De cuatro que le han traído, uno ya se ha estrenado. Va a ser interesante seguir de aquí a final de temporada la estrategia que va a emplear Javi Gracia para sacarle partido a los nuevos futbolistas que le ha traído Meriton. Conforme ha hecho las cosas la dirección deportiva, es una incógnita saber a estas alturas si realmente el entrenador considera que mejoran de verdad el nivel cualitativo de lo que tenía en la plantilla. Piccini, por ejemplo, sigue sin estar bien físicamente cuando fue el primero en incorporarse y el que teóricamente más sabe qué es lo que quiere Gracia de sus jugadores porque ya lo conoce del verano. De momento, su cometido se centra únicamente en entrenar en Paterna porque ni viajó a Bilbao. Los otros tres sí. Pero sólo se estrenó Patrick Cutrone. Christian Oliva y Ferro van a tener que esperar. Con el Real Madrid como rival el próximo domingo, parece difícil que se cuele alguno en el once. De momento acompañan y, como se asegura desde el propio club, los tres nuevos se han integrado bastante bien y de rápida al vestuario. También es verdad que eso siempre se suele decir al principio. Una lástima que por culpa del protocolo que se sigue debido a la pandemia los futbolistas deban alojarse en los hoteles en habitaciones individuales. Cada hora de íntima charla con el compañero de sueños ayuda a acelerar la integración en el grupo.
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De momento, la única aportación extra ha sido la de Cutrone. Lo metió Gracia en el campo a los 64 minutos de juego sustituyendo a un Vallejo bastante grisáceo y apenas treinta segundos después de su incorporación al terreno de juego, marcaba Paulista de cabeza. Cutrone fue, por cierto, espectador de lujo de la escena porque estaba junto al poste por el que se coló el balón.
Decía hace unos días Fernando Gómez, tratando de analizar las posibilidades del atacante italiano en el Valencia, que el equipo podía resentirse en el centro del campo cuando estuviera él. A Manu Vallejo no se le puede discutir su abnegación en el trabajo en beneficio del colectivo. Pero Cutrone, por lo que se vio ayer en San Mamés, despliega un carácter mucho más ofensivo que el andaluz.
Es obvio que Javi Gracia le dio entrada cuando el marcador estaba 1-0 y que la intención era de ir con descaro en busca del empate, pero cuando éste llegó sus intenciones dentro del terreno de juego no variaron. En la mayoría de situaciones estaba a la misma línea que Maxi. Es más, el uruguayo se dejó caer más veces. Aunque es pronto para poder descubrir realmente dónde ofrece Cutrone sus mejores prestaciones, por lo que se pudo ver contra el Athletic es su vocación casi más como delantero que como enganche. El Valencia con él pasó a actuar con un 4-4-2 mucho más definido. Eso siempre resta acompañamiento a los centrocampistas (Racic y Soler).
Protagonizó, además, una de las jugadas más claras del partido. En el 78', el valencia le pilló a contrapié al Athletic. Cutrone se la envió a Maxi y el uruguayo, lejos de pecar de egoísmo porque podía haber probado suerte, se la volvió a ceder en una inmejorable posición para el remate. Cutrone la enganchó mal, demasiado mordida, y el remate se perdió cuando podía haber supuesto la sentencia definitiva. Lleva tiempo Cutrone sin ver puerta. Su último gol fue con la Fiorentina el 19 de julio pasado (2-0 al Torino). Hace siete meses de aquello, demasiado tiempo para un jugador que necesita el gol para reivindicarse como futbolista y a quien el Valencia necesita. Como también a Oliva y Ferro. Gracia hizo sólo tres cambios.
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