahora el club.

Sobre todo por la situación que genera respecto a los otros frentes que hoy por hoy tiene abiertos el Valencia. Empezando por quien podría ser el delantero titular blanquinegro de futuro (Marcos André tiene pie y medio fuera y sólo quedaría la competencia de Hugo Duro), que no es otro que Rafa Mir. La intención de Mir es la de venir al Valencia pero el Sevilla tiene otros planes para él. De hecho, el interés andaluz en hacerse con el lateral Maffeo implica que en la operación sean incluidos los sevillistas Óscar Rodríguez y Juanlu Sánchez, además del mencionado Rafa Mir. De hecho, desde Palma se daba por bastante avanzada esta múltiple operación, aunque eso sí remarcando que no tenían el visto bueno definitivo de Rafa Mir.

De momento, el Valencia cuenta con esa ventaja respecto al Mallorca, hasta el punto de que la preferencia del delantero murciano por vestir de blanquinegro está a punto de echar abajo lo de Maffeo.