Un año ha durado el idilio venido a menos de Cavani con el Valencia y su afición. El delantero uruguayo descuenta ya las horas en la ciudad para hacer las maletas, subirse a un avión y poner rumbo a Argentina donde le espera Boca, cumpliendo así el deseo de su propio hermano que se permitió el lujo de publicar en las redes sociales un montaje con la foto del jugador vestido con la camiseta de Boca. Sólo faltaba este jueves que el Valencia y los abogados del futbolista ultimaran un acuerdo que al cierre de esta edición parecía más cercano que otra cosa. El problema, como siempre suele ocurrir en estos casos, es el dinero. La salida de Cavani del Valencia se había atascado por esa temporada contrato que todavía tiene pendiente como blanquinegro. La dificultad en todo caso era y es –a falta de que fuera oficial– la ficha que iba a percibir, una de las cuatro más altas de la actual plantilla. Boca no podía llegar a las cantidades que percibe aquí y durante la negociación se había planteado la opción de que el Valencia acabara pagando un pequeño porcentaje de la ficha, una cuestión a la que el club de Mestalla lógicamente se resistía.
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De cualquier forma, llegados a ese punto es cuestión sólo de horas que se produjera el visto bueno definitivo entre las partes. Se veía venir desde hace tiempo. De hecho, si la situación con Cavani se hubiera considerado 'normal', lo lógico era que el Valencia hubiera exprimido mediáticamente este verano al uruguayo. Pero como la realidad entre el club y el delantero era más problemática que otra cosa, sirva de ejemplo para refrendar este hecho que la única foto de las dos semanas de entrenamientos que ha publicitado el club del jugador es la que acompaña esta información –en compañía de Javi Guerra y Alberto Marí– y se refiere a la primera sesión de trabajo sobre el césped –10 de julio–. Desde ese momento, Cavani 'dejó de existir' de una manera bastante sutil. Ni una foto se volvió a difundir de él en los once días que se llevan transcurridos de pretemporada. Ni de él, ni de otros jugadores tan significativos –por nombre, no por rendimiento blanquinegro– como pueden ser Marcos André o Castillejo, otros dos que están en plena fase de negociación para dejar de vestir la camiseta valencianista.
El club empezaba ya a preocuparse por el serio problema que se estaba creando con estos jugadores que Baraja no quería tener en su nuevo proyecto. La marcha de Jorge Sáenz –la única por el momento– deja en evidencia el atasco tan grave que hay en la operación salida, sobre todo porque precisamente la mayoría de los que tienen que salir no tienen una ficha 'baja.
En Argentina se seguía con bastante expectación esta jornada que estaba protagonizando Cavani. De hecho, hasta se había publicado que la razón de no haberse llegado a un acuerdo ya era por un dinero del Valencia que todavía tiene pendiente de cobrar.
Todo esto ocurrió justo en el momento en el que el club había aumentado considerablemente la presión para que el futbolista cediera en sus pretensiones. La primera medida de cierta contundencia visible para el gran público llegó con ese primer partido veraniego ante el Nottingham. Ni Cavani, ni Marcos André (pendiente entre otros del Alavés), ni Castillejo (ahora con la opción de Arabia encima de la mesa), entre otros, estuvieron sobre el césped. Es más, la tónica habitual con Cavani –ayer sólo entrenó por la tarde porque por la mañana acusaba una gastroenteritis– y André era que no completasen las sesiones con el grupo.
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La última vuelta de tuerca fue la decisión de Baraja de que ninguno de los tres (tampoco en un principio Comert y Racic) subieran hoy al avión para participar primero este sábado en el partido en Eslovaquia contra el Spartak Trnava y de ahí desplazarse a Suiza (St. Gallen) donde se entrenarán y jugarán otro amistoso –el tercero– antes de regresar el miércoles que viene.
Para hacerse una idea de cómo estaba la cosa, hasta el hermano de Cavani se había puesto en mitad de la escena para aumentar si cabe la tensión entre todas las partes. Si esta semana era el hermano de Castillejo el que se había situado en la primera línea de fuego al descubrírsele comentarios en el pasado hacia Baraja, al de Cavani no se le ocurrió otra cosa que subir a las redes sociales una foto con un montaje del delantero con la camiseta de Boca: «Dale, venite Pela».
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Aunque el jugador ha manejado otras propuestas pese a su escaso rendimiento, su idea siempre ha sido recalar en el Boca de Riquelme, con quien ya había hablado en vacaciones.
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