Una victoria más (la tercera consecutiva, algo que no pasaba desde hace un año); otro partido sin encajar gol (segundo seguido) y el cuarto enlazado sin perder; otro tanto de Manu Vallejo (el quinto en su cuenta, empatando en el ranking global a Maxi); la segunda capitanía de Lato (se la dedicó a su padre); el estreno de Koba como goleador con el primer equipo (el chaval apunta maneras y hasta parece haber adelantado a Esquerdo en la escala de preferencias de Gracia); otro día sin noticias de Guedes y Sobrino (lo del portugués está metido en un vaivén constante para desesperación de todos), y una jornada más (quedan justo dos semanas) sin saber si al final Peter Lim y/o Anil Murthy van a cumplir su palabra y van a reforzar al Valencia.
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Lo de fichar al centrocampista y al central que todos –incluido Javi Gracia– esperan se ha convertido poco menos que en una cuestión de Estado en la que no sólo está en juego la mejoría deportiva de la plantilla para la presente temporada sino el crédito y respeto –poco o mucho– de Meriton para con el valencianismo. La palabra vuelve a estar en entredicho. Quedan tres partidos (Osasuna, Atlético y Elche) hasta acabar el mes de enero y cerrar el mercado, y sólo la situación actual en la tabla de Elche y Osasuna puede de alguna manera amortiguar el temor a un posible descalabro propio.
Al menos, la misión de traer un cedido de prestigio como ha prometido Murthy se toma sin la agitación que hubiera supuesto para la afición caer en esta ronda ante un equipo de inferior categoría. El equipo supo sacar adelante con cierta solvencia el compromiso para la tranquilidad de todos. Ni la gran cantidad nieve que todavía se podía apreciar alrededor del campo –el césped acabó helado– impidió que los valencianistas se impusieran casi por lógica gracias sobre todo a la cabezonería de un tipo como Manu Vallejo, que sigue empeñado en aprovechar al máximo las oportunidades que le da Javi Gracia. No es ni el más habilidoso, ni el más rápido, ni el más fuerte ni logra la excelencia en los remates pero el interés que pone le hacen convertir las carencias en virtudes. La falta que ejecutó, por ejemplo, se la envió sin demasiadas florituras justo al lado donde estaba el portero y acabó entrado cuando todos esperaban que buscara el palo contrario.
La Copa del Rey se ha convertido en una agradable diversión para algunos. A Racic, por ejemplo, justo cuando se habla de que va a venir un jugador que le puede quitar el sitio, se le vio ayer tarde tan activo que sólo el poste (estrelló dos balones) evitó que redondeara una buena actuación con el premio añadido del gol. A su lado tampoco desentonó la labor de Koba, un francés con orígenes en Nueva Caledonia de 19 años y que hace poco menos de un mes hizo un soberbio gol ante el filial del Levante. El Valencia lo captó de la cantera del Lens y tras apenas media temporada a las órdenes de Mista en el juvenil –tenía 17 años– ya se lo llevó de pretemporada Marcelino.
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