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Diego López tenía tantas ganas acumuladas de marcar con la camiseta del Valencia que en la celebración de su golazo ante el Betis, el cuarto de su equipo, no faltó ningún detalle. El gesto de helarse de frío, por aquello de que no te tiemble ... el pulso, que es un homenaje al que hace la estrella de la NBA Trae Young, de los Atlanta Hawks, cuando mete una canasta imposible y el de besarse el escudo de la camiseta. En el partido más emocional que se recuerda en Mestalla, habría que tirar mucho de hemeroteca para encontrar algo parecido y es posible que no se encontrara, el 'guajín' logró saltar la tapa de un bucle que ya estaba pesando mucho en su mochila. El de 14 partidos sin marcar, parando el crono tras su trallazo en 1.083 minutos. Su único tanto de la temporada, tanto con el Valencia como con España, databa del pasado 23 de agosto, en la derrota por 3-1 contra el Celta.
Tras el triunfo, lo que más destacó el asturiano fue volver a sentir la conexión del césped con la grada. Aunque dejando claro que «no es algo nuevo», porque su percepción es que ha estado ahí siempre. En las buenas y, como en el inicio de este curso, en las malas: «Desde que estoy en el Valencia, Mestalla siempre nos apoya, nos anima y nos lleva en volandas pese a la situación en la que estamos ahora abajo. Se ha visto una unión muy grande entre la afición y los jugadores. Lo agradecemos porque en Mestalla nos sentimos muy fuertes y unidos. Sentimos que nos llevan».
«El Valencia estuvo a la altura en el homenaje», así de contundente definió todo lo vivido en Mestalla. En esa foto histórica del tifo eterno en la grada también colaboraron los aficionados del Betis, que en su esquina del Gol Norte alto ayudaron con la franja azul: «Fue muy emocionante. Lo que tratamos fue de recordar y dar importancia a todos los afectados. En el césped nos emocionamos como le pasó a los aficionados en la grada. Lo que ha ocurrido es una desgracia y estamos felices por haberles dado una pequeña alegría con la victoria. Sacamos todo lo que teníamos dentro para conseguir la victoria». Doblemente especial fue para su compañero César Tàrrega. El de Aldaia no pudo reprimir la emoción durante los actos de homenaje y explotó todo lo que lleva dentro del alma tras marcar: «Ha sufrido mucho estas semanas y se merecía meter ese gol para poder dedicárselo a todos los valencianos y a la gente de su pueblo.
Ahora, la clave de los tres puntos conseguidos por el Valencia ante el Betis es que tenga una continuidad en los siguientes partidos, puesto que los de Baraja siguen en zona de descenso aunque, conviene no olvidarlo, con dos partidos menos: «Era prácticamente obligatorio ganar al Betis para salir de abajo porque no es donde se merece estar el Valencia. Hay mucho que trabajar, porque seguimos en puestos de descenso y eso no nos gusta nada. Tenemos ahora un mes con siete partidos si pasamos en la Copa y es muy importante para salir reforzados y comenzar el año de otra forma, con más calma. Si no remamos todos en la misma dirección el año va a ser muy duro y complicado».
Diego López tiene claro que un triunfo así «te cambia todo y un plus de confianza» porque sirve para liberar la tensión acumulada «y perder esos miedos que sientes cuando estás abajo, que tienes miedo de fallar y que las cosas sigan yendo a peor. El equipo no venía haciendo las cosas bien pero no merecía tanto castigo. El grupo está unido, siempre lo dejamos todo, y la victoria nos sirve para coger un poco de aire». Eso sí, quiso mandar una advertencia: «Está muy bien ganar metiendo cuatro goles pero la realidad es que veníamos siendo poco eficaces. Nos tiene que doler los dos goles encajados porque estamos recibiendo muchos».
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