Carlos Mazón, en una comparecencia de esta semana. IRENE MARSILLA
CAYETANO A LA CONTRA

El Valencia CF es una seña de identidad

El nuevo gobierno autonómico no puede mirar hacia otro lado ante la enajenación del club de Mestalla desde hace ya nueve años

Cayetano Ros

Valencia

Lunes, 19 de junio 2023, 02:04

Tota pedra fa paret'. Ese es el impulso que llevó a miles de valencianos, un sábado 17 de junio a las 18.00 horas, ... bajo un sol de justicia, a salir a las calles de la capital para rescatar un club 'secuestrado' hace ya nueve años por un millonario de Singapur. Los manifestantes apuntaron a las sedes de la Generalitat, el Ayuntamiento y Caixabank, las tres instituciones capaces de revertir la situación. El humillante reino de Peter Lim en Mestalla debería llegar a su fin. El nuevo gobierno de la Generalitat salido de las urnas del 28 de mayo, formado por el PP y Vox, no puede mirar hacia otro lado. El club de Mestalla fue vendido en 2014 bajo el paraguas de un presidente autonómico del PP, Alberto Fabra, y el próximo presidente del mismo partido, Carlos Mazón, tiene una gran oportunidad para devolverlo a los verdaderos dueños. Sus palabras tras la manifestación contra Lim («Juntos caminaremos hacia una solución que os devuelva la ilusión»), han de ir acompañadas de hechos. Fabra permitió regalar un símbolo muy querido para cientos de miles de valencianos y ahora Mazón puede tratar de recuperarlo. Si es que el Valencia CF les parece suficiente seña de identidad.

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Sanción a Carvajal. Se sube por las paredes el presidente de la federación, Luis Rubiales, cuando denunciamos su obsecuencia con los dos grandes, Real Madrid y Barcelona, pero cada semana se nos da un ejemplo. La última jornada de Liga dejó una entrada de Carvajal a Yuri, del Athletic, con la lesión del lateral bilbaíno (rotura de peroné). Pues bien, no va a haber sanción a Carvajal (solo tarjeta amarilla), tampoco depuración de los ocupantes ese día del VAR ni nada parecido a la furibunda reacción de Competición contra el Valencia por los insultos racistas a Vinicius dos días después de los hechos: cierre 5 partidos de una grada de Mestalla, destierro del jefe ese día del VAR (Iglesias Villanueva) y anulación de la roja a Vinicius tras su agresión a Hugo Duro. Tampoco hay sanción a Valverde por propinar un puñetazo a Álex Baena, del Villarreal, el 8 de abril, en el aparcamiento del Bernabéu. Jueguen, jueguen.

Familia granota. La crueldad de quedarse a unos segundos de Primera, arruinados por un penalti absurdo, condena al Levante UD a lamerse las heridas y a caer en el mito del yunque de la adversidad. Pero ese victimismo está superado. El club granota dispone de una base social y deportiva notable. En esta larga temporada en Segunda, el equipo ha demostrado una firme estructura defensiva, con un eje formado por Iborra y la consolidación de un enorme Pepelu, pero las carencias han estado en el ataque. Ninguno de los cinco atacantes ha estado a la altura. Felipe Miñambres debe proporcionarle a Javi Calleja un par de delanteros de primera fila. Y el club reequilibrarse después de la grave quiebra económica: cerca de 45 millones perdidos. Manuel Illueca, director del Instituto Valenciano de Finanzas, ya ha pedido la búsqueda de un inversor que inyecte capital y reconduzca la situación financiera. Ojo con los inversores. Que no le suceda lo mismo que al Valencia. La familia granota volverá pronto a Primera.

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