Los cinco detonantes de la ruptura Bordalás-Meriton

La relación de Meriton con los entrenadores con experiencia que se han sentado en el banquillo del Valencia se ha convertido en una especie de bucle infinito que se repite una y otra vez. Sucedió primero con Prandelli, luego con Marcelino, el año pasado con Javi Gracia y esta campaña le ha tocado a José Bordalás. Todos ellos han terminado decepcionados con la manera de proceder de Meriton, sintiéndose una y otra vez engañados por la propiedad. La tensión ha aumentado tras la última rueda de prensa de Bordalás después del partido contra el Betis, pero en realidad el distanciamiento se lleva fraguando desde hace mucho tiempo antes, por diversos motivos que han ido alejando a una y otra parte.

Los fichajes, esa cuenta que tiene pendiente Meriton con prácticamente todos los entrenadores que pisan Mestalla. Tal y como repiten los propios técnicos en sala de prensa (lo han hecho Prandelli, Gracia, Marcelino y ahora Bordalás), el club promete ciertos refuerzos que nunca llegan. En el caso del técnico alicantino, su total descontento llegó en el pasado mercado de invierno. Las llegadas en verano calmaron en parte algunas de sus exigencias, aunque le siguieron faltando piezas importantes como un mediocentro defensivo y otro central.

El mes de enero terminó por enfadar a un técnico que veía fundamental reforzar el equipo para poder competir al nivel que exige el Valencia. Se cansó de repetirlo una y otra vez en rueda de prensa y llegó al punto de que terminó desentendiéndose de la planificación deportiva y así lo manifestó. Finalmente aterrizaron en Valencia en los últimos días Comert, Ilaix Moriba y Bryan Gil, mientras que un hombre importante como Wass se marchó al Atlético de Madrid.

Su opinión al respecto fue clara. Seguía faltando el '6' que tanto se necesitaba ya que Ilaix Moriba no cumplía ese perfil: «Ilaix es más un 8 y entendíamos que viniera si no salía Wass», expresó el técnico. El central que el técnico buscaba era uno con rendimiento inmediato y con experiencia, pero se firmó a Comert, de 24 años y que acumulaba un tiempo sin jugar en el Basilea: «Son los fichajes que ha hecho el club y son los que tenemos para afrontar las competiciones que tenemos», dejaba claro Bordalás en rueda de prensa. La única satisfacción fue la cesión de Bryan Gil, un extremo que sí era deseo del entrenador.

Sin objetivos ya en la temporada, Bordalás ha desvelado que el Valencia venderá futbolistas importantes en verano, pero exige que lleguen recambios adecuados al nivel de la entidad. Su reciente experiencia le hace temer que esto no vaya a ocurrir y la plantilla se vea seriamente debilitada el curso que viene.

El fichaje de Hugo Duro, lo que en principio suponía una buena noticia, ha sido el desencadenante de la última decepción del entrenador. Y no porque no quiera al futbolista, que fue una apuesta suya que ha dado resultado, sino porque afirma que no se le ha consultado a la hora de acometer la operación. «Fue una decisión del club, no voy a entrar a valorar. No me pidieron opinión, Corona me dijo que consideraban, como club, que tenían que comprar a Hugo», señaló. Un día antes el alicantino había afirmado en la previa del partido ante el Betis que no sabía nada sobre si se había realizado esta operación. Es algo similar a lo ocurrido con la llegada de Comert y Moriba, dos jugadores que se firmaron sin que Bordalás tuviera el convencimiento de contar con ellos.

El club, por su parte, no entiende la rueda de prensa del entrenador refiriéndose a la situación de Hugo Duro después de que consideran haber realizado un esfuerzo para firmar al futbolista. Tampoco han gustado sus palabras tras haber realizado recientemente un comunicado defendiendole tras las críticas recibidas en San Mamés. Los resultados no terminan de convencer y la revista Batzine (financiada por el club en Singapur) ya mandó un recado a Bordalás instándole a «replantear su pizarra».

Es un secreto a voces por Paterna que Bordalás no tiene relación con los servicios médicos del club, y en concreto con el jefe de los mismos, Pedro López Mateu, quien llegó al club a través de Anil Murthy y es una persona de confianza del presidente. En esa disparidad de opiniones, Bordalás considera que ha habido errores de diagnóstico que han provocado la recaída de algunos futbolistas como Gabriel Paulista, que han optado por visitar médicos externos. El cuerpo médico se ha defendido esgrimiendo que el entrenador en muchas ocasiones ha forzado a jugadores y es lo que ha provocado las recaídas.

Es el único que habla cada semana en rueda de prensa y quien tiene que atender a todas las cuestiones del club. Ni Murthy, ni Corona, ni evidentemente Peter Lim dan nunca explicaciones de nada, lo que también incomoda al entrenador. Lo dejó claro en la rueda de prensa previa al partido de cuartos contra el Cádiz: «A partir de ahora yo no soy el portavoz de todos, soy el portavoz del equipo y de la competición. Habrá portavoces en el equipo que a nivel económico y detalles que se me escapan responderán. No puedo estar hablando de cambio constantemente y desgastándome siendo el portavoz de departamentos que no son los míos. Yo tengo que hablar de fútbol única y exclusivamente, hay otras personas que les pueden dar más datos sobre otros asuntos».

Bordalás apuntó que tenían programada una reunión en Singapur con Peter Lim para valorar la situación del equipo y planificar el mercado de fichajes. Iba a ser en invierno, pero no se produjo y la razón que le dio la propiedad fue la situación del coronavirus. Pero tampoco se reunieron por videollamada: «No he estado en contacto Lim, sino con Corona y con el presidente Anil Murthy. Imagino que la propiedad tendrá sus motivos y su agenda».

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