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Si hubo tres jugadores del Valencia para los que el partido contra el Atlético en el Metropolitano tuvo especialmente una carga negativa fueron Jesús Vázquez, ... Hugo Guillamón y Dani Gómez. Cada uno con sus circunstancias. Jesús Vázquez porque sufrió en sus propias carnes la decisión de Baraja de dejarlo inicialmente en el banquillo y apostar de salida por un lateral a pierna cambiada como Foulquier, aunque en algunos momentos también actuó ahí Thierry. Para Jesús Vázquez, este inicio de temporada es diferente al resto ya que sabía desde el mismo momento que cayó gravemente lesionado Gayà que todas las miradas iban a estar puestas en él y en el juicio de si era capaz de asumir el rol que le iba a corresponder. De momento 4 titularidades con alguna que otra sombra en cuanto a rendimiento.
El otro futbolista que la cita del Metropolitano tenía cierto peso era para Hugo Guillamón. Titular como lo fue también contra el Athletic y Villarreal, el internacional pasó prácticamente desapercibido y con una amarilla, en el descanso se fue a la ducha. El problema para él no es que Baraja vuelta a tirar de él en la cita contra el Girona de este sábado tarde, el hándicap surge al considerar que los primeros minutos de Barrenechea con la camiseta del Valencia fueron cuanto menos aceptables. Más opciones para el técnico a la hora de hacer que ese centro del campo empiece de una vez por todas a carburar.
Barrenechea y Hugo Guillamón, al menos por lo que se vio contra el Atlético, reúnen un perfil bastante similar. Una pieza más para que el Valencia pueda ejercer al menos el control necesario en el centro del campo ante rivales con más peso. Y el del sábado es un adversario a tener muy en cuenta. No sólo por el repaso que le dio al Valencia en el encuentro de la temporada pasada (el de la protesta callejera) que terminó con un contundente 1-3 en Mestalla, sino porque este miércoles ofreció una imagen de bastante más solvencia de la que se esperaba ante el PSG en el estreno de la Liga de Campeones.
Ganar al Girona no es hoy por hoy una empresa facilona ni mucho menos. Y en esa tarea de ganarle el sábado estará inmerso el tercer futbolista en cuestión: Dani Gómez. El delantero pinchó contra el Atlético, como bien es cierto que ocurrió con bastantes de sus compañeros. Pero al exlevantinista le ha caído una responsabilidad mayúscula en este equipo, al menos mientras esté Hugo Duro lesionado y mientras Rafa Mir sigue cumpliendo su castigo deportivo. Dani Gómez es el 9 del Valencia –el 17 de dorsal- y eso encierra un gran significado.
Sobre todo porque la afición tiene sus más que serias dudas de si es o no un jugador que pueda dar la talla que le hace falta a un equipo cogido con pinzas. A sus 26 años, Dani Gómez tiene una oportunidad de oro pero ya ha gastado una bala. Baraja le brindó la opción de demostrar su valía contra el Atlético –no era desde luego un escenario cómodo para un delantero rival- pero fue sustituido en el tramo final con una aportación más bien pobre, y ahora si repite en el once frente al Girona, de nuevo tendrá que afrontar ese particular reto. No hay que olvidar que llegó cedido por una temporada con la opción de compra en junio de 1,5 millones de euros.
Hay que tener en cuenta que Dani Gómez no llega avalado por unas cifras espectaculares de goles. En el Levante, la campaña pasada en Segunda, hizo únicamente 5 (otro en Copa) y dio una asistencia. Hay que remontarse al ejercicio 2019-20 para encontrar la cifra más alta en lo que a goles se refiere: 9 en Liga y 2 en Copa.
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