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Mouctar Diakhaby lo volvió a hacer en Montilivi. Se plantó ante LaLiga y sus campañas contra el racismo por ese sentimiento que tiene el valencianista ... de sentirse desamparado y silenciado. Y le honra mucho tener el valor de ser atrevido y defender su lucha de una forma tan pública en un tema tan delicado.
Por poner en contexto, el central guineano del Valencia sufrió un caso de insultos racistas por parte de Juan Cala en un partido contra el Cádiz en abril de 2021. El jugador, pese a que LaLiga archivó la investigación por falta de pruebas, sigue defendiendo que el contrincante gaditano fue el que le agredió verbalmente con un «negro de mierda», una expresión que recogieron las cámaras de ambiente del partido, aunque sin poder identificar quién fue el que la expresó.
Dos años después de aquello y en plena vorágine por la polémica de Vinícius en Mestalla y los insultos racistas, el Valencia formó parte en un partido de mayo de 2023 contra el Mallorca en el que se llevó a cabo una campaña de LaLiga, que desplegó en todos los encuentros de dicha jornada una pancarta que decía: «Racistas, fuera del fútbol». Aquel día, Diakhaby dejó una imagen muy llamativa al negarse a posar junto al resto de jugadores, quedándose apartado ignorando el acto.
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Hace cosa de un mes y tras regresar de su gravísima lesión de rodilla, Diakhaby compareció en rueda de prensa. Uno de los temas que salió a la palestra fue el del racismo, a lo que el guineano aprovechó para dejar clara su postura: «Sentí que cuando ocurrió mi caso, LaLiga no actuó como debía hacerlo simplemente y que cuando eran otras personas sí que investigan y meten más. El presidente —Javier Tebas— no sale a decir cosas raras de que hemos entendido mal y cosas así. No me metería detrás de una pancarta para estar de acuerdo con lo que están haciendo. Sí, está bien, pero tienen actuar mejor y ya está».
Dicho y hecho, puesto que este sábado en Girona, LaLiga volvió a llevar a cabo una campaña contra el racismo en colaboración con su patrocinador principal, la mítica empresa de videojuegos EA Sports. Los jugadores de ambos equipos salieron al campo con camisetas personalizadas emulando a las que se utilizan en el modo 'Ultimate Team' del videojuego EA FC —el nuevo nombre del antiguo FIFA—, con un diseño que buscaba visibilizar la igualdad. El detalle curioso esta vez fue que 21 de los 22 futbolistas llevaban dicha prenda, excepto uno: Diakhaby, que cumplió su palabra de no apoyar las campañas de LaLiga. Y de nuevo, a la hora de tomar la foto oficial de rigor, se quedó por detrás de sus compañeros sin posar para la instantánea sujetando la pancarta que rezaba «VS Racism».
De hecho, Diakhaby ya dejó claro que él apoya a Vinícius y cualquier otra persona que sufra racismo. Pero que lo que él no entiende es por qué, desde LaLiga como institución, a unos se les apoya tanto y se les da tanta visibilidad, y por qué a él en su caso con Juan Cala, apenas tuvo repercusión. «Cada caso es diferente. Cuando pasan estas cosas, hay que decirlas como ocurren. Para mí son casos de racismo en diferentes épocas y en diferentes lugares. Son un jugador y un aficionado, no es lo mismo al final. No me molestó el ruido —del caso Vinícius—, porque son cosas importantes para mí. No vamos a esconder lo que ha pasado, y lo hemos visto todos. Yo creo en lo que veo y escucho», afirmó Diakhaby hace cosa de un mes.
En lo puramente deportivo, Diakhaby formó parte del once titular de nuevo, siendo una de las piezas que Carlos Corberán empleó en Montilivi para formar una zaga que, por primera vez desde la llegada del nuevo técnico, contenía a cinco defensores de formación en la misma. Y es que en ocasiones, el Valencia ya ha jugado con un esquema 5-4-1 que cierra en fases de no posesión con cinco hombres, pero en todos esos casos el que actuaba como carrilero derecho era Luis Rioja, un extremo de vocación ofensiva que retrasaba su posición. Esta vez, José Luis Gayà ocupaba la banda izquierda, flanqueado por tres zagueros puros como César Tárrega, Mouctar Diakhaby y Cristhian Mosquera, con Dimitri Foulquier —que asistió en el gol valencianista— en el carril diestro.
A pesar de que el equipo volvió a encajar y además en una jugada de juego aéreo, el Valencia se mostró sólido atrás en ese esquema con cinco defensores, replegando bien y evitando que el Girona pudiera desplegar su juego de toque y combinación rápida habitual. Eso sí, a la hora de proponer juego ofensivo, el Valencia sufrió en la construcción de la jugada con tanto defensor, echando en falta a un jugador más vertical como Rioja por la banda. De hecho, a Mosquera se le notó incómodo en el perfil izquierdo de la defensa, con dificultades para superar la presión.
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