paco lloret
Viernes, 25 de diciembre 2020
Esta temporada el Valencia ha renunciado, por primera vez en su historia, al número diez, el dorsal asociado a las grandes estrellas futbolísticas. Nadie lo luce en el equipo de Mestalla, el diez ha quedado incomprensiblemente huérfano. Parejo fue el último que lo portó, heredado tras la marcha de Banega en 2014, aunque en el siglo XXI el futbolista que más tiempo lo lució fue Angulo, que lo asumió en la campaña 99-00, después del paso efímero del sueco Schwarz quien a su vez tomó el relevo del legendario Fernando Gómez, sin ningún género de dudas, uno de los grandes dieces del club aunque en sus primeros tiempos llevara otros números como el ocho.
Publicidad
Hasta la irrupción de Pelé en el mundial de México 70, los mejores futbolistas se reservaban el número nueve. Alfredo Di Stéfano, Kubala y Wilkes, a mediados de los cincuenta lo llevaban en sus respectivos equipos. La tradición se mantuvo en las grandes citas internacionales, por ejemplo en la Copa del Mundo de 1966, celebrada en Inglaterra, era sencillo distinguir a los referentes de algunas de las grandes selecciones, como Bobby Charlton en el equipo anfitrión mientras que el portugués Eusebio, probablemente, uno de los jugadores más destacados en aquella cita lo utilizaba en el Benfica pero en la selección utilizó el 13, caso similar al de Gerd 'Torpedo' Müller en los siguientes mundiales. En el torneo de México, cuatro años después, el último para 'O Rei' Pelé, se consagró el diez en una delantera legendaria a quien acompañaban, del siete al once, Jairzinho, Gerson, Tostao y Rivelinho. Una línea irrepetible.
Cruyff popularizó el catorce, el número ansiado por los jugadores de las quinielas en España, que lucía en el Ajax y en la selección de los Países Bajos que asombró en el mundial del 74, aunque se vio obligado a renunciar a ese dorsal talismán en la liga española y optó por el nueve clásico de las figuras. En ese mismo ejercicio el Valencia entregó el diez a su primer extranjero contratado tras la apertura de las fronteras: Salif Keita, su jugador más llamativo. Dos años antes, Paquito, con galones de capitán lo lució en la conquista de la Liga. Francisco García Gómez, 'Paquito', adoptó ese dorsal después de haber formado pareja en la medular con Roberto en los años sesenta. Por entonces, los números bailaban y cambiaban, no solían tener un propietario permanente. Por ejemplo, en la final de la Copa ganada por los valencianistas en 1967, la delantera, del siete al once estaba formada en orden correlativo por: Poli, Guillot, Waldo, Claramunt, y Jara. Posteriormente, ya en los años setenta, el centrocampista de Puçol quedó asociado al número seis casi ya de forma exclusiva.
Hasta la llegada de Mario Kempes, hubo otros argentinos que lucieron el diez en el Valencia. El primero de ellos fue Sánchez Lage, a principio de los años sesenta, un interior procedente del Real Oviedo que formaba parte de una doble contratación junto a Paquito. El siguiente fue Miguel Ángel Adorno, incorporado en el verano de 1971 desde el Racing de Avellaneda, y que, tras cuatro campañas, fue cedido al Alavés. A continuación, regresó a Mestalla en la campaña 76-77. Precisamente su reaparición coincidió con el estreno oficial de Kempes que llevaba aquella noche el once. 'El Matador' jugó casi toda la temporada con ese número, aunque en la siguiente portó ya el diez y ostentó el brazalete de capitán. Felman, en su primer ejercicio, se quedó con el once. Al acabar la temporada 77-78, Kempes se incorporó a la selección de su país, anfitriona del mundial, y el orden alfabético instaurado en el combinado albiceleste para el reparto de dorsales determinó, casualidades de la vida, que a Kempes le correspondiera el diez. Se aplicó sin excepciones este criterio por lo que el número uno, habitualmente reservado a los porteros, fue para el 'Beto' Alonso, mientras que el guardameta titular, el 'Pato' Fillol jugó con el cinco.
Aunque en la memoria colectiva se asocia el diez a Kempes, en ninguna de las tres finales jugadas con el Valencia y saldadas con tres títulos llevó ese dorsal. En la Copa del Rey de 1979 y en la Recopa de 1980 jugó con el nueve, tanto en el Vicente Calderón como en Heysel porque el diez fue para Daniel Solsona y para Javier Subirats, respectivamente. En la Supercopa ante el Nottingham Forest llevó el once porque 'Subi' repitió al igual que en Bruselas. En la campaña 95-96 se estableció la norma que obliga a que cada jugador tenga un número asignado para todo el ejercicio y el primer diez oficial recae en Fernando que lo había heredado, a principio de los noventa, tras la salida del interior de Paterna. Subirats abandonó la disciplina valencianista en la campaña 89-90. La instauración de los números en las camisetas de los jugadores se remonta a finales de los años cuarenta. En aquella primera época el número diez lo lucieron en el Valencia interiores de enorme relevancia como Asensi, Igoa, Pasieguito y Buqué.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.