Paco Lloret
Sábado, 28 de septiembre 2024, 01:13
En el desaparecido campo de Atocha parecía imposible ganar. El antiguo feudo de la Real Sociedad era casi inexpugnable para el Valencia y para el resto de visitantes. Todos sufrían lo indecible cuando lo visitaban. Una de las peculiaridades más acusadas de este escenario era ... que, aunque luciera el sol, el terreno de juego siempre estaba embarrado. El uso de la manguera formaba parte de la tradición. Los encargados de regar el césped conocían muy bien su misión. En definitiva, se trataba de un campo incómodo en el que evitar la derrota constituía un éxito. Un punto positivo sabía a gloria.
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En la mitad de los años setenta, los valencianistas fueron capaces de sumar tres empates consecutivos, y a punto estuvieron de lograr la victoria después de ir por delante en el marcador. Esa década había arrancado con una heroica igualada sin goles. El Valencia, que terminó por proclamarse campeón liguero de la campaña 70-71, resistió con entereza las acometidas de los vascos. El portero Abelardo se convirtió en la figura del encuentro con sus decisivas intervenciones. Un año antes, en la jornada final de la Liga 69-70, los valencianistas lograron una victoria decisiva que les abría las puertas de Europa. Aquel triunfo iba a ser el último en un escenario que se les resistió en las siguientes 23 visitas hasta su cierre definitivo en 1993.
El ciclo de igualadas arranca en la campaña 75-76, después de tres derrotas en los ejercicios precedentes, todas ellas por la mínima. El equipo que dirigía Manolo Mestre se presentaba en San Sebastián en una situación delicada. En la jornada anterior había caído en casa ante la UD Las Palmas por 0-1, y acumulaba cuatro jornadas sin conocer la victoria con un balance de tres derrotas y un empate. Su clasificación no invitaba al optimismo, más cerca de la cola que de Europa. Sin embargo, ese día, el Valencia ofreció una imagen competitiva sobre un auténtico lodazal. Esta vez la lluvia no había sido provocada, el agua había caído desde las nubes. En la alineación titular aparecían seis valencianos: Balaguer, Cordero, Cerveró, Saura, Planelles y San Cayetano.
En la primera mitad no hubo goles. Quino se lesionó superada la media hora, y fue sustituido por Salif Keita. El holandés Johny Rep adelantó al Valencia en el minuto 24 de la segunda parte. La alegría apenas duró cinco minutos. Los blanquiazules igualaron de penalti tras una supuesta infracción de Tirapu dentro del área. Los máximos castigos iban a ser los protagonistas en la siguiente visita. El ejercicio 76-77 arrancó con el conjunto de Mestalla convertido en la gran atracción del torneo por el potencial de su plantilla, su política de inversión y la presencia en la delantera de Rep, Diarte y Kempes. Después de superar al Celta en la jornada inicial con sendos goles de Mario Kempes, llegaba la primera salida.
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En San Sebastián, el sábado 11 de septiembre de 1976, el Valencia hizo un gran partido pero no pudo llevarse el triunfo. Por una vez, el césped permitía jugar con normalidad. La afición local comprobó el gran nivel que ofrecía el equipo entrenado por Heriberto Herrera que, para la ocasión, estrenó una llamativa indumentaria azul de una conocida multinacional de ropa deportiva. Una novedad en aquella época. No hubo goles en la primera mitad. En la segunda, se adelantaron los locales de penalti. Cinco minutos después, el colegiado Medina Iglesias señaló un máximo castigo a favor del Valencia. Lo tiró Rep y lo detuvo Arkonada. Pese a la contrariedad, los visitantes llevaban la voz cantante y consiguió remontar el marcador gracias a los tantos de Enrique Saura y de Carlos 'Lobo' Diarte en apenas tres minutos. Ambos jugadores se estrenaron ese día como goleadores en el Valencia. Sin embargo, a tres minutos para la conclusión, hubo otro penalti para los locales que establecieron el empate a dos definitivo.
En el tramo final de la siguiente campaña, la 77-78, el Valencia se encaminaba hacia Europa de la mano de un Kempes desatado cara al gol. La visita a Atocha, en la antepenúltima jornada, fue televisada en blanco y negro para toda España. Partido atractivo. Cuarto en la clasificación, los valencianistas, entrenados por Marcel Domingo, volvieron a adelantarse en el marcador gracias a un zurdazo del 'Matador', que sorprendió a Arkonada. Tan sólo habían transcurrido siete minutos del segundo tiempo. La alegría no duró mucho. Se volvió a repetir el guión. Santi Idigoras estableció el empate definitivo diez minutos después. A partir de ese momento, el guardameta Manzanedo hubo de multiplicarse para evitar la derrota ante la avalancha local.
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