El desencanto de Bordalás con Murthy

Bordalás había encontrado el amor de su vida, todo era felicidad, hasta que llegó Murthy. El presidente del Valencia, metido a director deportivo, ha destrozado la magia que embargaba al entrenador alicantino. Ha llegado el momento de sentarse, mirarse a la carita, y han aflorado las diferencias. El preparador se ha pronunciado en varias ocasiones para reclamar fichajes. Los considera necesarios para reforzar una plantilla disminuida y para poder optar a algún objetivo, ya sea para entrar en Europa o para estar en la disputa de la Copa del Rey. Y ha puesto varios nombres encima de la mesa. Futbolistas que conoce, que no necesitan un periodo de adaptación y que se adaptan a la perfección en su estilo de juego. La posición primordial está clara: un central. Y para este puesto el elegido de Bordalás era Aridane, jugador de Osasuna. Pero la entidad ha parado los pies al técnico. Aduce que el futbolista tiene una edad avanzada (cumplirá 33 años en marzo) y que las peticiones de sus agentes no se podían atender –cesión hasta final de temporada y obligatoriedad de compra para las tres siguientes–. Además, Osasuna no está poniendo demasiadas facilidades. Y le ofreció otros jugadores, entre ellos Álvaro González, un ofrecimiento bien visto por la secretaría técnica que dirige Miguel Ángel Corona, pero que no acaba de agradar al técnico, no considera que es el defensa que mejor le va a su idea.

Este desencuentro hizo que Bordalás le espetara a Murthy que se desentendía por completo de la toma de decisiones para la llegada de refuerzos, como desveló Ser Valencia. Que se iba a dedicar a entrenar la plantilla que tenga y se acabó. Una situación que no es nueva en el Valencia. Justo hace un año ya se vivió un desencuentro similar entre el club y Javi Gracia, en ese momento al mando de la plantilla valencianista. El navarro se explayó en sus críticas en todas las ruedas de prensa que disfrutaba y hoy habrá que ver si Bordalás hace lo mismo o prefiere apagar el fuego. Las discrepancias de criterio deportivo existen. Es algo que fuentes del club admiten.

Este viernes mismo se intentó un acercamiento. Murthy, acompañado de Joey Lim, se presentó en Paterna para hablar con Bordalás y con Corona tras el entrenamiento. A nadie le interesa una guerra fría entre la dirección del club y el entrenador, pero ambas partes están enrocadas en este momento. Cada aportación del técnico es rechazada por la entidad y al revés ocurre lo mismo. Una situación inesperada para el preparador alicantino, que se sentía reforzado en su posición tras recuperar para el equipo el ADN que siempre le favoreció tras una travesía demasiado larga en el desierto de la mediocridad. Pero Meriton no entiende de romanticismo. El mensaje del máximo accionista desde Singapur es gastar lo mínimo posible y en Valencia el gran problema es la desolación estructural y de planificación deportiva. Que Murthy se haya erigido en director deportivo evidencia la anómala situación, cargada de improvisación. Desde la llegada de Meriton en 2014 han pasado diez entrenadores: siete han acabado despedidos y uno dimitió (Prandelli).

En lo que sí están de acuerdo es que no aparezcan por Paterna futbolistas que nadie se acuerde de ellos al acabar la temporada. Si viene alguien, que tenga opciones de jugar. No se quiere repetir la tesitura de la campaña pasada cuando se accedió a incorporar a Ferro, Oliva y Cutrone. Ninguno de ellos con el beneplácito de los responsables deportivos, lo que derivó en que su trascendencia en el juego fuera nula y no ayudaran en conseguir los objetivos. Bordalás ha llegado incluso a apuntar a Murthy que si no se traen jugadores que se acomoden rápidamente a su estilo de juego, que prefiere tirar de futbolistas de la cantera. Koba, Iranzo o Jesús Vázquez tendrían más protagonismo si finalmente ninguna de las partes cede.

Bordalás firmó por dos temporadas. El primer desencuentro ha llegado y ahora habrá que ver si las heridas son tan profundas que no haya manera de restañarlas. El siguiente episodio se dará hoy en la sala de prensa. Allí el técnico desvelará si apuesta por la confrontación o apuesta por destensar el conflicto.

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