Todo lo bien que le está sentando al Valencia este año la Copa del Rey, se le empieza a indigestar la Liga. Dos puntos de los últimos dieciocho en juego no son desde luego ningún buen síntoma para un equipo que sigue despistando demasiado en cuanto a su rendimiento. Cierto es que Bordalás abrió este domingo el capítulo de las rotaciones pero aún así el comportamiento valencianista ante un rival con el agua al cuello fue de un nivel muy inferior a lo esperado. 2022 le está sentando realmente mal al Valencia en lo que a la liga se refiere. 2021 acabó mal pero la racha se mantiene hasta el punto de estar en estos momentos los valencianistas en su peor clasificación en lo que va de campeonato. Nunca habían bajado del undécimo puesto, cuestión que ahora, con el interés en la Copa más vivo que nunca, parece pasar un tanto desapercibido.
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El declive empezó precisamente en el mejor momento, justo cuando más cerca se estaba de alcanzar aunque fuera por unas horas plaza de Liga de Campeones. Se venía de haberle arrebatado los tres puntos al Levante en el Ciutat con aquel 3-4 y esa ha resultado ser la última victoria conseguida. Fue en ese encuentro de Nochevieja contra el Espanyol, cuando la Champions asomaba a la vuelta de la esquina, cuando empezó el Valencia a desinflarse de verdad. El 1-2 de Mestalla hizo que el globo de la ilusión se pinchara abruptamente y desde entonces el equipo ha ido buscando su mejor versión. A la derrota contra el Espanyol (1-2) le siguió el 4-1 del Real Madrid; el 1-1 del Sevilla; el 3-2 del Wanda contra el Atlético de Madrid; el 0-0 ante la Real Sociedad y el golpetazo de Vitoria de este domingo.
Doce goles: dos por partido
Han sido cuatro derrotas y dos empates (con doce goles en total encajados, es decir una media de dos por encuentro), resultados que no sostienen las aspiraciones de ningún equipo que de verdad crea que se puede meter en Europa. Por eso la undécima posición en la clasificación que tenía el cuadro blanquinegro tras el punto contra la Real no se ha podido ni defender.
Nunca había estado el Valencia en lo que va de campeonato ni duodécimo ni decimotercero ni el resto de puestos que a lo único que invitan es a pelear por no mezclarse con el peligro del descenso.
Y eso, a pesar de que Bordalás trató de buscar bastante pronto remedio. Los acontecimientos de la primera parte ya invitaban a pensar que la cosa se podía torcer más de la cuenta. Arriba, ni Hélder Costa, ni Marcos André ni Guedes, por mucho que intercambiaran sus posiciones, terminaban de conectar entre sí. De ahí que el técnico quisiera cortar por lo sano y revolucionar a su gente en el descanso. Nueva delantera en acción con Hugo Duro, Maxi y Bryan Gil, y Guedes, con Yunus ejerciendo de pivote puro. El Valencia seguramente más ofensivo, al menos en efectivos, del campeonato.
Y resulta curioso esa demarcación de Yunus de centrocampista puro. Con Racic en el banquillo y Carlos Soler ya en la ducha, Bordalás apostó por el norteamericano para llevar la manija en ese segundo tiempo. Nada que ver seguramente con los planes y las proyecciones que el propio entrenador se hacía en verano y se ha ido haciendo conforme ha ido avanzando la temporada.
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Con Wass volando hacia Madrid para su nuevo puesto de trabajo, la esperanza del técnico valencianista fue que Meriton le fichara un centrocampista con experiencia y de rendimiento cualificado. Un '6'. Y ayer, en Mendizorroza, acabaron jugando de pivotes dos chavales de 19 años cada uno: Ilaix Moriba y Yunus. Ninguno es un '6' puro.
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