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Guillamón, cariacontecido tras la derrota en Almería. EFE / Carlos Barba

Los cortocircuitos que están aniquilando al Valencia

Despistes de pocos minutos han desencadenado una caída libre de un equipo penalizado por su falta de gol

Miércoles, 12 de abril 2023, 17:59

Que el Valencia se desangra no es ningún secreto. Y que padece dos virus -el de las lesiones y el de la falta de gol-, tampoco. Quizás como consecuencias de esto, el equipo sufre un tercer mal que le ha costado un buen puñado de puntos, tantos que quizás sea la consecuencia de que en el tramo final de la Liga esté inmerso en el fango de la lucha por la supervivencia. Los despistes, esos cortocircuitos que ya se atisbaban en la época de Gattuso (la remontada del Mallorca o el gol de Lewandowski en el tiempo añadido) se han convertido en una tendencia cada vez más habitual con la crisis que se ha desencadenado tras el Mundial.

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«Estoy muy enfadado por lo que ha pasado en el partido. Hicimos una buena primera parte en la que hemos tenido opciones y posibilidades, lo teníamos controlado, pero no hemos tenido acierto. En el inicio de la segunda no podemos consentir cosas que no pueden pasar. Más allá de estar con diez jugadores en ese momento, tenemos que cerrar esa acción», se lamentó Rubén Baraja tras el encuentro de Almería y sobre la acción en la que el exlevantinista Melero abrió el marcador. Baraja lanzó un mensaje optimista, recordando que aún quedan puntos por disputar y que hay que sumarlos. No hay más. Para ello deberá encontrar cómo contrarrestar tres tipos de despistes que han supuesto un lastre decisivo para hundir al Valencia en la clasificación.

Tramos cortos de partido

Esto es precisamente lo que le pasó al Valencia en Almería, con el agravante de que la derrota supone perder el golaveraje con un rival directo por la permanencia. Los tantos de Melero y Babic se produjeron en sólo 9 minutos. El 1-0 dejó noqueado al equipo de tal manera que hasta su mejor hombre, el guardameta Mamardashvili, cometió un error garrafal para el 2-0. Posteriormente, cuando se serenó, el conjunto blanquinegro volvió a mover el balón con criterio, hizo el 2-1 por medio de Castillejo y rozó el empate. Demasiado tarde para pescar algún punto que habría sido trascendental.

Aunque el escenario y el rival sean de mucha más enjundia, la derrota de Almería se puede comparar con la del Bernabéu. Analizando aquel encuentro, pocos días después de haber puesto contra las cuerdas a los de Ancelotti en el Mundial de clubes, el equipo perdió en sólo dos minutos: los que tardaron en marcar Asensio (de tiro desde fuera del área sin que nadie le encimara) y Vinicius en un contragolpe. Es cierto que aquel día los blancos habían perdonado varias ocasiones, pero también es verdad que una vez más el primer tanto descompuso al Valencia.

Desconexiones finales

Y de nuevo contra rivales directos, por lo que pueden costar muy, pero que muy caras. Fue el motivo de que se precipitase el final de la era Gattuso, pues el tanto de Larin en Valladolid llegó en el minuto 90. El Valencia tendrá que enfrentarse de nuevo a los pucelanos, esta vez en Mestalla, en este mes de abril que se plantea como decisivo.

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También muy al final y por defender mal un córner llegó el tanto de Borja Mayoral que dio alas a un Getafe que entonces estaba incluso peor que los madrileños. Al menos, la goleada de la primera vuelta (5-1) permite que el Valencia tenga el golaveraje particular ganado con los azulones.

En ambos partidos se dio la circunstancia de que el equipo blanquinegro no fue peor y que mereció al menos puntuar. Como contra el Barcelona, cuando aún parecía que la temporada del Valencia era ilusionante y con posibilidades de coquetear con Europa. El tanto de Lewandowski en el tiempo añadido supuso un gran disgusto en Mestalla.

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Malos inicios

Esto es quizás lo que más ha lastrado al Valencia. Sin ir más lejos, en el partido con el que ha arrancado este abril decisivo: en casa contra el Rayo Vallecano. Los de Baraja no fueron peores que los madrileños, pero el tanto de Comesaña ya fue un lastre con el que hubo que convivir durante prácticamente todo el encuentro. Al menos se salvó un punto gracias al tanto de penalti transformado por Kluivert.

¿Que es un triste consuelo? Sí, pero al menos se consiguió algo. El Valencia inició el año con la derrota que realmente rompió sus costuras: la del Cádiz en casa. Y aquello llegó con un tanto de Alcaraz en el minuto 9 y la resistencia numantina de los andaluces. Claro está, a un equipo al que le falta tanto gol, ir por detrás en el marcador es un problema más grave de lo normal.

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Hay que recordar que en este año, de los delanteros, sólo han visto portería Kluivert (3, y está lesionado para un mes) y Castillejo (2). Contra el Cádiz en Mestalla, que vendrá este mes, hay que evitar los despistes para tener opciones de remontar el golaveraje particular.

Contra el Barcelona, el tanto de Raphinha llegó en el minuto 15. Parecía entonces que podía haber golerada, pero luego el Valencia se recompuso y cuajó un buen partido… menos en la faceta goleador. Bueno, y en otro infortunio -dejémoslo ahí- que vino desde el VAR en forma de penalti no pitado a Fran Pérez. Como aquella tarde, al equipo de Baraja le queda tiempo para evitar el desastre, pero necesita contrarrestar sus propios cortocircuitos y afinar la puntería.

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