Todos fuera de Mestalla

Llamé «jetas» a los del 'local management' por haber subido los precios de los abonos respecto a la temporada pasada. El director de comunicación se enfadó mucho. Pero me quedé corto. Este equipo estaría en la parte baja de la tabla de Segunda División. El espectáculo cada domingo en Mestalla es bochornoso. Y no se salva ya nadie. Ni siquiera el entrenador, Rubén Baraja, atrapado por un contrato millonario de dos años y un mal gusto impropio de quien fue un jugador tan fino al querer fichar a Rafa Mir. Su representante, Manolo García Quilón, dijo que el 'pobre' Pipo no podía hacer mucho más porque había siete jugadores de Segunda REF. ¿Ah sí? Pues haberlo denunciado públicamente el propio entrenador. Y haber exigido refuerzos de verdad, no descartes de Segunda. Y no haberse conformado con la birria de plantilla planificada por Corona. Sobran todos. Hasta el tal Rangel, delegado de campo. ¿Qué méritos hizo para un puesto tan honorífico? Echaron a Camarasa por haber sido fiel al despachado Marcelino. La presidenta, Layhoon Chan, solo se rodea de pelotas y de incompetentes. Javier Solís e Inma Ibáñez a la cabeza. Para la directora financiera, el descenso a Segunda sería «llevadero». Con todos ustedes bien lejos.

Louzán no se esconde. El nuevo presidente de la Federación española de fútbol, Rafael Louzán, condenado por prevaricación, se ha puesto ya, casi antes de empezar, a la «entera disposición» del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. «Todo el madridismo estamos muy contentos por la gestión que ha hecho en este gran club», declaró sin ruborizarse. Todo vale en la gerencia del fútbol español. Louzán será el jefe de los árbitros, 12 de los cuales lo han votado como asambleístas en la elección a la presidencia de la Federación frente al otro candidato, el valenciano Salvador Gomar. Louzán no contempla el principio de imparcialidad. Ni siquiera guardar las apariencias. Es un coto clientelista sin ninguna intención de decencia ni de independencia. Y el Gobierno ha mirado para otro lado desde los tiempos de Rubiales.