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Fede Sagreras, en el centro. Rosa García
Cayetano a la contra

Sagreras dinamita las peñas

La mansedumbre del presidente de la Agrupación rompe el frente común contra Lim y contrasta con la ambición del Alevín A liderado por el hijo de Vicente

Cayetano Ros

Valencia

Lunes, 10 de junio 2024, 01:35

La mansedumbre del presidente de la Agrupación de Peñas, Fede Sagreras, le hace muy flaco favor a la institución a la que representa al someter a votación negociar un convenio con el sátrapa de Peter Lim. De las 282 representadas, 161 se manifestaron a favor ... de volver al redil de Lim y 48 en contra. Sagreras ha conducido a sus seguidores al abismo cual flautista de Hamelín. El efecto es demoledor: renuncia a la independencia de las peñas y, aun peor, dinamita el frente común de estas contra la gestión de Lim en el Valencia. Y todo por un puñado de pases en el palco VIP, por unos cuantos privilegios para los peñistas. Los colaboracionistas aparecen por doquier. Y a Sagreras no le queda otra que la dimisión. Lo antes posible.

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En contraste con tanta mediocridad, el valencianismo de verdad llegó por sorpresa de la mano de Sergio Rodríguez, un niño de 12 años, hijo del mítico Vicente Rodríguez (mejor jugador de la Liga en 2004), cuando, tras proclamarse campeón del torneo LaLiga Futures frente al Sevilla, gritó un «¡Amunt Valencia!» apoteósico en la entrevista de Mónica Benavent. Zurdito y habilidoso, como el padre, Sergio lideró a un Valencia de una generación digna de seguir de cerca. Además de Sergio Rodríguez, destacaron el otro delantero, Sergio Revert, y ¡ojo! me volvió loco el penalti a lo Pankenka de Ferran Mut en la tanda contra el Villarreal. Sobraron las declaraciones del presidente de la Liga, Javier Tebas, sobre el Valencia. Toca de oído o está muy mal asesorado. Volvió a defender a Lim y mintió dos veces: al afirmar que el millonario de Singapur salvó al Valencia de la quiebra; y al asegurar que Mestalla ovacionó a Lim al ganar la Copa del Rey de 2019. Ni una cosa ni otra. Había más soluciones antes de regalar el Valencia a un especulador sin escrúpulos. Y es desesperante el desprecio de Tebas a la historia del Valencia, impropio de un presidente de todos los clubes con un sueldo de 5,4 millones al año.

Ley Mbappé. Todos guardan silencio respecto a la ley cocinada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Díaz Ayuso, que premiará a las estrellas de los equipos madrileños, el Real Madrid y el Atlético, con hasta un 20% menos en pago de impuestos. Es una medida ad hoc para el flamante fichaje del Real Madrid y el silencio más clamoroso es del presidente del Barça, Joan Laporta, tan lenguaraz en otros temas. El Madrid empieza ganando por goleada.

Calero. Más allá de los vaivenes estilísticos del director deportivo, Felipe Miñambres, parece un acierto la contratación de Julián Calero, de 53 años, como entrenador del Levante. El club granota necesita de una personalidad potente para liberarlo de la depresión de Segunda y ahí entra en escena Calero, cuyo carácter arrollador le ha permitido sacar máximo rendimiento de sus dos anteriores equipos, el Cartagena y el Burgos. Su relato de los atentados del 11M, en los que atendió a los heridos cuando ejercía de Policía Local de Madrid, resulta estremecedor. Y su energía será ahora bienvenida para devolver al Levante de la melancolía de los últimos meses.

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