Cuenta atrás para evitar que Lim se libre de sus compromisos con Valencia

El problema es que a día de hoy María José Catalá no tiene ni mucho menos garantizados los votos de Vox. Por supuesto, se da por hecho que tanto PSPV como Compromís votarán en contra de unas fichas, que curiosamente dejaron ellos mismos listas para el despegue (el PP ha reiterado una y otra vez que son las mismas y que no han variado nada). Pero en este escenario influyen sobremanera tanto la estrategia de los partidos políticos como la nueva situación que se ha creado con la concesión el pasado viernes de la licencia urbanística para reanudar las obras. La concesión de las licencias por parte de la concejalía de urbanismo no sólo ha generado críticas en la oposición sino también por parte de Vox, que no dudó en desmarcarse desde el primer momento, sobre todo por la oposición radical que siempre había manifestado Juanma Badenas al respecto. Y los votos del grupo que lidera Badenas son imprescindibles para Catalá.

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Será la segunda vez que el tema de las fichas urbanísticas desfile por el pleno del Ayuntamiento. En el más reciente, el que se celebró el viernes 28 de junio, la cuestión del problema con el Valencia sobrevoló de alguna manera la cita política pero fue a posteriori cuando más revuelo hubo. El Valencia envió justo ese mismo día un correo electrónico a la Federación Española anunciándole su intención de firmar la documentación de la FIFA para adherirse formalmente a la candidatura de la ciudad.

Fue en el de mayo (28-5-2024) cuando sí hubo verdadero revuelo. Aquel día se debatíaen el pleno una moción que habían presentado PSPV y Compromís para aunar las fichas urbanísticas, el convenio y el aval sobre la totalidad de la obra restante al nuevo Mestalla. Tocaba mojarse y PP y Vox estaban en una situación comprometida. Pero fue a última hora cuando todo el guion saltó por los aires. María José Catalá puso encima de la mesa en el momento en el que se iba a debatir la moción un informe jurídico del secretario municipal que consideraba «contrario a derecho» el incluir en el punto tercero de la moción la exigencia de una fianza por la totalidad de la obra. Todo se vino abajo y PP y Vox no tuvieron ningún problema entonces en votar en contra de la moción (17 votos contra 16) al acogerse a esa ilegalidad que argumentaba el informe jurídico del secretario municipal.

Pero el tiempo pasa y como en todo lo que tiene que ver con el nuevo Mestalla parece ser que se hace casi sobre el límite o fuera de él, como ha ocurrido por ejemplo con la aspiración a ser sede mundialista, ahora sólo queda el pleno de este martes que viene para resolver la gran incógnita en la que el PP y Vox llevan semanas trabajando. La licencia ya está y el Valencia ya tiene pista libre para empezar de nuevo las obras. Faltan las fichas y el convenio, con los dos socios de gobierno buscando una fórmula adecuada que comprometa al Valencia y que no les haga quedar mal ni con sus electores ni con la afición del Valencia, tan descontenta con Meriton.

Catalá ha comprometido su palabra para antes del 3 de agosto y que Meriton «no consiga todos las ventajas» porque, como recalcó en su momento, Lim «se ha ganado a pulso tener que demostrar mucho. Voy a poner todo de mi parte para que el Nou Mestalla se haga y eso no implica, y nunca implicará, darle ninguna ventaja a nadie, sino hacer cumplir con la ciudad de Valencia. Estoy convencida de que vamos a ver el Nou Mestalla pero eso no va a implicar nunca que para eso le vaya a dar ningún beneficio a la propiedad del Valencia», explicó hace unos días, antes de que la licencia fuera una realidad.