El culebrón de Ferran inicia la desescalada

En los últimos días, el entorno más cercano a Ferran Torres ha deslizado más abiertamente que nunca que en menos de un mes –con el Valencia en plena competición por colarse en Europa– quedará despejado definitivamente uno de los habituales culebrones del verano en fútbol, que en este caso afecta al futuro del chaval de Foios. Este pronunciamiento es un paso más dentro de la particular desescalada que el problema de la renovación ha creado en el Valencia.

Cada día que pasa, dentro del club decrece la seguridad de que Ferran vaya a continuar como blanquinegro. La gran pregunta, en todo caso, es ¿adónde va a ir y por cuánto? Desde luego en el Valencia, a día de hoy, la sensación es la misma que se ha venido palpando desde hace varios meses, cuando el futbolista, por medio de su representante, ha rehuido no sólo cualquier intento de aproximación contractual sino ni tan siquiera el de emplazarse a una reunión que pudiera servir para hacerse entender las partes, después de hacerle llegar las primeras propuestas de contrato. En cualquier caso, lo ocurrido con Garay ha servido ahora a todos de advertencia para no cometer los mismos errores.

Si hubiera que apostar ahora, a un año vista de que acabe su contrato como valencianista (junio de 2021), Ferran está más cerca de acabar en la Premier que de probar otros destinos o seguir la próxima temporada a las órdenes de Celades. Aunque no es un argumento contundente, la verdad es que durante el periodo de confinamiento y, además de entrenar en la medida de sus posibilidades –su progresión muscular ha sido notable en los últimos años–, una de las tareas a las que le ha dedicado tiempo el futbolista es a perfeccionar el inglés.

El extremo de Foios, a sus 20 años y a las puertas de la selección absoluta, va camino de pulverizar todos los récords y si hubiera que confeccionar una lista de equipos a los que se le ha vinculado en los últimos meses, no faltaría desde luego ninguno de los grandes de Europa con verdaderas posibilidades económicas, con especial énfasis a los ingleses: United, Liverpool, Manchester City, Bayern, Dortmund, Juve e incluso el Real Madrid... Pensar en que van a pagar la cláusula de 100 millones, con el fútbol metido en plena crisis por el virus, es un tanto arriesgado. Su valor actual del mercado ronda los 45 millones, nueve veces más de lo que le marcaba hace poco más de un año.

Lo de Ferran ya lo intentó en su momento Mateo Alemany, después tomó el relevo Anil Murthy –así lo dejó claro el propio presidente en referencia a todas las operaciones– y ahora la papeleta le ha caído a César Sánchez. A favor tiene el director deportivo su capacidad de diálogo, pero parece que en lo que a este caso se refiere poco le va a servir porque llega demasiado tarde. Admiten en el club que César, amante de la cantera, ya pronosticaba años atrás la espectacular evolución del jugador incluso cuando militaba en las categorías inferiores (su paso por el filial fue fugaz).

El Valencia no se sale del guión. Quiere e insiste en expresar una y otra vez que Ferran es un activo del club y que el principal deseo –así se lo transmitió también Lim a Murthy cuando se vieron en Singapur para tratar este y otros asuntos– es que firme la renovación. Pero lo último que se ha dicho con cierta claridad al respecto fueron unas palabras de Murthy en febrero pasado, que ya venían a anticipar con meridiana claridad por dónde iba a transcurrir este asunto: «Es bueno para él que siga aquí. Lo cierto es que en los clubes muy grandes es difícil tener minutos de juego».

Ferran, después del mensaje presidencial, siguió siendo titular para Celades, completando una tarjeta de presentación –a falta todavía de las once jornadas que restan– que ya la quisieran jugadores con más curriculum en la élite: 6 goles (9 desde que debutó), 7 asistencias y 35 partidos de los que 20 ha sido titular.