Lim concede a Murthy el poder absoluto en la dirección deportiva

Poder absoluto para Anil Murthy. En tres años ha pasado de llegar a Valencia como consejero y experto en representar la imagen agradable de Meriton a convertirse poco menos que en un presidente a la vieja usanza, de los que participan directamente en la confección de las plantillas. A dos meses de que se abra el mercado de invierno y se vuelva a hablar de fichajes y también de renovaciones de futuro, Peter Lim le ha concedido a Murthy la máxima responsabilidad en la parcela deportiva, función que hasta hace apenas unas semanas recaía en el todavía director general, Mateo Alemany.

Justo en la víspera de un partido de altísimo riesgo deportivo, como es el que enfrenta esta tarde al Sevilla, el Valencia situó en primer plano de la actualidad –aunque no la anunció oficialmente– esta nueva variante de trabajo, en una parcela tan sensible e importante como la deportiva. El cambio de concepto implica directamente también un relevante matiz en el rol que venía desempeñando Jorge López. El exfutbolista pasa de gestionar las categorías inferiores y el filial, a hacerse cargo del primer equipo.

Pese al esfuerzo del Valencia de aclarar que esta controvertida situación es provisional hasta que Meriton decida si ficha o no un director deportivo, lo cierto es que el nuevo diseño del organigrama ha cogido por sorpresa a casi todos. No a todos porque no son pocos los que admiten que desde hace tiempo la aspiración del propio Murthy era la de ir agrupando en torno a su persona todo el poder en la entidad. Esta versión, respaldada por gente que conoce muy bien al presidente, de cualquier forma, cuenta lógicamente no sólo con el visto bueno sino con el impulso de Singapur. Y encaja, además, con las verdaderas intenciones que ha querido Lim imponer desde este mismo verano. El máximo accionista no aceptó el dominio que en la parcela de poder habían adquirido Marcelino y Mateo Alemany en el Valencia –el primero fue a la calle y el segundo está a punto de hacerlo– y la nueva situación de Murthy refuerza la impresión de que Meriton ya ejerce de manera descarada su dominio en la entidad.

Se puede encontrar cierto paralelismo a lo que pasó hace cuatro años, cuando Lim permitió que Nuno ampliara su rol como entrenador. Al final, por cierto, acabó estrellándose. Por entonces, el papel de Jorge Mendes era más que evidente y la duda ahora es si con este nuevo panorama, la intervención del agente portugués todavía quedará más patente. Lim tiene un vínculo muy estrecho con Mendes y en la última operación de compra que hizo el Valencia (la de Correia), el representante percibió dos millones de euros (se lo pagó el Sporting de los doce que ingresó).

Apunta el Valencia que la labor de Murthy se limitará en cualquier caso, por ejemplo, a manejas las reuniones con los representantes de los futbolistas. Eso es lo que venía haciendo hasta este momento Jorge López pero del filial hacia abajo. El Valencia funcionaba con una estructura bastante definida en la que Mateo Alemany ocupaba un rango superior y era Pablo Longoria quien, con el trabajo de Domingo Catoria, tocaba de lleno la cuestión puramente futbolística.

A Jorge López se le considera una persona de club y desde luego es fácil imaginar que no ha tenido tampoco muchas opciones a la hora de aceptar el nuevo reparto de funciones. «Hablo con la secretaría técnica todos los días. Si habrá entradas o salidas todavía es pronto. Hay una secretaría técnica encabezada por Jorge López, él es mi interlocutor», decía ayer mismo Celades, después por cierto de que Murthy y Jorge López mantuvieran una reunión en la ciudad deportiva.

Si se va a buscar sustituto a Alemany es algo que todavía no se sabe y que Meriton no quiere desvelar. Por lo que dijo Murthy públicamente se intuye que hasta que Alemany no se cite con Lim en Singapur el día 7, no se resolverá ni su despido ni tampoco los planes de futuro. Han sonado varios candidatos, entre ellos por ejemplo Luis Fernández. Pero también es verdad que hace dos años, cuando García Pitarch presentó su dimisión, Lim eligió de manera provisional de Alesanco, que estaba en la escuela. Y justo después del mercado de invierno, el dueño le nombró de manera definitiva. Siete meses después fue despedido.