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«Lim se cree un emperador»

El valencianismo responde con dureza contra el ultimo traspié desde Singapur | Francisco Roig encabeza con vehemencia las diferentes voces que se quejan del límite que cruzó la hija del dueño al recordar el poder de Meriton en la sociedad

Sábado, 4 de julio 2020, 00:41

En Valencia se queman fallas todos los años y Mestalla echa presidentes y atormenta a máximos accionistas a pañoladas de manera cíclica. Ahora, sin público que le incomode, con más del 80% del accionariado en su poder y viviendo a once mil kilómetros de distancia, Peter Lim lo ve todo de otra manera. Pero del recibimiento de 'héroe nacional' del 25 de octubre de 2014 no queda nada. Ayer, Valencia se despertó con pancartas contra la gestión de Meriton. No es la primera vez que se ven (en la acera de Mestalla antes de la pandemia era lo habitual) pero sí recoge el sentir de una afición, molesta por muchas cosas: desde la desidia que se aprecia en el equipo hasta la desesperación por no ver crecer el nuevo Mestalla. La mecha, por si no había bastante, la ha puesto Kim, la hija de Peter Lim, expresando un sentimiento que ha conseguido que diferentes voces del valencianismo se pongan de acuerdo para recordarle que no hay que cruzar unos límites.

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Una de esas voces más críticas que pulsó ayer este periódico fue la de Francisco Roig, que sabe por experiencia propia de lo que es capaz de hacer la afición: «Este señor es un prepotente y su familia también. Para tener clase hay que ser humilde y este señor, que para mí es un sinvergüenza, cuando viene a Mestalla se encierra en una urna porque se cree que es un emperador. Estoy muy disgustado y lo peor es que la gente se queda callada. Lo que habría que hacer es no ir nadie a Mestalla. A mí, Rita Barberá me hizo la vida imposible y estos siguen igual con el nuevo estadio».

Roig mantiene su habitual locuacidad y crece en el tono de sus críticas: «Lo que tiene que hacer es vender el Valencia, porque aquí se le ha consentido todo. El otro día –añade– van a jugar a Madrid y se va este señor –se refiere a Murthy–, ése que manda callar a la grada y que es un funcionario, y les regala un cuadro... cuando lo que hay que hacer es dejarse la piel en el campo. Si Ferran fuera de Mendes ya habría renovado y el fichaje de Correia no hay por donde cogerlo. ¿Por qué compraron a Guedes por 40 millones si no ha hecho nada?».

Más sosegado en el discurso es otro presidente como Agustín Morera, aunque igual de tajante a la hora de calificar las palabras de la hija del dueño. «Son muy desafortunadas pero es su mentalidad. Hay que respetarlas pero desde luego no las comparto. El fútbol es un sentimiento, de la misma forma que para ellos es un negocio».

Vinculado toda su vida al Valencia, como jugador y después como ejecutivo, Fernando Gómez admite que con la distribución del capital social, poco se puede hacer más allá de quejarse públicamente. «No le falta razón pero es un club que supone mucho para miles y miles de valencianistas, por eso ese tipo de comentarios deberían cuidarse más. A mí personalmente no me importa quién gestiona el Valencia siempre y cuando lo haga bien. Hemos vivido otras situaciones deportivas negativas pero nunca se ha producido esta animadversión. ¿Soluciones? El precio de venta lo pondrá Lim, puede venir un jeque y comprarlo o un inversor como el que hay ahora que quiera sacarle rentabilidad. Y, la verdad, no lo veo nada fácil».

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Juan Martín Queralt es uno de esos valencianistas al que siempre hay que recurrir cuando la convulsión ciega el pensamiento. Para el que fuera presidente de la Fundación (la antigua, por decirlo de alguna manera), lo ocurrido demuestra «cierta incultura porque el fútbol no es un mero objeto social de una sociedad anónima. Es algo más. Lo recuerda Albert Camus, el hijo huérfano de emigrantes afincados en Argel, que encontró en el fútbol el contrapeso a las muchas carencias que rodearon su vida de niño... Muchos niños han encontrado en el estudio y en el fútbol lo que la vida les ha negado y seguramente la vida le ha dado con creces a Kim: dinero, vestidos, viajes, restaurantes…».

«La hija de Lim debería estarse calladita y tener respeto. La culpa la tiene su padre. Estamos ante el final de este caballo del Troya que nos metieron los del Power y los del Point», opina el exvicepresidente, Miguel Zorío.

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Dentro de ese abanico de opiniones molestas se encuentra también el abogado Andrés Sanchis. «La hija de Lim no ha dicho nada que no pueda decir porque el Valencia para ellos es un número. Cuando crean conveniente presentarán un concurso de acreedores».

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