Baraja y el Valencia, a punto de firmar el nuevo contrato

Debía quedar finiquitado un frente doble, dos aspectos incluido en el pack que puso encima de la mesa Baraja: la mejora de contrato a aplicar desde ya mismo y la ampliación en un año del mismo. Hay que recordar que Baraja, cuando aterrizó sustituyendo a Gattuso, firmó hasta junio de 2025. Era su estreno en los banquillos en Primera División y con unas cantidades mucho más ajustadas que sus antecesores. Sacó al equipo del descenso y esta campaña casi lo cuela en Europa. Le quedaba un año más y tanto Meriton como el propio interesado estaban de acuerdo en estirarlo por un año más, con el matiz de una ligera mejora salarial que se debía aplicar también en la temporada que ya tenía firmada (2024-25). Es ahí donde ha habido una resistencia por parte del club, que al cierre de esta edición esperaba no obstante la respuesta definitiva a la contraoferta propuesta, cuestión que se daba casi por hecho.

Ese ha sido el único punto de cierta fricción que ha provocado que se retrasara, como siempre ocurre cuando depende de Singapur, una solución prácticamente cantada desde el primer instante. El Valencia ha conseguido en Baraja completar la figura de un entrenador que va más allá de la simple dirección de equipo y el técnico ha encontrado en el club de Mestalla la culminación de una aspiración propia que comprende tanto la faceta personal como profesional.

No obstante, a pesar de que todos daban por supuesto desde el primer momento que la renovación se iba a producir, la cosa se ha alargado más de la cuenta y de hecho aún no se ha hecho oficial aunque es cuestión ya de horas (Baraja se marcha de vacaciones el jueves). Hace ya más de dos semanas y pico (19 días) que se estableció la primera toma de contacto seria y formal para hablar de este asunto. El paso siguiente era trasladar el expediente a Singapur, donde Peter Lim –se supone que también con su hijo y el resto de miembros del consejo de administración– ha tenido que meditar la situación y meterle la tijera.

Falta pues el visto bueno definitivo de Baraja para hacerlo oficial. Luego llegará el turno del club para sacar rentabilidad a un acuerdo que viene a contrastar curiosamente con la tradición que siempre ha tenido Meriton con sus entrenadores. A Lim lo que se dice durarle no le han durado mucho los técnicos. Empezando por Pizzi, a quien se lo ventiló nada más llegar para situar a su amigo Nuno, y terminando por Gattuso a quien Meriton sacó de sus casillas hasta el punto de que el italiano decidió bajarse del barco a mitad de travesía. Con Baraja, el vuelco a la situación ha sido importante. También porque el vallisoletano tenía ventaja con sus predecesores: conocía por dentro y por fuera el club.

La llegada de Baraja vino acompañada de un mensaje de calma social, justo en el momento más peligroso de la temporada, con el equipo con el agua al cuello y con la amenaza del descenso. Baraja ha revalorizado a la plantilla y ha ejercido también sin polémicas como portavoz del club.

Si Baraja llegara a cumplir su contrato (junio 2026), sería con diferencia el entrenador que más le ha durado a Meriton (tres temporadas y media), más allá incluso que Marcelino, con el que Lim tuvo sus serias discrepancias que, dicho sea de paso, acabaron costándole el puesto al asturiano.