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PACO LLORET
Viernes, 3 de enero 2020, 23:50
A finales de los años cuarenta se creó una nueva competición futbolística que enfrentaba al campeón de Liga con el de la Copa, los dos únicos torneos oficiales existentes por entonces. Auspiciada por la Federación Española, se bautizó como Copa Eva Duarte de Perón, en señal de homenaje a la esposa del presidente de la República Argentina que había realizado una visita oficial a España en un momento de aislamiento internacional. El régimen del general Franco se hallaba en una delicada situación y la figura de la esposa de Juan Domingo Perón, conocida popularmente como Evita, caló hondo por su carisma popular. En plena Posguerra, una época de restricciones y estrecheces, cartillas de racionamiento y escasez de productos básicos, la ayuda argentina resultó providencial y alcanzó un valor simbólico de enorme relevancia. La población se mostró agradecida con la primera dama argentina, adorada en su país por su labor de apoyo a los más necesitados.
Por entonces, un club argentino, el San Lorenzo de Almagro, revolucionó el fútbol con su estilo de juego y su innovador esquema táctico. El conjunto bonaerense visitó Valencia dentro de una gira internacional que levantó una enorme expectación. El 22 de enero de 1947, día festivo en la ciudad, las gradas de Mestalla se desbordaron debido al inmenso gentío que asistió al encuentro, cuyo inicio hubo de retrasarse mientras muchos espectadores se acomodaban cerca del terreno de juego por delante de las vallas de protección. El duelo finalizó en tablas, empate a uno, el gol del Valencia fue obra de Silvestre Igoa. Este partido era el primero de carácter internacional que se disputaba en el feudo valencianista después de catorce años, un paréntesis motivado, entre otros motivos, por la Guerra Civil en España y por la II Guerra Mundial.
El trofeo de la Copa Eva Duarte fue instaurado por el conjunto argentino durante su periplo y el acto protocolario de presentación tuvo lugar en la embajada de su país en Madrid. La Copa contaba con la firma de todos los jugadores de San Lorenzo que habían participado en aquella exitosa gira. El trofeo fue recogido por el presidente de la Federación Española, Armando Muñoz Calero, y se anunció que la primera edición lo disputarían los campeones de aquel ejercicio, el 46-47. El Valencia se proclamó campeón de la Liga, mientras que el Real Madrid se llevó el título copero. Un año después, el 13 de junio de 1948, se celebró la primera edición de la Copa Eva Duarte. La Federación dispuso que fuera a partido único y el escenario elegido fue el campo de los madridistas. El Valencia se avanzó en el marcador gracias al gol de Vicent Seguí en el primer tiempo. En la reanudación llegó la igualada con la que finalizó el encuentro. Se jugó una prórroga en la que los locales marcaron por partida doble y se llevaron el título. El Valencia volvió a disputar el trofeo dos años después, esta vez como campeón de Copa, al haberse impuesto en la final de la temporada 48-49 al Athletic de Bilbao gracias al recordado gol de Epi. A diferencia de la primera edición, la final se disputó al poco de iniciarse el siguiente ejercicio, el 49-50, y la fecha elegida estaba cargada de simbolismo: 12 de octubre, día de la Hispanidad.
Los valencianista se midieron al Barcelona, vigente campeón de Liga, y se adjudicaron el título con una actuación extraordinaria y un resultado espectacular: 7-4. El duelo se disputó en el desaparecido estadio Metropolitano de Madrid y, al igual que había sucedido con la primera final, el título se decidió en la prórroga. El Valencia abrió el marcador con dos goles antes del descanso, obra de Giraldós y de Mena. Sin embargo, los blaugrana recortaron la deferencia a renglón seguido. Al poco de iniciarse el segundo tiempo el Barça estableció el empate. Todo parecía perdido para los valencianistas con la consecución de dos goles barcelonistas más. El equipo dirigido por Jacinto Quincoces no se descompuso y reaccionó gracias a los tantos de Igoa y Pasieguito, ambos en un minuto, para establecer el empate a cuatro. En el tiempo suplementario el Valencia impuso su ley con tres goles más, logrados por Igoa, dos de ellos, y por Antonio Fuertes. Un triunfo de enorme resonancia para un equipo que iba a volver a enfrentarse con el Barcelona en dos finales de Copa en los siguientes años: derrota en la prórroga y en inferioridad numérica en 1952 y triunfo aplastante dos años después.
La Copa Eva Duarte desapareció del panorama competitivo precisamente en 1954, después de la victoria valencianista en la final copera por 3-0 y esa edición, que habría medido a los de Mestalla con el Real Madrid, campeón de Liga, tal y cómo sucedió con la primera final, ya no se celebró. Después de un prolongado paréntesis, a principio de los años ochenta se recuperó el torneo con el nombre de Supercopa y con la fórmula de doble partido. El Valencia debutó en 1999 y se la adjudicó ante el Barcelona. Después, disputó tres finales más, aunque no pudo reeditar el éxito. La próxima semana se estrena un nuevo formato que se abre con el mismo emparejamiento de la primera Copa Eva Duarte.
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