-RKffO6AHHCI6bQ6AGiS1WyL-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
-RKffO6AHHCI6bQ6AGiS1WyL-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Más allá del gol por la escuadra que desde el punto de vista político le coló este martes Compromís al Partido Popular al sacar adelante ... una moción sobre el Nou Mestalla –aprovechando la abstención de los dos exconcejales de Vox–, queda flotando en el ambiente la duda de hasta dónde querrá exprimir la formación que lidera Papi Robles esta propuesta, cuya pretensión es la de la firma inmediata del convenio entre el Ayuntamiento y el Valencia sobre el futuro estadio. De momento, el club parece aceptar y tomarse con bastante calma este inesperado movimiento que ha surgido en el Consistorio, principalmente porque desde la entidad lo que se quiere transmitir desde hace varios meses es su predisposición a despejar el camino de problemas y dejar constancia de que su intención no es otra que acabar la obra. Evidentemente, otra cosa es el grado de confianza que hay hacia Meriton, que precisamente si por algo ha destacado es por no cumplir los guiones.
Pero para que no falte de nada en este habitual embrollo que provoca todo lo que tiene que ver con el estadio y el estamento político, tampoco hay que perder de vista el argumento que escogió el equipo de gobierno para oponerse a esa moción de Compromís. Se acogieron los ediles del PP y de Vox a que este tipo de acuerdo sobre el convenio se tiene que hacer en el ámbito de la junta de gobierno y no en el pleno. Los antecedentes le dan la razón. Entre el Ayuntamiento y el Valencia, sobre la cuestión del campo, han existido dos convenios: el de 2005 y el de 2007, y ambos pasaron por junta.
El primero tiene fecha de 16 de diciembre de 2005. Recogía las firmas de la entonces alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá, y del presidente del club, Juan Bautista Soler Luján. El del 27 de julio de 2007 tuvo menos boato que el anterior, porque los firmantes en el documento fueron Cristóbal Grau, concejal de deportes, Enrique Lucas (como vicepresidente) y Agustín Morera (consejero). ¿A qué aspira Compromís? Pues ni al de 2005 ni al que dos años después se modificó, sino al que quería impulsar en 2022 Joan Ribó –siempre obediente a Meriton– cuando era alcalde y que incluía entre otros conceptos el del aprovechamiento energético con los paneles fotovoltaicos. Esa es la intención actual, otra cosa es si por el camino se introducen variantes que puedan de alguna manera alterar la actitud del Valencia. De momento, desde Compromís aseguran que la base será la misma, aunque habrá que ver si la letra pequeña es la que levanta o no en armas al Valencia.
2005 (9 folios)
«De los mejores de Europa»
«Aprobar los términos del Proyecto de Convenio urbanístico y de permuta entre el Valencia CF y el Ayuntamiento...» Así comienza el escrito de la sesión ordinaria de la junta de gobierno de 2005, que constaba tan solo de 9 hojas y que recogía entre otras aspectos puramente urbanísticos tanto del solar de avenida de Aragón como el de Cortes Valencianas. Se encuentra en él una reflexión que hoy en día puede provocar hasta cierto sonrojo. Hablando del Valencia dice: «Sus más de 83 años de historia, los numerosos éxitos logrados y la consolidación de este equipo como uno de los mejores de Europa, han transformado las necesidades de la sociedad deportiva». «Ayuntamiento y Valencia consideran absolutamente innecesaria la construcción de dos distintos estadios en la ciudad, porque el del Ayuntamiento tendría una utilización intermitente y espaciada en el tiempo y el previsto por el Valencia podría ser utilizado por el Ayuntamiento». Se refería ahí a la pista de atletismo «que circunvale el rectángulo de juego para competiciones de alto rango europeo o mundial». Por supuesto, el aforo ya era el del debatido 70.000 espectadores y se hacía mención ya al pabellón multiusos «cuya promoción y construcción es de la exclusiva incumbencia municipal». Los otros apuntes de relevancia hacen mención al aprovechamiento del suelo y los diferentes usos tanto en un solar como en otro.
2007 (8 folios)
La contribución del club
El de 2007 establecía un marco de colaboración entre administración y club. Desde luego, eran tiempos de más confraternidad y sólo hay que ver uno de los párrafos de la sesión ordinaria de la junta de gobierno en el que queda reflejado ese espíritu de estrecha cordialidad y que resulta especialmente significativo: «No obstante, el Valencia Club de Fútbol, SAD, ha considerado que como contribución al deporte en la ciudad y en un acto de liberalidad, ofrece al Ayuntamiento la redacción del proyecto y la construcción de un polideportivo municipal en las condiciones que se establecen en el presente Convenio». Se recogía por supuesto el aforo que nunca quiso Meriton cumplir (70.000), la pista de atletismo y los principios de gratuidad de uso para esas pruebas.
2022 (borrador de 15 folios)
Varias novedades
Ribó abrió de par en par las puertas del Consistorio a Layhoon y a Kiat Lim (cuando este no era todavía el presidente). Aún así, la presión popular hacia Meriton era ya evidente y a los políticos no les quedó otro remedio que aumentar una vigilancia que durante años había sido prácticamente ignorada. El problema es que el documento de Compromís listo para rubricar al siguiente año con el club quedó aparcado en un cajón por culpa de las elecciones. El borrador, no obstante, servirá ahora a Papi Robles como guía aunque para su aprobación habrá que ver cómo está el panorama en el Consistorio.
En ese documento que estaba listo para la firma en 2023 ya se recogía el fracaso de la ATE y se encaminaba a la aprobación de las famosas fichas urbanísticas. Las novedades eran dos: «Un espacio urbano común que aglutine espacios simbólicos y funcionales para los aficionados, turistas y público en general a través de espacios de encuentro e hitos y elementos simbólicos, reservando espacios emblemáticos para los aficionados, para algún monumentos, para el museo del club, la sede y sus oficinas, etc.». Y la otra: «El proyecto del nuevo estadio incluirá en su diseño la instalación de una cubierta fotovoltaica con el objeto de favorecer la generación de energías renovables». El pabellón costaba entonces 9,8 millones, el convenio tenía una duración de cuatro años «prorrogables por otros tantos adicionales» y se creaba una comisión de seguimiento de cuatro personas (dos del Ayuntamiento y dos del club).
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.