Cuenta atrás para la junta

Layhoon tiene un mes para ir preparando la que va a ser, con diferencia, la asamblea más comprometida de las cinco que ya ha vivido en el Valencia (Anil Murthy estuvo como presidente las otras cinco temporadas). Primero por la cantidad de accionistas que van a acudir. Lo que antes era un blindaje absoluto por aquellas 6.828 acciones que impuso Meriton de manera autoritaria como requisito mínimo para poder asistir (algo indefendible desde el punto de vista de la afición pese a las tesis de protección de Germán Cabrera hacia el máximo accionista), ahora ha pasado a la condición de un único título. Mestalla, donde se va a celebrar, se llenará de cientos de accionistas descontentos y ávidos de que les den las oportunas explicaciones, no sólo por lo que tiene que ver con el desastre deportivo que se está viviendo, sino por ese maniobra financiera que ha cerrado hace pocos días y que para el sentir popular significa entre otras cosas un escenario mucho más plácido a corto plazo para un hipotético comprador.

El Valencia ha pasado de depender de Caixabank a colgarse de un fondo americano, fiándolo prácticamente todo al potencial que se espera obtener del futuro estadio de Mestalla. La puesta en marcha de las obras del campo será otro punto fuerte a defender por parte de Layhoon.