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Jason corre ante la mirada de Bordalás. vcf

Los dieciocho que se la están jugando

Bordalás debe pronunciarse sobre los porteros y otros como el inédito Sáenz, Piccini, Jason y Sobrino|Empieza la cuenta atrás para un grupo de jugadores que saben que deben convencer al nuevo técnico o traer una propuesta de salida

Viernes, 16 de julio 2021, 00:33

¿Sirve o no sirve Jorge Sáenz, que costó algo menos de tres millones por el 50% de los derechos, para jugar en Primera División como valencianista? ¿Tiene el Valencia, sin competición europea, suficiente con Cillessen y Jaume? ¿O con Cillessen y Cristian Rivero? ¿Es ... un guardameta de futuro Mamardashvili? ¿Está Piccini listo y capacitado ya para rendir al máximo nivel? ¿Lo sigue teniendo crudo Jason? ¿Cheryshev va a tener que hacer las maletas si se queda Guedes? ¿Se va a traspasar a Sobrino porque está ante su última temporada como blanquinegro? ¿Alguno de los otros diez canteranos que están ahora en Oliva al margen del portero, tiene nivel para quedarse en la primera plantilla? Hoy es el primer partido del verano para el Valencia y aunque sería una barbaridad pronunciarse sobre estas cuestiones teniendo como base el rendimiento que puedan hacer sólo en un encuentro, lo cierto es que Pepe Bordalás debe ir despejando conforme vayan pasando las jornadas estas incógnitas.

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Es más que probable que respecto a algunas de ellas ya lo tenga el técnico alicantino incluso hablado con Miguel Ángel Corona, pero con un mercado tan frío y parado como el actual, cualquier decisión que se tome con celeridad puede traer luego malas consecuencias. Es obvio que todos no caben. Pero es evidente que hay un grupo de hasta dieciocho futbolistas de los que actualmente están trabajando en Oliva, contando los canteranos, que no tienen nada claro qué va a pasar con ellos. El abrupto descenso del filial, además, tampoco ayuda lo más mínimo para trazar planes para los más jóvenes.

En realidad, en cada pretemporada, los futbolistas saben que se pueden dar situaciones sorprendentes y pasar de la noche a la mañana de ser piezas básicas a hacer las maletas para cambiar de destino. Así, por ejemplo, se pueden encontrar jugadores como Wass, Diakhaby y hasta Guedes. Pero estos tres, sobre todo, se diferencian del resto anteriormente citados porque están condicionados por la posibilidad de que sus representantes vengan con una propuesta económica interesante. Es innegable que el Valencia, como el resto de clubes, necesita hacer caja. Pero hoy en día los dirigentes del fútbol han aplicado el mismo manual. Aunque hay necesidad, lo mejor es no precipitarse. Eso va a provocar un fin de mercado de correcalles, más aún de lo que suele pasar habitualmente. El simple hecho de que no haya dinero circulando para mover la rueda de fichajes y ventas, refuerza el hecho de que primarán sobre todo las cesiones y hasta los intercambios.

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No obstante, en el Valencia hay casos que llaman la atención poderosamente. Esta tarde, contra el Villarreal, uno de los focos se lo llevará Jorge Sáenz. Lleva dos años como valencianista pero ni ha sido presentado oficialmente ante los medios –otros, como Correia, por ejemplo, tampoco lo han sido– ni ha jugado un solo minuto de blanquinegro. Además, para el central se suma el hecho de que su paso por el Celta haya sido una auténtica ruina desde el punto de vista personal y deportivamente hablando. Eso no sólo le ha perjudicado a él (fue un fichaje de la era Marcelino-Alemany) sino también al club, que precisamente de lo que más necesitado andaba era de centrales. Si Jorge Sáenz hubiera crecido en el Celta, quizás no estaría hoy aquí Alderete.

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Hay jugadores que necesitan ir cumpliendo etapas para su crecimiento personal. Es lo que le puede ocurrir a Cristian Rivero. A sus 23 años, el año pasado sólo tuvo la oportunidad de jugar en Copa del Rey. Otro curso más a la sombra de Cillessen y de Jaume es difícil de digerir. Más aún cuando este mismo mes renovó hasta 2024. La última renovación de Jaume es hasta 2023. Cuatro guardametas ahora en el trabajo previo no son muchos pero luego tres, sin Europa, quizás sí. Bordalás tendrá la última palabra de a quién descarta.

Como con Piccini, aunque el hecho de que el técnico pusiera encima de la mesa el nombre de Juan Iglesias (Getafe) hace pensar que no las tiene todas consigo para el lateral derecho. Con Wass no se sabe todavía lo que va a pasar, Correia parece que de una vez por todas cumple los mínimos pero la cuestión física es la que pesa como una losa sobre el voluntarioso Piccini. La fotografía con él, además, tiene el añadido fundamental de su contrato. Tiene 28 años y le queda solo esta temporada de vinculación. Él es el primer interesado en manejar una propuesta que le garantice más tiempo en otro club.

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A Jason le pasa tres cuartos de lo mismo. Le queda este curso de contrato en el Valencia y es el nombre que entra en todas las conversaciones cada vez que el club se plantea operaciones como la de Iglesias o Arambarri, por ejemplo. No ha cuajado el gallego en el Valencia, como tampoco lo ha hecho Rubén Sobrino y Cheryshev. Álex Blanco es el tercero en discordia para esa posición de extremo zurdo. Muchas cartas para una sola baraja.

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