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C. V.
VALENCIA.
Domingo, 6 de octubre 2019, 00:44
El mismo día que el Valencia jugó en Londres, con Marcelino casi de cuerpo presente y Pablo Longoria y Mateo Alemany en una situación extraña sabiendo que sus horas estaban contadas, el presidente del club, Anil Murthy, planificó que debía acabar con el silencio que entre jugadores y director general habían empujado al club a una situación comprometida. El dirigente avisó de que iba a hablar con la televisión que posee los derechos y en Stamford Bridge se comprometió a planificar con su director de comunicación una estrategia ante los medios para dar a conocer al público los motivos que hicieron que Peter Lim destrozara el proyecto que habían iniciado dos años atrás.
Ayer, Murthy vivió una situación desagradable y que otros dirigentes valencianistas también han experimentado en sus propias carnes. Dieciocho días después de que Murthy anunciara que iba a dar el paso, el club no ha preparado ninguna rueda de prensa ni parece que lo va a hacer. Al parecer, no cierra la posibilidad de que Murthy hable para los medios de comunicación que considere oportunos.
Todo esto ha alimentado aún más la crispación que hay contra Peter Lim. Mateo Alemany ha retomado, al menos teóricamente, sus funciones como director general y a él le corresponde dar la versión del club. Pero Alemany está 'marcado' por su situación tan especial con el máximo accionista, del que ha perdido la confianza.
Ante este silencio casi total, ayer se le preguntó incluso a Celades sobre este asunto. El técnico evitó pisar zona peligrosa: «Sabe -se refiere a Murthy- que tiene que dar las explicaciones, no yo, no tengo que hacer de portavoz del club».
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