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Los jugadores del Valencia CF coincidieron al terminar el partido en el Santiago Bernabéu que por fin sabían lo que tenían que hacer en el terreno de juego. Durante meses han estado anclados en un limbo que se tradujo después en el caos absoluto sobre el césped. Todos apuntan a Marcelino como el culpable de una transformación que ha llevado al Valencia a exhibir una piel nueva marcada por el gen de la competitividad.
Más allá de que los jugadores saben lo que tienen que hacer, es más importante que asimilen qué es lo que no pueden ejecutar. En una charla con los periodistas desplazados a la concentración de Evian, el asturiano puso un ejemplo encima de la mesa: «Veréis a un defensa hacer un taconcito en el área. No lo volveréis a ver». En esta frase se resume la disciplina y el orden que quiere aplicar el entrenador a un equipo con directrices inamovibles en la retaguardia y con mayor libertad cuando inicia la fase de ataque.
El responsable del material del Valencia, José Manuel López 'Txemanu', junto con al resto de utileros, se vaciaron clavando piquetas en los campos de entrenamiento de Evian. Bajo el sol o bajo la lluvia. El primer día de la estadía, Marcelino se encargó personalmente de estirar las cintas blancas junto a una buena parte del cuerpo técnico para dividir las medidas reglamentarias del terreno de juego en varios rectángulos.
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Una medida que pretendía el control del espacio por parte del jugador. Una condición obligada e innegociable para que un futbolista cuente para Marcelino. La creatividad ya es cuestión de otros perfiles, como es el caso de Parejo. La gran obsesión del asturiano, como ha ensayado durante toda la pretemporada, es que los jugadores conozcan los terrenos que pisan, los límites que no pueden sobrepasar de ese cercado imaginario y cada uno de los movimientos en el repliegue. La primera parte del domingo ante el Real Madrid, salvo en el gol de Asensio que viene tras un mal pase en el centro del campo, reflejó con fidelidad el trabajo realizado en las últimas semanas. El equipo de Zidane no tuvo ninguna oportunidad más allá del tanto y de otro tiro lejano al que Neto respondió con solvencia.
En la segunda parte, durante el zafarrancho de combate aliviado por los errores de Benzema, el Valencia no se descompuso pese a la ofensiva. Los cambios introducidos por Marcelino, obligados por las dolencias de Montoya y Lato, no modificaron ni el sistema ni la aplicación de los jugadores en el control del espacio.
El resultado de todo el trabajo realizado en las últimas semanas se tradujo en un equipo con las líneas muy juntas, ordenado y disciplinado en cada uno de los movimientos.
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